AMLO y sus inches hinchas…por Luis Villegas
Hace exactamente seis años cuatro meses, escribí una reflexión relativa al ridículo de Peña Nieto en la FIL de Guadalajara, en cuyo último párrafo me dolía no de su ignorancia (compartida por millones de nosotros); lo escalofriante, escribí, es que pudimos constatar que se trataba de un mexicano más “y lo que esta hora demanda son políticos, hombres y mujeres, extraordinarios; capaces de enfrentar las circunstancias extraordinarias que nos asedian, que nos agravian, que nos ofenden”.1
Hace tiempo que en México nos acostumbramos a vivir como si estuviéramos en una novela de Stephen King, instalados permanentemente en una realidad truculenta. Rosa Montero nos recuerda que, para Freud, “lo siniestro es la irrupción del horror en lo cotidiano”;2 pues cuando parecía que lo habíamos vivido, padecido, todo, viene la realidad a desmentirnos, dispuesta a mantenernos en ese lugar siniestro donde el horror toca a diario nuestra puerta; cuando parecía que podíamos sobrevivir a un imbécil viene otro con más ínfulas a desmentirnos; y lo peor: no viene solo, los escoltan una cáfila de trúhanes; una horda de bribones quienes al amparo de su misticismo, pretenden borrar sus faltas como si se hubieren sumergido en las aguas del Jordán.
Por un instante planteémonos con seriedad ese asunto de que, en efecto, el Papa Francisco es experto en seguridad y está más puesto que un calcetín para venir a echar una manita, que las finanzas nacionales se van a sanear con el trámite de quitarle la pensión a los ex-presidentes y vender el avión presidencial, que nuestra independencia económica pasa por la construcción de varias refinerías, que a pesar de no haber trabajado en doce años y administrado de manera opaca millones de pesos del Erario AMLO es la quintaesencia de la honradez, que el perdón a los integrantes de la Mafia del Poder constituye un hito en la reconciliación nacional y la amnistía a los criminales su consecuencia lógica, que es la encarnación rediviva de Juárez, Madero y Cárdenas, ¿de qué modo le son útiles las alimañas que lo rodean? ¿Por qué las trae? ¿Para qué?
Pensemos en Chihuahua; tomemos un solo caso: Cruz Pérez Cuéllar; ¿de qué manera le abona su biografía? ¿Con qué cara? ¿Con qué honra? ¿Con qué imagen? ¿Con cuál ejemplo puede colaborar en el proyejto de Najión? ¿De qué forma son compatibles?
De botepronto ya sabemos la respuesta: en los demás partidos el más pelón se hace una trenza; posiblemente sea cierto, pero ése no es el quid pues no estamos hablando de eso; lo que estamos preguntándonos es: ¿De qué forma Pérez Cuéllar le abona a las buenas intenciones de Andrés Manuel? E igual podemos preguntárnoslo sobre Bartlett, Korrodi, Fernando González (yerno de la Gordillo) o Alfonso Romo, a quien AMLO acusó de haber comprado Asemex “en 120 millones de dólares, una vez que el gobierno la había limpiado y aceptado pérdidas por 510 millones de dólares, aproximadamente”.3
Lo triste del caso es que, quien a estas alturas cree en AMLO, es porque ya renunció a pensar por sí mismo y desesperadamente necesita una excusa para dejarse ir y permitir que venga el Mesías a resolver su vida. Es eso o anda viendo qué se lleva.
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Luis Villegas Montes.
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