Entrevista en vida al Gral. David Roberto Bárcena Ríos
(ENTREVISTA QUE SE LE HIZO EN VIDA) EL 30 Agosto.2015.-
Por Jesús C. Aguirre Maldonado (Texto y Fotos)—-
“En el deporte no hay secretos, ni existe la mala suerte, ya que todo es producto de una buena preparación y si no la hay, obvio que los resultados no serán los esperados”. Fue soldado por convicción, pentatleta por una orden y figura por obligación, lo que le valió al General de División celayense y radicado en Delicias, Chihuahua, David Roberto Bárcena Ríos, haber participado en cinco Juegos Olímpicos desde Tokio 1964 hasta Moscú 1980.
Pues recuerda como si fuera ayer sus jornadas de trabajo en los entrenamientos, con una disciplina a toda prueba, sacrificando días festivos y reuniones sociales, y dejar de lado a los “cuates” (amigos) situación de la que no se arrepiente, ya que fueron más las satisfacciones vividas y de las cuales abriga gratos recuerdos que quedan para la posteridad.
Al iniciar el recuento de la historia recorre todas y cada una de sus cinco Olimpíadas y tantas otras competencias de corte internacional.
Estuvo en Tokio 1964, las Olimpiadas nuestras de México 1968, Munich 1972 atacadas por el terrorismo y donde se les puso el mote a los caballistas mexicanos de “Los Jinetes Suicidas” debido a que hubo una epidemia de encefalitis equina y les pusieron un alto al señalarles que no iban a poder entrar caballos mexicanos a Alemania, pero el entonces presidente de México, Luis Echeverría Álvarez dio la orden que consiguieran caballos comprados o rentados y los resultados obvio que no fueron los esperados, Montreal 1976 y Moscú 1980.
Radicado desde hace 10 años y medio en Delicias, Chihuahua, donde nos abrió la puerta de su hogar, Bárcena Ríos de igual manera abrió el balcón de sus recuerdos, nos mostró el cúmulo de trofeos y reconocimientos obtenidos a lo largo de su carrera, no solo en el deporte, donde participó como pentatleta en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 y México 1968 y como caballista en Munich 1972, Montreal 1976 y Moscú 1980, Juegos Panamericanos, Campeonatos Mundiales, y competencias internacionales, sino también en la milicia, donde tiene el grado máximo: General de División.
“Cartas, retratos viejos, hacen más triste mi soledad…porque me traen recuerdos de horas felices, que no vendrán”, dice por ahí una conocida canción, pero no es el caso del general Bárcena, quien mostró a la entrada de su casa la sala de trofeos, que impactan al visitante, ya que ahí hay cuadros en la pared.
Pueden verse diversidad de trofeos, cuadros, las fotos más significativas de su carrera deportiva al lado de políticos y ex presidentes de México, una vitrina con sus medallas, incluida la de bronce en Moscú 1980 y la de los Juegos Panamericanos de 1975 en México, además de al fondo de su vivienda, saliendo al patio, un cuartito, a manera de estudio, donde de igual manera está “tapizado” de reconocimientos, trofeos y que sirve de estudio de Bárcena Ríos.
Ahí se muestran armas, cascos, uniformes y varios libros, pues también se considera un buen amante de la lectura, ya que esta nos abre diversos panoramas ante la vida.
También saca un gigantesco álbum de fotografías con recortes de prensa, donde aparecen notas del “Diario de los deportistas” (el ESTO), el Universal, Excélsior y otros recortes de periódicos extranjeros, donde resaltan su participación y del equipo mexicano.
El tesón y la disciplina siempre fueron sus virtudes para llegar hasta donde llegó. Desde muy joven empezó a destacar como pentatleta y casi con 23 años de edad asistió a sus primeros Juegos Olímpicos a Tokio, Japón, en el año de 1964.
David Roberto Bárcena Ríos nació en Celaya, Guanajuato, el 26 de diciembre de 1941, por lo que en la actualidad tiene 73 años de edad. Estuvo casado con la señora Silvia Mendoza de Bárcena, originaria de Camargo, Chihuahua, ya fallecida, con quien procreó tres hijos: Mayela, hoy de 47 años; David, de 45 y Roberto de 41.
Se inició en la natación, en su natal Celaya, era hijo de un comerciante y tuvo una infancia normal, según cuenta.
Comenzó a jugar fútbol cuando estudiaba en la secundaria, posteriormente ingresó al Heroico Colegio Militar a los 18 años y ahí comenzó a practicar el pentatlón, deporte en el que representó a México en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 y México 1968, a su retiro se dedicó a la equitación y también participó en Munich 1972 y Montreal 1976.
