Los comentaristas televisivos, de esa caja idiota que cada cuatro años ensalza tanto a nuestra querida selección, la sube a la nube más alta, como dijera Cornelio Reyna, para tirarla a matar de verdad y olvidar a estas ingratas criaturas (los aficionados) a las que en nuestra propia cara nos supieron engañar.
“Pura mercadotecnia”, dirían algunos. Lo cierto es que regresamos a donde estábamos.
Alejandro de la Rosa, de ESPN, escribió: “Imaginan, hacen grupo, se divierten, juegan en Europa, pelean en redes, se pintan pelos…Pero en nivel y el resultado es el mismo de SIEMPRE!! No, ninguno pertenece a la élite. Ninguno”.
David Faitelson comentó que México no puede aspirar a un lugar al que no pertenece futbolísticamente. Debe trabajar para llegar a ello.
Alberto Lati dijo que “la realidad duele, pero es elocuente: no somos, como el límite lo marca, más que top 16 mundial y cada cuatro años lo confirmamos. No hemos hecho lo suficiente por subirnos a los mejores ocho”.
Raúl Orvañanos dijo que si con Mejía Barón, Lapuente, La Volpe, Herrera y Osorio hemos llegado al mismo lugar, ese es el que nos corresponde.
Eduardo Trelles, hijo del “Cachuchas” Ignacio Trelles dijo por su parte que si todos pronosticamos que en un posible cruce con Brasil hasta ahí llegaríamos y así fue. “La derrota contra Suecia nos mandó a enfrentarnos a Brasil”.
Mientras tanto Raúl sarmiento dijo que “es momento de reflexionar y aceptar realidades, pensar en una nueva generación, ustedes pongan los nombres que llegarán en cuatro años más a Qatar junto con los Lozano, Álvarez, Jiménez. Ellos intentarán darnos el quinto partido con otro técnico.
La verdad México volvió a donde estaba, cayó de la nube junto con su afición, en un Mundial donde se disputaron cuatro juegos con saldo de tres goles a favor y ocho en contra, dos victorias y dos derrotas, las dos últimas y más la segunda dolorosas.
Tras la eliminación no hay que dejar esto en el olvido, sino desde ya ponernos a trabajar. Porque el que siembra cosecha: así de simple.
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