Por Graciela Reséndiz
TOLUCA — Todo su esfuerzo, su entrega total, fue vano para el Toluca, por lo que merecidamente el Monterrey avanza a la final del Torneo Apertura 2009 del futbol mexicano, duelo que jugará ante el Cruz Azul.
Los Rayados vinieron al Nemesio Díez a romper los pronóstico y a buscar su cuarta final en los torneos cortos que consiguieron con base en un buen juego defensivo y siendo contundentes cuando el momento lo requirió.
Finalmente, el 2-0 que los regiomontanos le impusieron a los Diablos en el juego de ida de las semifinales prevaleció, ya que con el empate a un gol que logró en la Bombonera, automáticamente sigue en la fiesta grande, a la cual ha llegado de la mano del técnico Víctor Manuel Vucetich.
LA MISMA HISTORIA
Que el rival no le ataque, que lo apriete cuando tiene el balón, es lo que más daña al Toluca en el Nemesio Díez. Quedó demostrado ante los Rayados, que vinieron al Estado de México a hacer lo suyo: proteger los dos goles de ventaja que merecidamente ganaron en la ida (2-0) de las semifinales.
Haciendo gala de un buen funcionamiento defensivo, los pupilos de Víctor Manuel Vuicetich no cometieron ningún error en la primera parte, aunque ofensivamente brindaran poco, con un ataque chato entre el Chupete Suazo y Aldo de Nigris.
La ausencia del panameño Felipe Baloy (lesionado) en la zaga no se notó. Vucetich ordenó cinco atrás, con Dulio Davino y Basanta como los hombres más participativos; siempre estuvieron atentos, se adelantaron al rival en todas las jugadas que les tocó definir para salvar su portería. Si no era un pie era un desvío con la cabeza de los Rayados, pero los Diablos no se asentaban totalmente en la cancha, pese a tener la mayor parte del tiempo la posesión del balón.
La reaparición de Luis Pérez en la media de contención fue fundamental para que las cosas le salieran bien a los regiomontanos. Pérez nunca adelantó líneas, dándole prioridad a l parte defensiva. Esa era el plan que le resultó al equipo visitante.
Los rojos, en cambio, desperdiciaron infinidad de veces la pelota, lo mismo que la semana pasada, cuando el San Luis les hizo la vida imposible. Hoy, los anfitriones no crearon una jugada clara de gol. Les faltó profundidad, no obstante contar desde el inicio con el novel Raúl Nava, quien en el área tuvo un par de ocasiones de anotar, pero al igual que a Sinha, Calderón y Héctor Mancilla, careció de tranquilidad para definir. La portería nunca estuvo a modo para el equipo que dirige José Manuel de la Torre, todo nerviosismo en la cancha.
Toluca atosigó, pero su puntería no fue final, y el trabajo defensivo excepcional del rival.
Los Rayados, con poco arsenal arriba, tuvieron para inquietar al Toluca con un disparo cruzado del Chupete y un acercamiento claro en el área de De Nigris, quien por querer anotar olvidó que el Chupete estaba solo del otro lado.
El trabajo arbitral de Eduardo Gasso fue aceptable. No se comió la supuesta falta de Davino al minuto 3, cuando Mancilla sintió el brazo del zaguero y se dejó caer a la espera de un penalti que no fue marcado. También terminó con los roces que ya existían entre Edgar Dueñas y De Nigris.
A MORIR
Con el marcador en ceros, la ventaja seguían siendo rayada. Así que los rojos tenían que seguir haciendo el gasto para conseguir lo que sus miles de aficionados le pedían desde el primer minuto: el pase a la final. El “¡sí se puede, sí se puede..!” se escuchaba en todo momento.
Los Diablos salieron otra vez dispuestos a acabar con el contrario, dando el primer aviso al minuto 48, cuando un servicio cruzado de Esquivel no fue alcanzado por Mancilla, quien sólo tenía que cerrar la pinza. El chileno no salió en su mejor día, aunque sacarlo hubiera sido un error, ya que cuando las tiene a modo y la presión ya es mucha suele ser letal en la meta contraria.
El Chepo hizo su primer cambio en la media cancha; sin Israel López, Vladimir Marín se metió en la contención, pero con más salida. De sus pies, los Diablos contragolpearon un par de veces, aunque ninguna llegó a la última zona.
Los Rayados, en cambio, se mantenían igual que en el primer tiempo. Y ahora arriesgaba menos que antes, con Gerardo Galindo en la media cancha, siendo el sacrificado Osvaldo Martínez, quien estuvo muy estático por la banda derecha.
Vucetich se la jugaba y lo hacía con la confianza que tenía en sus jugadores, en su buen comportamiento, aunque luego pudiera terminar lamentándose. Sacó al goleador De Nigris para darle cabida a Carreño al minuto 65. Y casi enseguida al Chupete Suazo, quien se molestó sobremanera con su entrenador por mandarlo a la banca.
Toluca hace sus cambios también y los agota con Isaac Brizuela y Diego de la Torre. Esto ya no tenía marcha atrás. Y cuando la concentración debía estar al 100 por ciento los rojos la perdieron, dando lugar al gol rayado marcado por Carreño al minuto 71.
El error del portero Talavera, quien contra los gladiadores había sido el héroe, mostró su lado malo. La afición calló en la Bombonera, pero volvió a abrigar esperanzas cuando Brizuela mandó el balón a las mallas de Jonathan Orozco. Era vivir o morir. Pero el empate
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