Levanta el ánimo a chilenos rescate de mineros
Los chilenos han vivido este año dos emociones muy fuertes: el dolor y la euforia; el devastador terremoto del 27 de febrero dejó el ánimo de los chilenos por los suelos, pero el rescate de los mineros parece que se los ha levantado.
“Esto es una tragedia, pero creo que le ha hecho bien al alma del país”, señaló ayer el Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter.
El desafío inédito de salvar a los mineros desde una profundidad de más de 600 metros le permitió a Chile reponerse del dolor y mostrar el profesionalismo de su gente luego del trágico temblor.
“Los mineros nos han dado un ejemplo de cómo soportar la adversidad, también los rescatistas de solidaridad y nuestros ingenieros nos han dado un ejemplo de cómo hacer un rescate exitoso”, dijo el Presidente Sebastián Piñera, cuyo Gobierno ha sido criticado por el lento proceso de reconstrucción.
En el año del Bicentenario de su Independencia, Chile despertó trágicamente la madrugada del 27 de febrero con un poderoso sismo de 8.8 grados Richter, seguido de un tsunami que devastó una amplia zona del sur del país.
Las imágenes de dolor de la tragedia, junto a la de pueblos completamente arrasados fueron un duro golpe al ánimo nacional.
Y cuando aún no se reponían, un derrumbe sepultó a 33 mineros en un yacimiento al norte de Chile.
En los primeros 17 días no hubo noticias de ellos y volvieron a repetirse las imágenes de dolor, hasta que, cuando ya se temía una nueva tragedia, ocurrió el milagro de hallarlos a todos con vida y en buenas condiciones.
El país estalló de júbilo, encontrarlos en el fondo de la mina San José fue todo un hito, pero ésto dio paso a otro desafío no menos difícil: rescatarlos desde más de 600 metros de profundidad.
El reto puso a prueba la capacidad de ingenieros y técnicos, quienes tuvieron que ejecutar con alta precisión y en tiempos muy comprometidos el operativo de salvamento.
El día a día de la vida de los obreros dentro de la mina fue seguido por cientos de miles de chilenos.
Además, contra todos los pronósticos, Piñera apostó al optimismo y en todo momento se mostró confiado en rescatarlos. La apuesta le dio tempranos frutos. En agosto, el mes que inició la tragedia, su popularidad subió 10 puntos y llegó a 56 por ciento, su valor más alto desde que asumió la presidencia en marzo.
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