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Carta abierta a Clara Torres…por Luis Villegas

Una reflexión personal.
Saludos.

Estimada Clara:

Conste que la razón de escribirle a Usted es meramente circunstancial; no se trata, digámoslo así, de nada personal; es sólo que, haciéndolo, a través suyo le escribo a un grupo de personas con el que no tengo posibilidades de contactar de modo directo y que, sin embargo, encuentro muy similares a Usted: gente de clase media —baja, media media o alta, pero clase media al fin— que por alguna extraña y misteriosa razón se muestra jubilosa con la posibilidad de votar a favor de Andrés Manuel López Obrador.

De un modo arbitrario, procedo a enlistar las dos o tres razones, por lo menos las visibles, las torales, para votar a favor suyo, más allá de las propuestas específicas que son, como cualquier otra propuesta de campaña, una mera promesa y punto. Sobre esta base, esas razones son: el auténtico cambio para México, la “Cuarta Transformación de la República” le llama él; su honestidad a toda prueba; y el deslinde de lo que llama la “Mafia del Poder”, caracterizada por lo que festivamente denomina: “PRIAN” para dar a entender que se trata de una y la misma cosa.

Es realmente trágico, podría resultar cómico pero no lo es, que sobre esas bases se pretenda, realmente, apoyar una candidatura como la de AMLO. Me explico: ¿cuál sería la razón para pretender que, en efecto, con la elección de este personaje empezaría la “Cuarta Transformación de la República”?

Se trata de 120 millones, Clara, 120 millones de mexicanos; quienes todos los días aportamos nuestro granito de arena para que este asunto de la cosa pública funcione pero también para que deje de funcionar. No es cierto que sólo se trate de una élite de “políticos corruptos”; hay millones de personas, millones, a lo largo y ancho del país, en todos los estratos sociales, en todos los niveles de gobierno o dentro y fuera de él, que están vinculados, directa o indirectamente, con el narcotráfico, la trata de personas, el “huachicoleo”, la extorsión, la delincuencia organizada, etc.; venir a afirmar que solo porque un individuo no será corrupto va a cesar de golpe con esa pandemia —creerlo, decirlo, balbucirlo, ¡atreverse a proclamarlo! Constituye uno de los actos de simulación más brutales de los que he sido testigo a lo largo de mi vida—. Eso lo hace a uno cándido, cómplice o imbécil; no hay de otra.

Lo que nos lleva de la mano al segundo asunto: ¿en qué momento AMLO dejó de ser del sistema? ¿Qué “blanqueador” usó? ¿Cuál desinfectante? Ni uno solo, ni uno solo de los nombres que se vinculan a AMLO, empezando por él mismo, puede presumir de una trayectoria inmaculada como pretende hacerse creer a los mexicanos; sin excepción, SE TRATA DE HOMBRES Y MUJERES DEL RÉGIMEN, particularmente del priísta, que de una u otra forma se han coludido en el pasado, mediato o inmediato, con los peores intereses para mantener postrado a este país.

Toda su vida adulta AMLO ha formado parte del sistema a título de candidato, de funcionario de primero, segundo o tercer nivel, pero funcionario al fin; ha mamado de ese sistema y se ha beneficiado de él; un solo ejemplo: toda la crítica, cualquier crítica que se haga a los partidos políticos en México es aplicable a MORENA, un partido político como cualquier otro; pretender otra cosa sólo se explica por una ilimitada capacidad de autoengaño. Considere nada más que su insumo principal es el PRD; y al PRD lo formaron en su inmensa mayoría expriístas de tomo y lomo. ¿Va venir usted a defender la trayectoria de Elba Esther Gordillo, de Manuel Barttlett, de Esteban Moctezuma, de Armando Guadiana Tijerina, de Marcelo Ebrard, de Dolores Padierna o de René Bejarano? ¡Por favor! Me gustaría ver su congruencia, la de Usted, votando por AMLO para Presidente y por Cruz Pérez Cuéllar para Senador.

Y no, no se vale decir, como me dijo por Facebook, que en los demás partidos es igual; no se vale porque quienes proclaman la inmaculada trayectoria de su líder son ustedes; ustedes han hecho de esa presunta cualidad un eje estratégico de la campaña y como ve, como sabe (porque no es posible que no lo sepa), se trata de una falsedad. Falsedad palmaria, evidente, si se atiende a los nombres y a las biografías de quienes lo acompañan en la aventura.

La única defensa de que yo he sido testigo en los meses recientes, cuando de debatir los aspectos oscuros de esa campaña se trata, ha sido la de la desinformación y la descalificación: los ataques personales a quienes se atreven a disentir de las pseudoverdades que aclaman.

Lo que nos lleva al último punto: ¿PRIAN? ¿Cuál PRIAN si del PAN y del PRI y del PRD han salido la inmensa mayoría de sus seguidores? Deme una sola razón, una sola, para pensar que los corruptos que lo rodean, él mismo, se “limpiaron” como por arte de magia, y gracias a su bendición laica, juarista y cardenista, dejaron de ser los miserables que siempre han sido.

No, Clara; lo cierto es que la campaña de AMLO se basa, exclusivamente, en una credulidad malsana, de un grupo de ciudadanos legítimamente hartos de los excesos de los gobiernos previos —incluido el actual por supuesto—, liderados por un puñado de vivales.

El asunto es dónde se sitúan ciudadanos como Usted, que saben de qué lado masca la iguana porque tienen años en el ajo; y que no es posible que crean, de verdad, en el sortilegio de “todos limpios, puros y santos” merced a una instantánea limpia poli-democrati-metafísica.

Sí, están muy mal las cosas en México; pero no se van a resolver gracias a los buenos oficios de un Mesías tropical de izquierda; los últimos: Castro, Evo, Chávez, le han costado muy caro a sus respectivos países.

En fin; Dios dirá.

Como siempre, saludos cordiales a Usted y a su familia.

Luis Villegas Montes.

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