En esta ocasión el Viacrucis se vivió en cada hogar
Por Jesús C. Aguirre Maldonado—
Delicias, Chih.– Debido a la pandemia por el Covid-19 o Coronavirus, el Vía Crucis ó Viacrucis, que significa camino de la cruz y se refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesucristo desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura no tuvo representaciones y es ahora la sociedad, las familias las que viven su propio viacrucis encerrados en casa guardando la cuarentena y muchos sin trabajo y sin dinero.
Los pasajes del Vía Crucis ó Viacrucis en esta ocasión no fueron representados por los fieles de la parroquia de San Pablo Apóstol en Meoqui, ni en la región, el estado y país y fueron si acaso escasos, según reportan noticieros televisivos en Hidalgo, ya que los lugares de
fueron cerrados para evitar contagios.
En esta ocasión del Viernes Santo 2020 los fieles, obedeciendo las disposiciones oficiales de los Gobiernos en turno, no se volcaron a las calles mediante el Vía Crucis viviente y las calles que en años anteriores lucían llenas, para la representación de las 14 estaciones, no se vieron.
En este Viernes Santo la comunidad católica ya no empezó a congregarse en el punto de partida desde temprana hora, ahora desde sus hogares, o en sus trabajos, elevaron una plegaria al cielo para que esta situación que ha cobrado muchas vidas en México y el mundo, pronto pase y vuelva la calma a reinar y las familias a reunirse y realizar sus actividades con normalidad.
No hubo párrocos ni fieles en las calles, ni quienes representaran a Jesucristo, realizando el tradicional recorrido de año con año acompañado de la oración y en el encierro por la Cuarentena las familias aprovecharon el reunirse en casa en torno, los que tienen la manera de comprar y prepararlos, los platillos clásicos de Cuaresma, como chacales, lentejas, capirotada, torrejas, romeritos, tortitas de papa y camarón, nopalitos, entre otras delicias.
No hubo representaciones del Vía Crucis, “Camino de la Cruz”, “Estaciones de la Cruz” o “Vía Dolorosa” y el acto de piedad se traslada a los hogares, donde las familias viven su propio camino de oración, aunque sea de una habitación a otra o hacia sus trabajos, todo encaminado a la búsqueda de la meditación de la pasión y muerte de Jesucristo en su camino al Calvario.
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