De austeridad y cosas peores…por Aída María Holguín
-FRASEARIO-
A mediados del mes de julio del año pasado, el entonces candidato ganador, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer “50 lineamientos generales para el combate a la corrupción y la aplicación de una política de austeridad republicana”. Según López Obrador, ese plan de acción era para terminar con los «abusos, excesos y dispendio» del erario.
Desde aquel entonces, ya se advertía que la -mal llamada- austeridad planteada por AMLO detonaría una crisis en el sector público. Ahora, a tan solo 10 meses de distancia, aquella advertencia ya se convirtió en una alarmante realidad.
Despidos, recortes presupuestales, congelamiento de recursos, déficits financieros, desabasto, y deterioro en la prestación de servicios que le corresponden al Estado, son términos que -conforme pasan los meses- se escuchan con más frecuencia, porque la “austeridad” republicana está haciendo de las suyas. O sea, está destinando lo “ahorrado” a los caprichos del presidente López Obrador; es decir, a entregar dinero (llámense becas o subvenciones) “sin ton ni son”, a la construcción del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, del Tren Maya y de la refinería de Dos Bocas, y al rescate de Petróleos Mexicanos.
Sin importarle la devastación económica, financiera, presupuestal, ambiental y social que está causando (y que ya se empieza a sentir a lo largo y ancho del país), el presidente sigue obsesionado con su irracional política de “austeridad” que más que ayudar, está desestabilizando la poca estabilidad que teníamos. Y es que una cosa es eliminar los gastos superfluos y combatir la corrupción, y otra muy -pero muy- distinta, es convulsionar (en todos los sentidos) al país por cumplir los caprichos de una persona; peor aún, si esa persona es quien debiera ser el primero en impedir tal cosa.
Es así como, en menos de un año, hemos pasado de tener un “esperanzador” plan de austeridad republicana, a tener un lamentable y desesperanzador régimen de terquedad autoritaria que está a “una nada” de llegar al totalitarismo.
En esta ocasión, concluyo citando lo dicho alguna vez por el político y ex viceministro de Irlanda del Norte, Martin McGuinness: «La austeridad está devastando a estas comunidades. Los trabajadores pobres, los trabajadores del sector público, los discapacitados y los vulnerables son los más afectados por esta política en bancarrota e ideológicamente impulsada».
Aída María Holguín Baeza
laecita.wordpress.com
laecita@gmail.com
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