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Entrevista a Carlos Amaya…por Javier Quiñones

Carlos Amaya, sonrie...Entrevista con el Presidente del PRI-Delicias

“NO VEO TODAVÍA RESULTADOS CONVINCENTES”: CARLOS AMAYA

Califica con “un Seis, Seis y Medio”, el Desempeño de Mario Mata

—Por Narciso Amoz y Javier Quiñones—

“El Presidente de nuestro país viene a ser, quiera que no, un cirquero que ha de darles gusto a todos al mismo tiempo para no ganarse la enemistad de nadie. Nuestros presidentes devienen así especialistas del trapecio, del alambre y de la cuerda floja.”

Spota, Palabras Mayores

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Carlos Amaya es a pesar de su preeminencia social –quizás por eso mismo- un hombre discreto, paciente y de maneras sencillas.

Nos recibe en su oficina, allá en el “Luis Donaldo Colosio”. Llegamos minutos antes de la cita y no se hace esperar, con un gesto nos invita a su oficina.

Ya acomodados, invocamos al abuelo. Recordamos que fue un pionero, aquí, de la masonería, y sobre todo, un terco, valiente opositor al PRI cuando serlo era  peligroso: cedillista al final de los veintes, almazanista una década después y cardenista durante las elecciones presidenciales de 1988 y 1994.

Le preguntamos al presidente de los tricolores:

-¿Cómo reconcilia su militancia priísta con la herencia política de don Polo Amaya?

Se sonríe el nieto, debe causarle gracia la remembranza del patriarca familiar.

Creemos percibir un dejo de orgullo en su expresión cuando, para ilustrar el carácter del abuelo, nos platica la anécdota del perro que mordió en la ingle al anciano mientras ofrecía, armado de unas tijeras, servicios gratuitos de podador de jardines ajenos:

-Fuimos a buscar al perro para saber si tenía rabia, ¿verdad? Al fin lo localizamos, y apenas verlo, dijo apuntándole con un dedo: “¡Ese cabrón chino fue!”. Era un perrazo peludo y, en efecto, chino…

Le ilumina el rostro a Carlos ese recuerdo.

Mas corrige nuestro enfoque:

-¡No sé de donde le salió lo anti priísta a mi abuelo! En mi familia todos hemos sido del PRI, varios tíos y los descendientes, mi padre también.

Roto el hielo mediante el artilugio de la rememoración, entramos en materia.

El tema principal es, por supuesto, la renovación del PRI municipal.

-Denos un balance de su gestión al frente del partido. ¿Está satisfecho?

-Mire, perdimos Delicias pero ganamos el distrito. Así es la política, se gana y se pierde.

-¿Cómo explica la derrota en la elección municipal?

Hace una pausa el hijo de Octavio, revisa hipótesis, y al cabo resume:

-Es difícil hallar una causa específica, más razonable resulta atribuirla a un conjunto de circunstancias…

-¿Por ejemplo?

-Pesó mucho, en mi opinión, el deseo de los delicienses de dar oportunidad a otro partido. El PRI postuló a ex presidentes en tres ciudades importantes: Juárez, Cuauhtémoc y Delicias; ganamos las dos primeras y perdimos aquí. ¿Por qué? Por las peculiaridades de Delicias. Influyó sin duda el apellido de nuestro candidato: el desgaste natural del grupo Baeza se combinó con el deseo de los ciudadanos de probar otras opciones.

Como quiera, pronto concluirá Carlos su encomienda al frente del PRI-Delicias.

-Estamos esperando la convocatoria. Es un hecho que saldrá en junio –informa.

2

Ineludible, entonces, hablar del segundo gobierno panista de Delicias.

Ponemos en la mesa una anécdota:

-Nos tocó presenciar un ping pong entre usted y Mata, en el cabildo. Lo normal es que el presidente o el secretario quite la palabra a algún regidor, cuando consideran que se le van las cabras o divaga. Pero en esa ocasión, tras haberlo interrumpido Mata, usted también le quitó la palabra. No es usual esta actitud independiente…

-Hay confianza, Mario Mata fue nuestro empleado durante 25 años.

-¿De veras?

-Sí, fue uno de nuestros directores en Delsa.

-¡Entonces aprendió a hacer muebles con ustedes! ¿Y qué tal era como empleado Mata?

-Bueno. ¿Sabe?, Mata y sus hermanos son muy inteligentes, uno de ellos está en la Nasa.

