Aun cuando no se ha terminado el recuento de los votos, ahora que publico este material (12 de junio), vemos que se puede desprender una serie de reflexiones; habrá muchísimas deducciones y teorías al respecto, pero por lo pronto diré que se viene el “efecto López Obrador”, que todavía tiene vigencia, baja, pero todavía es un efecto consolidado. Las y los analistas decían que, al no estar en la boleta el presidente de la república, se iban a perder varias posiciones a lo largo del país, pero fue lo contrario, aun no estando en la boleta, su sombra se sigue manteniendo.
Salvo el caso de la elección del 2018, cuando Morena arrasó en la mayor parte del país, hoy se mantiene esa tendencia, no tan fuerte, pero sigue siendo decisiva. Hay que recordar que, sin AMLO, fue un desastre en varias elecciones nacionales, en Chihuahua en el 2016 existió una votación sumamente baja.
En la presente elección de 2021, Morena ganó 11 gubernaturas y en otra tuvo una influencia decisiva: es el caso de San Luis Potosí, donde en el Congreso tendrá mayoría, pese a que el candidato ganador contendió por una coalición entre el PVEM y el y PT, pero es una posición con fuerte influencia de la 4T.
Como este aspecto, hay otros interesantes, por ejemplo, en el caso de Tamaulipas -donde solo se llevaron a cabo elecciones para diputados locales-, el triunfo de Morena fue contundente. Como en este caso, se puede decir que hubo triunfos inobjetables, pero no obstante también hubo derrotas importantes, como en la Ciudad de México, donde se perdieron varias alcaldías. Pero a nivel estados y legislaturas la 4T se llevó un buen porcentaje de cargos públicos.
En el estado de Chihuahua fue muy diferente; el efecto AMLO no alcanzó para triunfar en la gubernatura, ni en varios municipios importantes. El PAN se llevó la mayoría de los ayuntamientos de votación alta, como Cuauhtémoc, Delicias y sobre todo la ciudad de Chihuahua. En su conjunto, sumados los votos en todo el estado, el PAN logró sacar una buena ventaja sobre el candidato de Morena. Aquí fue uno de los casos excepcionales en donde Morena no se llevó la gubernatura, aunque su votación no fue baja si la comparamos con la de 2018; de cualquier manera, su porcentaje fue importante pero no decisivo para conquistar el máximo cargo a nivel estatal.
En Ciudad Juárez, el partido de AMLO casi se llevó el carro completo: ganó tanto en las diputaciones locales como en las federales, en la alcaldía y en la sindicatura; le fue muy bien al partido en términos de triunfos, pero le fue mal en cuanto a que el porcentaje no le alcanzó para ganar la gubernatura. Esto se atribuye al amplio abstencionismo que hubo en la ciudad, comparado con el resto del estado. Muchísimos juarenses no salieron a votar y habría que analizar los motivos. Aunque ganó, Morena pudo haber triunfado con más amplitud y eso no ocurrió; triunfos holgados, pero no apabullantes.
En mi caso particular, puedo comentar que estuve en una casilla que no estuvo lista a tiempo para funcionar y se hizo una fila, pero al tardarse en abrir, varias personas se retiraron y ya no regresaron a votar. También me tocó ver que a algunas personas que votaban en la casilla donde estuve no se les permitió sufragar, porque por algún motivo no correspondía la sección y la casilla. Me dijo un amigo que se hizo cambio de ubicación en su casilla y la pusieron lejos de su casa y estuvo a punto de no sufragar por ese motivo. Este tipo de detalles pudieron haber influido en la no participación y en que en Ciudad Juárez hubiera tanto abstencionismo: alrededor del 62.8 por ciento del padrón electoral.
El efecto AMLO hizo que varios aspirantes hicieran una campaña muy limitada, al confiarse en que la sombra del candidato les alcanzaría para triunfar, y así fue, pero los futuros prospectos a ocupar cargos públicos se tendrán que hacer a la idea de que no siempre será así y que se requiere de un trabajo arduo y agresivo para ganar el voto popular; de momento, sin mucho esfuerzo les alcanzó para obtener triunfos inmerecidos.
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