El domingo pasado vi a mis dos nietas, Luisa y Sofía —hijas de Luis Abraham—; de hecho, salimos a comer juntos; juntos las niñas y yo porque el papá ni sus luces, ya ni al billar quiere ir (yo creo que le pegan), ni modo, él se lo pierde.
La verdad es que mis nietas nunca dejan de sorprenderme. Resulta que a la primera le regalé un diario que me llegó de la mano de la azarosa amistad; contar los pormenores no viene a cuento, lo relevante es que cuando se lo entregué, en el intento de explicarle qué era y para que servía, le hice una pregunta: “¿qué es lo más importante que tiene una persona?”; y ahí nomás, sin dudarlo un instante, me respondió: “su forma de pensar”. Decirles que me dio un gusto inmenso en no decirles nada; una cálida ola de satisfacción me caldeó el pecho de gozo porque, el que lo tenga tan claro con sólo nueve años de edad, me da esperanzas sobre su futuro. Nada hay más importante en la definición de una persona que su modo de pensar. El pensamiento debe preceder a la acción. De otro modo, es uno menos que una brizna de paja perdida en la inmensidad.
A la segunda, con cuatro años recién cumplidos, no hay modo de regalarle las mismas cosas; así que le obsequié una pelota color verde rana (que viene encapsulada y luego hay que inflar en una máquina), un paquete de chicles y dos huevitos de chocolate, de esos que traen monos dentro. Emplazada por su mamá para que nos deleitara con el Himno Nacional, se arrancó a todo pulmón con aquello de “Mexicanos al grito de guerra”, empero, al final de esa estrofa decisiva, hizo retemblar en sus centros la tierra “al sonoro rugir del camión”; “al sonoro rugir del amor” aclaró Lola —su bisabuela— de inmediato (ignoro qué demonios estaría pensando mi progenitora); a lo que Sofía replicó ipso facto: “noooo, abuela, ¡del camión!”. Y en sonoro rugir del camión se quedó, así son las cosas.
La anécdota viene a cuento porque imagino que, en su corta existencia, Sofía no tiene tan presentes a los cañones como a los camiones; para ella, pienso, el tema de esas emblemáticas armas de fuego y la nada vienen a ser prácticamente lo mismo; en cambio, en su cotidiano ir y venir de la casa a la escuela y de la escuela a la casa, el de los camiones, y su horrísono fragor, es un asunto de diario. En su inocencia, el sonido de ambos vocablos le debe de sonar similar y sustituye la terrible incógnita por dilucidar con la tiznada y estruendosa presencia de los vehículos de transporte público.
En trance similar —aunque en un sentido completamente opuesto—, me imagino a nuestro flamante Presidente de la República, quien seguramente con una idea fija (ya ven que batalla) instalada entre ceja y ceja, la realidad cotidiana no es capaz de abrirse paso por entre la maraña de ideas calenturientas que lo habitan.
Sumido en ese estado febril en que lo dejaron doce largos años de campaña y las consecuentes asoleadas, su imaginación se sobrepone con singular pujanza a cualquier atisbo de realidad que venga a dar al traste con sus planes e ideas descabellados.
Que él mismo creó la emergencia por la que se tuvieron que comprar con deuda —de emergencia y obviamente sin licitar— 671 pipas, a un precio escandaloso de 180 millones de dólares,1 su proceder no es similar al de otras administraciones aunque resulte similar; que —otra vez sin licitar— adjudicó directamente a Banco Azteca2 la multimillonaria distribución de tarjetas a beneficiarios de programas sociales, su actuar no es el mismo al de otros presidentes, aunque resulte el mismo; que aun en contra del texto legal, impuso a sus cuates en cargos públicos para que se desempeñen a impulso de locuras y arrebatos,3 su obrar no es igual al de los miembros de la Mafia del Poder aunque resulte igual; que se trajo a destacados miembros de esa Mafia del Poder a trabajar con él entre los que destacan Manuel Bartlett, Esteban Moctezuma, Muñoz Ledo, Marcelo Ebrard,4 entre otros (el director de la recién creada SEGALMEX trabajó para cinco presidentes priístas),5 su maniobrar no es idéntico aunque resulte idéntico al de los demás prejidentes corruptos.
Definitivamente, el pensamiento debería preceder a la acción.
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Luis Villegas Montes.
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1 Artículo de Vanessa Alemán y David Vicenteño titulado: “Pemex solicitó préstamo para compra de 671 pipas”, publicado el 28 de enero de 2019, por el periódicoExcélsior.
2 Artículo de Horacio Jiménez titulado: “AMLO no eligió a Banco Azteca por cuates”, publicado el 17 de enero de 2019, por el periódico El Universal.
3 Artículo de Roberto Ponce titulado: “El nuevo FCE va a estar marcado por mis locuras y por las de mi equipo, sin exclusiones: Taibo II”, publicado el 21 de enero de2019, por el semanario Proceso.
4 Artículo de José Rubinstein titulado: “¿Cambio de principios?”, publicado el 17 de agosto de 2018, por el periódico Excélsior.
5 Artículo de Álvaro Delgado titulado: “Los olvidados orígenes de López Obrador”, publicado el 24 de agosto de 2018, por el semanario Proceso.
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