Los exorbitantes abusos de César Duarte…por Aída María Holguín
Para muchos es bien conocido que, desde hace poco dos años, el reconocido abogado y activista chihuahuense, Jaime García Chávez, interpuso (y ratificó, ante las instancias correspondientes) formal denuncia penal en contra del ahora exgobernador de Chihuahua, César Horacio Duarte Jáquez.
Dicha denuncia (que sigue sin ser atendida como es debido), es por una serie de presuntos -pero evidentes- delitos cometidos por César Duarte, mismos que -en términos generales- se pueden sintetizar en un solo concepto: abuso de poder.
El abuso de poder cometido por César Horacio Duarte Jáquez a lo largo de 6 años, se manifestó a través de diversas -y conocidas- conductas; sin embargo, la magnitud de muchas de esas conductas era desconocida. Y es que aún y cuando no existe una escala para medir el grado de abuso poder, el nivel al que llegó César Horacio Duarte Jáquez es verdaderamente exorbitante.
De acuerdo con los datos e información proporcionada por el actual secretario de Hacienda estatal, Arturo Fuentes Vélez, las irregularidades (por abuso de autoridad) cometidas durante la administración encabezada por César Duarte, superan -por mucho- a lo que ya se sabía.
Por ejemplo, en el caso de la deuda que “no era deuda”, ahora se sabe que no eran 44 mil millones, sino que en realidad son 48 mil millones de pesos los que Chihuahua adeuda (por diferentes conceptos), más un déficit de 7 mil millones de pesos. Esto, significa que gran parte de los recursos que -de aquí al año 2044- ingresaran al erario ya están comprometidos, gracias a la magnitud del déficit financiero heredado por César Horacio Duarte Jáquez y el pago de intereses y capital de la deuda que “no era deuda”.
Por otra parte, pero en ese mismo sentido, ahora también se sabe que -al menos en 50 ocasiones- César Duarte utilizó indebidamente el helicóptero oficial para viajar a su rancho (ese donde precisamente fue a caer desde el helicóptero y la nube en la que andaba), y que -además- hubo una afectación al erario por 127 millones de pesos por el concepto de la compra de un nuevo helicóptero (en reemplazó del que cayó) que -para no variar en eso del abuso de poder- fue adquirido por adjudicación directa.
Otra de las -muchas- cosas que no se sabían con exactitud, es la cantidad de recursos públicos que egresaron durante la administración de César Duarte por concepto de asesorías. Hoy, ya se sabe que por ese concepto se pagaron, tan solo en el año 2016, más de 500 millones de pesos sin que hasta el momento existan evidencias que comprueben que el servicio de asesoría, por el que se les pagó a decenas de personas (físicas y morales), en verdad se haya realizado.
Por todas esas cosas que no se sabían a ciencia cierta, y por muchas otras que seguramente irán saliendo paulatinamente a la luz, es que los exorbitantes abusos de César Duarte están a punto (si no es que ya sucedió) de llevarlo de superar -por mucho- a su homólogo (de mañas y apellido) de Veracruz quien, por cierto, fue expulsado (por decisión unánime de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria) de las filas del PRI por su falta de probidad como funcionario público.
En esta ocasión concluyo con una adaptación de lo dicho alguna vez por el abogado, político, abogado, ecologista y cuadragésimo quinto vicepresidente de los Estados Unidos de América, Albert Arnold Gore (mejor conocido como Al Gore): […] y todos los abusos tienen algo en común: el perpetrador había asumido que no le tenía miedo a la indignación pública, y que muy pocas personas se enterarían de sus fechorías.
Aída María Holguín Baeza
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