Ya pasó un año desde que el la Organización Mundial de la Salud declaró el brote del coronavirus 2019-nCoV como una emergencia de salud pública internacional.
En aquel entonces, en China había casi 8 mil casos confirmados y 170 personas fallecidas a causa de la nueva enfermedad, y 82 casos adicionales confirmados en 18 países. Por tal motivo, la OMS exhortó a todos los países a estar preparados para detectar, prevenir y contener la propagación del nuevo coronavirus.
Los países deben hacer hincapié en la reducción de la infección y contribuir a la respuesta internacional a través de la comunicación, la colaboración multisectorial y la participación activa para aumentar el conocimiento sobre el virus y combatir la enfermedad, advertía el director general de la OMS.
Hoy, a un año de aquella declaratoria y de la -casi- súplica de la OMS a la comunidad internacional, la misma OMS reporta que el número de casos acumulados de COVID-19 a nivel mundial (en alrededor de 200 países) supera los 102 millones y las muertes los 2.2 millones.
Hoy, a un año de la aquella declaratoria, México es el segundo peor país en ranking de desempeño en el manejo de la pandemia. Esto, de acuerdo con el informe “Índice de desempeño Covid: Deconstruyendo las respuestas a una pandemia”, emanado de un estudio realizado por el Instituto Lowy de Australia, mismo que consistió en comparar la forma en que los gobiernos de 98 países manejaron la pandemia durante las 36 semanas posteriores a su centésimo caso confirmado de COVID-19.
Si bien el informe aclara que ningún país es el ganador absoluto porque la gravedad de la pandemia ha variado desde que estalló la crisis, también deja muy claro que las sociedades cohesionadas y con instituciones competentes son las que han tenido ventaja ante la crisis global causada por el SARS-CoV-2.
El asunto es que aunque el presidente López Obrador -y compañía- afirme que el manejo de la pandemia en México ha sido muy profesional, que la estrategia para enfrentarla ha sido exitosa y que hasta Joe Biden reconoce que México ha atendido mejor la pandemia que su país, la realidad es otra: Independientemente de que EE.UU. esté “mejor” ubicado en ranking global de gestión de la pandemia (en la posición 94 y México en la 97), los más de 2 millones de casos (estimados) acumulados y las casi 160 mil defunciones (confitmadas) por COVID-19 confirman -y duplican- el escenario catastrófico que el subsecretario López-Gatell descartó a mediados del año pasado.
Hoy, a un año de la declaratoria de emergencia por el brote de la COVID-19, el liderazgo débil e ineficaz del gobierno de la 4T se ve reflejado en las torpes tácticas y estrategias fallidas frente a la pandemia.
En esta ocasión, concluyo citando lo dicho el biólogo e investigador etíope, actual director general de la OMS, Tedros Adhanom: Un liderazgo fuerte es esencial ante las crisis de salud. Las emergencias complejas de salud pública exigen una respuesta colectiva con un compromiso político y diplomático de alto nivel.
Aída María Holguín Baeza
laecita@gmail.com
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