Salón de la Fama: Martín Sandoval, boxeador por casualidad
Por JESÚS C. AGUIRRE MALDONADO (Texto y Fotos)–
Delicias, Chih.- Martiniano Sandoval Loya “La Loba”, nacido el 10 de agosto de 1936, en Valle del Rosario, municipio de Balleza, Chihuahua, y quien se encuentra entronizado en el Salón de la Fama del Deporte Deliciense, fue uno de esos casos raros del boxeo, ya que entró por casualidad al deporte de los puñetazos luego de que al acudir con un grupo de amigos a la desaparecida Plaza de Toros Silverio Pérez, que se ubicaba en lo que hoy es el Cinema Delicias, de la avenida Cuarta sur.
Al fallar un boxeador de la cartelera, y tras haber asistido por primera vez a una función de box en compañía de los amigos, se le invitó a subir al cuadrilátero, con tan buena fortuna que en su debut noqueó a su rival en el mismísimo primer asalto, ante el asombro de propios y extraños, iniciando de esta manera una excelente carrera que lo llevó a entrar en la primera generación del Salón de la Fama.
Martiniano se llamaba, pero siempre utilizó el nombre de Martín, hasta el día de su muerte, donde no pudo noquear al tremendo mal que significó el Parkinson que padecía y que lo llevó a la tumba.
Fue tal la calidad y fuerza en los puños que mostró Sandoval Loya en este su primer combate, donde entró a pelear por casualidad, animado por los amigos, que ahí mismo fue invitado para que acudiera a entrenar y posteriormente ingresar al profesionalismo, ya que fue considerado en sus tiempos como un verdadero “diamante en bruto”, al que solo habría que pulirle ciertos detalles, pues “La Loba” fue uno de esos casos raros del deporte y que nacen allá muy de vez en cuando.
El solía pelear en las calles, en las cantinas, porque era bravo como él solo y así lo demostró desde la primera vez que se calzó las zapatillas y los cortos.
Casado con Celia Talamantes Estrada, con quien procreó siete hijos (Margarita, Sonia, Irma, Martín, Jesús Arturo, Enrique, y Celia) todos vivos, a don Martín le vino el apodo de “La Loba” porque era bueno para la pizca del algodón, “era todo una Loba”, decían, y se cocía aparte en cuanto a quitar de las matas el capullo, para llenar costales y al final de la jornada laboral juntar sus muy buenos kilos, que se transformaban en una buena paga.
Como anécdota, llegó a contarnos en vida, este pugilista y también sastre de los buenos, que después de venir de pizcar algodón se fueron él y sus amigos a la función de box a la plaza de toros “Silverio Pérez”, que estaba donde se encuentra hoy el Cinema Delicias, y en aquellos años marcó toda una época, pues era el centro de espectáculos públicos por excelencia y donde llegaron a presentarse figuras del deporte y del espectáculo de la época.
El nunca había asistido a una función de boxeo y aquel día como falló un peleador ahí fue donde sus compañeros lo subieron a pelear, a pesar de que éste no estaba muy animado que digamos, ganando en el primer asalto y le hicieron la invitación de entrenar, iniciándose en el boxeo amateur entre 1958 y 1960.
Fue subcampeón estatal amateur en 1959 y preseleccionado nacional. Peleó en el año de 1960 contra el campeón estatal amateur, Rubén Muñoz, en Ciudad Juárez.
Ya como profesional, donde marcó su debut ante el parralense Tito Luján, “La Loba” Sandoval, de oficio sastre, tuvo alrededor de 40 peleas en un lapso de seis años, peleando en varias partes del estado como Ojinaga, Camargo, Ciudad Juárez, Saucillo, Chihuahua, Hidalgo del Parral y varias peleas en La Laguna, particularmente en Torreón, Coahuila.
Peleó contra el campeón ligero de Durango, Memo Sánchez, en la Plaza de Toros allá en La Laguna.
A manera de anécdota, don Martín Sandoval nos llegó a platicar en vida que “ese mismo día que iba a pelear en la tarde me llegó un telegrama avisándome que mi padre acababa de fallecer”.
A pesar de la pena y del gran dolor que lo embargaba, él quiso pelear para cumplir el compromiso, y pensaba dejarse caer en el primer round para irse pronto a la fronteriza Ciudad Juárez a velar a su señor padre, pero ya cuando se hizo la presentación de los peleadores le dieron un minuto de silencio, en señal de respeto y de luto, en honor a su progenitor, oyéndose nomás en el encordado sus zapatillas, al realizar el camino rumbo a esta batalla.
