El General Ignacio Allende considero muy elevada y desaforada esa petición; lo que molestó mucho a Elizondo que comenzaba a retirarse del movimiento, por lo que le Obispo de Monterrey lo convenció a incorporarse con el partido español, lo que fácilmente logro; así entonces ellos mismos fraguaron el arresto de Allende y los demás generales, iniciándose la más grande de las traiciones al movimiento la que culmino con la junta de Monclova; sin embargo una maldición cayó sobre Elizondo que fue muerto por un grupo de españoles en complot, acabando rápidamente con la vida del traidor.
Al cabo de haber entrado Allende a Saltillo a los diez días llego el Cura Hidalgo con al resto de Generales
y ejercito que ascendió a cuatro mil hombres, allí se decidió que una parte fuese a los Estados Unidos a
expedicionar con caudales y el resto dos mil quinientos quedaran al mando del General Mariano Abasolo
quien no alcanzo a tomar posesión del cargo, después se nombro al general Arias, quien no acepto el cargo, y se determino por junta de jefes que ocupara el lugar el Lic. Rayón y como sus inmediatos el
General Arrieta y el General Ponce. Rayón permaneció cinco días con su tropa reponiendo armas y las municiones pero al marcharse le informaron que habían sido presos Hidalgo y Allende en Las Norias de Bajan, por la confianza de ser conducidos por el traidor Elizondo.
Se dice que el periódico El Fanal de Chihuahua, en el numero 51 tomo 1, del 22 de Septiembre de 1835 se registra el suceso que narraron bajo las siguientes líneas…
“La acción fue el 21 de marzo, en las Norias del Baján. Los insurgentes estaban creídos de que nuestras tropas iban a recibirlos y escoltarlos hasta Monclova. El capitán Don Ignacio Elizondo, había colocado cincuenta hombres a la retaguardia para que los apresasen y los amarrasen. Más adelante dice el escrito
y habiéndose intimado para su rendición Allende los maltrató tratándolos de traidores y disparo una pistola a Elizondo que logro hacerse a un lado sin sufrir herida, siendo muerto el General Arias y el Hijo del General Ignacio Allende, procediendo a entregarse el General Mariano Jiménez, para que detuvieran el fuego
lo que así sucedió; el juicio inicio el 6 de mayo de 1811, en Chihuahua y en Durango.
Fuente: Clásicos de la Historia de México, tomo 1 por Carlos Bustamante, Cuadro Histórico de la Revolución Mexicana. Fondo Cultura. Económica
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