Recuerda bien Carlos Amaya aquella discusión en el cabildo. Fue a propósito del apoyo extraordinario promovido por Mata a favor de una maquiladora de Meoqui.

-En efecto, yo pedí que cuando la maquiladora superara su crisis, devolviera algo al municipio. No fue por cierto un único apoyo de 20 mil pesos lo que se subsidió a la empresa, hubo un error, no se dijo que en realidad se aprobaba darle 20 mil pesos ¡pero cada semana!

-Mata dijo, si mal no recuerdo, que sería un solo pago…

-No es así.

-¿Se aclaró ante la prensa?

-No lo sé.

Llegados a este punto, decimos a Carlos que ya terminó el periodo de gracia que tradicionalmente se concede a los nuevos gobernantes para que tengan tiempo de acomodarse.

En tal tesitura, le pedimos una evaluación del gobierno que cumple hoy siete meses.

-Transcurrió ya 20% del periodo de Mata. A estas alturas, ¿cómo ve usted al nuevo gobierno municipal?

Duda un poco Carlos, dividido probablemente entre la amistad y sus deberes de político opositor. Pero no se raja:

-Hay mucha publicidad, muchos planes, aunque en mi opinión falta aterrizarlos. Yo no veo todavía resultados reales, convincentes. Eso sí, hay mucha publicidad, pero no mucho más…

-Resuma su evaluación del desempeño de Mata en una calificación, en escala de uno a diez –pedimos.

-Mmm… yo le pondría un seis, seis y medio.

-¿Los mejores y peores funcionarios? –tanteamos.

-Quiero decirle que si César Jáuregui no estuviera en el cabildo ¡nos hubiéramos comido a los regidores del PAN! Les falta experiencia, se nota mucho la improvisación. Yo había escuchado que Jáuregui era difícil…

-¿Que era un golpeador?…

-Entre otras cosas. ¡Pero me llevé una sorpresa! Su participación en las reuniones previas ha sido fundamental para lograr acuerdos. Sabe escuchar y negociar, es inteligente y además paciente. Un político verdadero. Todo lo contrario de lo que escuché decir sobre él…

-¿Y por qué acude Jáuregui también a las sesiones secretas del Cabildo, acaso no debería limitar su presencia a las ordinarias?

-La verdad no sé por qué asiste a las previas, no debería, pienso yo…

3

Dejamos la pregunta más difícil para el final.

Un tema tabú en Delicias, que mete miedo a todos.

Evocamos lo que nos han recomendado todos los gobernantes locales, e incluso los colegas periodistas: no hablar de la “guerra” contra el narco, limitarnos por seguridad personal a reproducir los boletines oficiales.

Pregunta que quema, de aristas filosas:

-Se dice que la policía no está investigando las ejecuciones, ni la policía municipal ni ninguna. ¿Qué piensa usted al respecto?

Exculpa de entrada al gobierno de Mata:

-No tiene facultades, él puede hacer muy poco al respecto. Cuando la policía municipal detiene a un traficante de drogas, se limita a entregarlo a los federales. Y suele ocurrir que al rato sale libre el delincuente…

Alberga muchas dudas Carlos Amaya, como todos los delicienses.

Nos platica que una vez se apersonó en su empresa un convoy de sicarios:

-Al parecer llegaron a Delicias a través de brechas, tal vez venían huyendo y pensaron que podrían obtener un buen dinero allí, pero yo no estaba. Reporté el asunto a la policía, luego ya no supe más.

-La matazón ha superado todos los pronósticos, para escándalo del mundo entero. ¿Qué falló en la estrategia anti-narco de Felipe Calderón, a juicio suyo? –inquirimos.

-Tampoco lo sé con certeza. Una cosa sí: todos, todos en Delicias sabemos quiénes son los narcotraficantes. Allí andan y no pasa nada…

-¿Pagará el PAN en la elección de 2012 tantas dudas, la falta de transparencia? –cerramos.

-Seguramente. Hay una gran inconformidad entre la población por la manera en que se están haciendo las cosas -plantea.

En la puerta nos despedimos de la muy amable secretaria que nos consiguió la cita.

También en el trato a la prensa se nota la diferencia entre los nuevos PRI y PAN.

Ineludible resulta comparar con Susana Román Sáenz, la dirigente del PAN, quien nos dejó con un palmo en las narices a tres minutos de empezada la entrevista con una excusa pueril, copiada de los peores hábitos del antiguo PRI: sólo porque la llamó el presidente Mata (“donde manda capitán…”).

“Cosas veredes, Sancho” –nos decimos ya de camino al Reloj.

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