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Derecho la flecha al pecho (Dos de III partes)

  ¿Y qué decir del financiamiento a los partidos? Se han estado sirviendo “con la cuchara grande” -como luego se dice- y, como prueba de ello, veamos la siguiente lámina:

 Financiamiento del PRI y del PAN desde el 2002.[1]

 

PP

 PPTO. ORDINARIO

 PPTO.

CAMPAÑA

AÑO:

PP

 PPTO. ORDINARIO

 

 PPTO.

CAMPAÑA

AÑO:

 

5´268,505.00

1´806,143.00

 

2002

 

 

9´930,488.00

 

2006

 

5´733,105.00

1´965,416.00

 

 

10´938,501.00

 

 

 

5´531,973.00

 

2003

 

11´753,749.00

11´753,749

 

2007

 

 

6´019,807.00

 

12´946,836.00

12´946,836.00

 

 

5´753,847.00

4´931,488.00

 

2004

 

 

12´070,306.00

 

2008

P.R.I.

6´261,246.00

5´366,368.00

 

 

11´624,573.00

 

 

 

7´646,476.00

 

2005

 

 

22´339,684.00

 

 

2009

 

 

8´422,646.00

 

 

21´514,724.00

 

 

GASTO ORDINARIO

GASTO DE CAMPAÑA

ACTIVIDADES ESPECIFICAS

TOTAL:

 

 

 

2010

 

30´830,417.00

21´581,292.00

924,913.00

53´336,622.00

 

29´691,912.00

20´784,338.00

890,757.00

51´367,007.00

                         

         Vistos así de golpe, es posible que todos esos datos no le digan a usted nada pero cada uno, cada cifra, cada dígito, es como estar amarrado en el sillón de un dentista viendo una película protagonizada por El Santo e Irma Serrano (a) La Tigresa (Se filmó en 1971 y se llamó: “Santo y el Águila Real”).

 En ese tenor, aún resuenan en mis castos oídos las palabras rasposas de Fernando Herrera (a) La Chimoltrufia quien, como todos sabemos, como dijo una cosa dijo otra para justificar el desmesurado incremento en el presupuesto del organismo electoral. Sólo por poner a usted un ejemplo, en el sitio de Internet del IEE se podía leer, por lo menos hasta ayer -nomás falta que se autocensuren-, lo siguiente: “A partir de septiembre del 2007, apenas celebrada la elección del Primero de Julio, el Instituto Estatal Electoral bajo la dirección del Consejero Presidente, Fernando Antonio Herrera Martínez, se dio a la tarea de emprender diversas acciones para detener el avance del abstencionismo que está alcanzando dimensiones preocupantes”.[2] Me da la pequeña impresión que se les chispoteó. Es decir, que fallaron definitiva, completa, total, absoluta, estrepitosa, indudablemente: No sólo no se frenó el índice de abstencionismo sino que, como ya vimos, se incrementó.

 Pese a ello, varios medios electrónicos consignaron titulares semejantes al que se reproduce a continuación horas después de la fallida jornada electoral del domingo: “Contento Fernando Herrera con afluencia en las casillas”.[3] A su vez, el Diario de Chihuahua tituló una de sus notas: “Ejemplar la jornada electoral: IEE”;[4] en tanto que LaOpción reseñó: “Califica Fernando Herrera de ejemplar jornada electoral 2010”.[5] Y Elpueblo refirió: “Califica IEE excelente participación en elecciones”.[6]

 ¿Contento? ¿De qué? ¿Por qué? ¿Es masoquista o, de plano, le gusta la mala vida como a Sergio Corona en manos de La Bodoquito? Las cifras de participación son escandalosamente bajas y el escandaloso incremento del presupuesto pretendía alentar la emisión del voto, así se dijo. Claro que también se entiende su júbilo pues esos números ¡favorecían a sus candidatos y a nadie más! Fernando Herrera cumplió a cabalidad: Como que es la afluencia ciudadana más baja en la historia del Estado, hablando de elecciones locales.

 Es obvio que la mediocridad o el conformismo vergonzoso no es un atributo exclusivo de dicho órgano. La manifestación difundida en el sitio del CDE del PAN durante la tarde del domingo y el lunes 5 de julio no sólo es ridícula, es ofensiva: “Agradece PAN participación ciudadana en esta contienda”. ¿Participación ciudadana? De la estadística que se adjunta a la presente se extrae que, como nunca, el 2010 es el peor año en la historia electoral del PAN en Chihuahua y que las virtudes cívicas brillaron por su ausencia.

 En Chihuahua hay 2 millones 555 mil 416 ciudadanos registrados en el listado nominal.[7] De éstos, votaron sólo 919 mil 430 y los porcentajes de participación que difunde el IEE son engañosos; pues el 39.93% de votos reconocidos al PAN y el 54.64% contabilizado para el PRI se calcularon sobre esta última cifra. Considerando la totalidad del listado, ambos partidos recibieron, respectivamente, apenas un 15.53 % y 21.25%. Entre ambos partidos ni siquiera alcanzan el 37% de la totalidad del listado. Y no lo comparo con el número de habitantes en el Estado porque se echa a llorar. ¿De qué daban gracias los panistas? La movilización azul y la Carabina de Ambrosio resultaron ser una y la misma cosa. La “ingeniería electoral” un fracaso, como la planificación familiar de “Nosotros los Gómez”.

 Por no hablar de la jornada electoral, auténtica ensalada de locos, donde los representantes generales y de casilla del PAN fueron requeridos, en ocasiones, con menos de 24 horas de anticipación, no se les dio de comer y se repitió la pesadilla del 2009 en que las casillas no fueron cubiertas en la totalidad de la geografía estatal.

 ¡Claro! ¿Qué se puede esperar de unos diputados que votaron para Magistrado del Tribunal Electoral a un individuo que intentó robarle al PAN una diputación hace justo tres años? ¿Qué se le puede pedir a un Partido cuyo Presidente no sólo negocia con el Gobierno a ese Magistrado sino que se manifiesta conforme con designar a otro que, por dos ocasiones consecutivas, declaró nulas las elecciones de Juárez legítimamente ganadas? ¿Qué de un Partido que vota una Ley que lo desarma frente a sus adversarios? ¿Qué de un PAN que mantuvo en sus puestos a un pillo, cuatro incompetentes y dos ingratos a cargo de la función electoral en la Entidad? ¿De qué pueden sentirse satisfechos organismos electorales y partidos con resultados tan mezquinos? Sobre todo considerando el elevado costo de la democracia en Chihuahua.

 Continuará…

 Luis Villegas Montes.   luvimo6608@gmail.com


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