Oaxaca.– Entre el miedo y la incertidumbre, el éxodo de migrantes avanzó esta madrugada de Juchitán a Matías Romero, aunque algunos enfilaron hacia la capital de Oaxaca.
Mientras el grueso de los migrantes centroamericanos se trasladó a pie, en camionetas, en autobuses, taxis y aventones a Matías Romero, un reducido grupo de mujeres y escasos hombres decidió irse a Oaxaca, la capital, para evitar que los cárteles que operan la franja de Veracruz “nos roben y maten a nuestros hijos”.
Al tiempo que empujaba la carriola donde dormía su hija, una hondureña trataba de convencer a otras personas a irse a Oaxaca porque la ruta a Matías Romero es muy peligrosa.
Al preguntarle por qué tomó la decisión de separarse, explicó: “Las mujeres nos queremos ir por Oaxaca”.
Se le hizo saber que la mayoría de los migrantes se fue por Veracruz, a lo que respondió: “Los hombres, pero las mujeres no. Todos los hombres que no tienen hijos que se vayan por donde quiera, pero nosotros que tenemos hijos no los vamos arriesgar”.
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