Tras el boicot de Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de 1980 en México se toma la decisión de mandar equipos ecuestres para competir en la Prueba de los tres días y en el Premio de las Naciones. La equitación es nuevamente el deporte predilecto de los altos mandos del país.
Cuenta que dominó las cinco pruebas del pentatlón (carrera, tiro, equitación, esgrima y natación), aunque reconoció que en lo que le fallaba “un poquito” era en esgrima.
Platica que en las tres primeras Olimpiadas (Tokio 1964, México 68 y Munich 1972) participó como pentatleta, luego en Montreal, Canadá 1976 y Moscú, URSS 1980 como caballista.
AMPLIA TRAYECTORIA DEPORTIVA Y MILITAR
Uno de sus primeros grandes logros fue cuando Bárcena Ríos ganó primer lugar en el Campeonato Mundial de Australia, en 1966 y repitió la posición de honor al ganar el pentatlón en Burdeos, Francia, el domingo 27 de agosto de 1967, recién cumplidos 48 años de aquella competencia, donde la prensa gala reconoció su calidad, según recortes de la época que atesora en su album. Además de que fue de los fundadores del Centro Olímpico Mexicano (COM), donde fue objeto de un reconocido homenaje y también disertó frente a los militares, sobre sus logros tanto deportivos como en la milicia, hasta alcanzar el máximo grado del Ejército, lo que fue escuchado con suma atención por los ahí presentes.
Brilló en natación tanto en México como en los Estados Unidos y reconoció que como pentatleta la más fuerte de las pruebas era la equitación.
Integrante en la actualidad de la Asociación de Olímpicos Chihuahuenses, al lado de grandes figuras del deporte del llamado estado grande, como Óscar Asiáin, Fernando Tiscareño, Cristian Bejarano, Rubén Alcalá de básquetbol, Agustín Jurado de taekwondo, Ruth Grajeda de atletismo, Dámaris Aguirre en halterofilia, Gabriel “Gary” Cano en ciclismo, Andrés Anchondo de tiro con arco, Adolfo del Corral entrenador halterofilia, y el marchista Miguel Ángel Rodríguez.
ENTRE LOS MEJORES PENTATLETAS DEL MUNDO
Bárcena Ríos llegó a ser considerado entre los mejores pentatletas del mundo por la prensa internacional e incluso aparece en una edición alemana, a la cual pudimos tener acceso, en donde se muestran a los mejores jinetes y destaca entre la realeza europea.
Cuenta el cinco veces olímpico que en su segunda olimpiada en México 1968 tuvo muchos problemas de tipo personal y no pudo ganar una medalla, pese a que previo a esa competencia fue campeón individual en San Antonio, Texas, en el año de 1967, cuando transcurría el mes de junio, al obtener 4 mil 988 puntos.
Los recuerdos brotan a flor de piel, y la nostalgia llega, lo mismo que la plática fluida y amena. Se acomoda en uno de los sillones de la sala, toma un respiro y continúa la plática:
“Todo esto: ver fotos y que me estés preguntando, me hace recordar mis triunfos y mis glorias, mis penas y mis satisfacciones”, dice el general Bárcena, quien se encuentra retirado de la milicia.
Ama los caballos, sean en cuadros, fotos, o alguna que otra escultura, estos adornan su hogar y su sala de trofeos.
Prosigue la charla. Por fin llegan los recuerdos de nuestros Juegos Olímpicos celebrados en casa en 1968, y luego los que fueron sus terceros Juegos Olímpicos en Munich, Alemania 1972, donde la prensa teutona y mundial los bautizó (al equipo mexicano), como los “Jinetes Suicidas”, ya que en plena efervescencia olímpica y con el equipo calificado a los Juegos Olímpicos, en México hubo una epidemia de encefalitis equina y les pusieron un alto al señalarles que no iban a poder entrar caballos mexicanos a Alemania.
Eso fue un duro golpe en el ánimo de los caballistas mexicanos, pero el entonces presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez dio la orden de que consiguieran allá en Alemania caballos prestados o alquilados. Y que le hicieran como fuera, pero que no podían quedarse sin participar. Y así lo hicieron…
“Y así se hizo…en Alemania hubo gente que vendió sus caballos a México, y como no conocíamos los animales, y era muy poco el tiempo, por eso nos pusieron los Jinetes Suicidas”, cuenta Bárcena. “¨Pues nos arriesgamos a todo…”, dijo.
Agrega que vino el concurso de los tres días, pero les dieron caballos de medio pelo, y al señalarles que ¿Cómo era posible que se hayan arriesgado sin conocer los caballos? Poco pudo obtenerse, además de que pese a haber viajado con tiempo, no participaron en eventos previos. Ese fue un trago amargo.