Ese gesto lo motivó a pelear a fondo, yéndose el combate a decisión en 10 asaltos.
Ese combate lo ganó “La Loba” Sandoval y el mismo público también en agradecimiento le juntó dinero para el pasaje y que se fuera al funeral de su padre y le diera cristiana sepultura, pues a pesar del dolor que le causaba esta pena, ofreció una gran pelea y se fajó como los verdaderos grandes de los encordados, dando una épica batalla que aún recuerdan quienes tuvieron la fortuna de haberla presenciado.
Peleó contra “Barclyn” Mendoza que venía del Distrito Federal, con un gran cartel, ganando “La Loba” en el primer round. Y acrecentando su fama de fajador y gran noqueador, con dinamita pura en sus puños.
También peleó contra Raúl García, de Camargo, a quien le apodaban “ La Abuela”, imponiéndose Sandoval a domicilio sobre el camarguense.
En la capital del estado, Chihuahua, Chihuahua, en el gimnasio Rodrigo M. Quevedo en el mero corazón de la colonia Santa Rita, “La Loba” Sandoval le hizo frente a Jesús Pruneda.
De las peleas que tuvo en Torreón, las que más recordaba Martín Sandoval fue en la que se enfrentó al “Tránsito” Ramírez.
Tuvo muchas peleas más, como en la que se midió a Ramón “El Zurdo” Torres, a “Memín” Rangel, “Mickey” Heredia, “La Vetarra” Rodríguez y tantas y tantas peleas que le fueron acrecentando su fama.
Pero la batalla más importante fue la que sostuvo contra el mal del Parkinson, muy clásico en algunos ex boxeadores, como el caso del gran estrella estadounidense Muhamad Alí, mejor conocido como “Cassius Clay”, y que poco a poco fue minando su salud, al grado de que tuvo que dejar el oficio que tantas satisfacciones le dio, como lo fue la sastrería y ante el Parkinson, perdió su batalla contra la lida, pasando de esta manera a la eternidad y su trayectoria como fiel testigo de sus hazañas, quedó plasmada con letras de oro en el Salón de la Fama del Deporte Deliciense.
Raúl Delgado Modesto, el ex campeón nacional medio en los setenta, para unas de las peleas que “La Loba” Sandoval iba a tener en Ciudad Juárez contra Jesús Pruneda, le ayudó a “hacer guante” (de sparring).
Por cierto que en esa misma función en la pelea estrella el cubano-mexicano, José Ángel “Mantequilla” Nápoles, que también está minado en su salud a causa del terrible “alemán”, el Alzheimer, se enfrentaba a Carlos de Pieza.
Después de venir de las Olimpiadas de Roma de 1960 Rogelio Reyes en sus inicios en la profesional, en el año de 1961 se enfrentó contra “La Loba” Sandoval en la plaza de toros Alberto Balderas de Ciudad Juárez, en una de tantas batallas épicas y fragorosas que se le recuerden, echándose, fiel a su costumbre, al público fronterizo a la bolsa con su actuación.
Tuvo Sandoval peleas en varias categorías, como peso pluma, welter ligero y medio.
Para el año de 1956 fue Sandoval a Chihuahua capital para competir en los 100 y 200 metros planos, en esta última prueba de atletismo quedando en 2° lugar del estado, luego de que lo llevó a competir el profesor Macario Guillén Rosales, también recientemente fallecido.
Don Martín, de oficio sastre, llevó en este oficio por más de 50 años, abrigando este arte su hijo Jesús Arturo Sandoval Talamantes, quien también salió bueno para los puños, pero no arriba de los cuadriláteros, sino en peleas callejeras.
Don Martín, a causa de su enfermedad dejó al frente del negocio a su hijo y en los delicienses que lo vieron pelear cuando estaba “en su mero mole”, gratos recuerdos que quedarán resguardados con letras de oro en la historia no solo del deporte de esta ciudad de los “Vencedores del Desierto”, sino del estado de Chihuahua, donde ya tiene ganado a pulso su lugar en el Nicho de los Inmortales, el Salón de la Fama del Deporte Delicienses, al lado de otro peleador de esta tierra, como lo fue Armando “Mando” Muñiz, de grato recuerdo por sus fragorosas batallas ante el cubano-mexicano José Ángel “Mantequilla” Nápoles.
Últimos comentarios