MUNICH 72, LA MÁS CRUEL DE LAS OLIMPIADAS
De todas las Olimpiadas en las que participó, Bárcena Ríos recuerda a la de Munich, Alemania en 1972 como la más cruel, por los acontecimientos extradeportivos que mancharon esos Juegos, que se suspendieron un día, cuando nunca había sucedido algo igual.
Recuerda el entrevistado que hubo una honra fúnebre en el estadio Olímpico de Munich en donde se pusieron los ataúdes. “Todos los atletas acudimos e incluso se hizo después una película llamada Septiembre Negro”.
Dice Bárcena Ríos que como pentatleta que era, guardaba un arma para las pruebas de tiro, y a la mañana siguiente le dijo un maratonista de la delegación mexicana que por qué había iniciado tan temprano a practicar sus disparos. Pero lo que pasó fue que los terroristas atacaron la Villa Olímpica por la madrugada cuando casi todos dormían y llenaron de luto al deporte. En unas páginas negras, o más bien rojas por la sangre derramada, que nunca de van a olvidar.
Pasado ese trago amargo en Alemania, en parte por los malos caballos que consiguieron y por el luto que cubrió estas Olimpiadas. Luego vinieron, como competencia importante, los Juegos Panamericanos de México en 1975, donde en la Prueba de los tres días (equitación) logró la medalla de bronce individual y también la medalla de bronce por equipos con su caballo “Abordaje”.
Para sus cuartos Juegos Olímpicos, como caballista, en Montreal, Canadá, 1976, no hubo medallas y vinieron después sus últimos juegos en que participó en Moscú, URSS 1980.
Allá en la entonces Unión de Repúblicas Socialistas y Soviéticas (URSS), donde Bárcena Ríos fue el abanderado de la delegación mexicana, haciendo equipo con sus compañeros y capitanes Manuel Mendivil y José Luis Pérez, así como con el mayor Fabián Vázquez López, se logró la medalla de bronce en la llamada prueba de los tres días, actuación que le valió para que en ese año recibiera de manos del entonces presidente de la República, José López Portillo (Jolopo), ya fallecido, el Premio Nacional del Deporte, medallas ambas que celosamente guarda en la vitrina de su hogar y que con orgullo mostró a este reportero.
La medalla para el equipo de la prueba de los Tres días en Moscú 1980 era una obligación, David Roberto Bárcena, Manuel Mendívil, José Luis Pérez y Fabián Vázquez, integrantes del equipo nacional lo sabían, ya habían enfrentado a los mejores equipos del mundo, que no estarían presentes en esta justa.
La primera prueba es de adiestramiento, se colocan en tercer lugar pero con Italia a un punto; en la prueba de campo traviesa superan a Hungría, pero México es rebasado por Italia, la URSS está muy lejos; la tercera prueba es la de salto, los italianos se despegan pero mantienen el tercer puesto y los nuestros conquistan la medalla de bronce.
Su última participación internacional fue en 1982 en el Campeonato Mundial celebrado en Munich, Alemania, y compitió en la prueba de los tres días.
Tras haber participado en cinco Olimpiadas, el General de División David Roberto Bárcena Ríos, dijo sentirse muy orgulloso, ya que sólo hay otro compatriota, Mario Tovar González, que estuvo en igual número de Juegos Olímpico. Tovar estuvo de 1952 a México 1968. Era hijo de Mario Tovar, que fue entrenador de clavados de Joaquín Capilla y Botello.
AFORTUNADO DE HABER REPRESENTADO DIGNAMENTE A MÉXICO
“Me siento afortunado de haber representado a mi país dignamente en tanta Olimpiada. Estoy agradecido con mi esposa (Silvia Mendoza de Bárcena, originaria de Camargo, Chih., ya fallecida) y con mis hijos (Mayela, de 47 años; David, de 45 y Roberto de 41), quienes son profesionistas, por su comprensión y apoyo”.
“También le estoy agradecido a la Secretaría de la Defensa Nacional (SeDeNa) por darme las facilidades para representar al Ejército Mexicano y a mi país. Me siento comprometido con los deportistas jóvenes que tengan deseos de llegar a esos niveles internacionales, pero no ha habido una oportunidad que el COM me de la oportunidad de entrenar a chihuahuenses, quizá por la lejanía”.
TODO ES PRODUCTO DE LA PREPARACIÓN Y DISCIPLINA
Para finalizar menciona que en el deporte no hay secretos, ni existe la mala suerte, ya que todo es producto de una buena preparación y si no la hay, obvio que los resultados no serán los esperados”.
Pues recuerda como si fuera ayer sus jornadas de trabajo en los entrenamientos, con una disciplina a toda prueba, sacrificando días festivos y reuniones sociales, situación de la que no se arrepiente, ya que fueron más las satisfacciones vividas y de las cuales abriga gratos recuerdos que quedan para la posteridad. jesusaguirre25@hotmail.es
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