—Por Manuel García Dávila—
El reflujo gastroesofágico puede ser un evento normal a cualquier edad y género; se le denomina reflujo fisiológico y es un mecanismo de defensa que permite la descomposición del estomago ante una ingesta alimentaria cuantiosa, en los niños se presenta en ocasiones por una mala técnica alimentaria.
Durante el primer cuatrimestre del año 2011, se brindaron 344 consultas en Medicina Familiar por reflujo gastroesofágico, siendo solo el 10% en menores de 1 año y 289 casos en el grupo de 44 a 65 años, siendo la gastritis y duodenitis la causa básica.
Especialistas del IMSS, en la Delegación Chihuahua mencionan que cuando este evento normal se convierte en enfermedad ocurren signos, síntomas y complicaciones como, dolor, pirosis, alteraciones del sueño y enfermedades respiratorias; el reflujo puede ser por un defecto anatómico que produce una resistencia al vaciamiento gástrico hacia el intestino.
En el 70% de los lactantes los vómitos y las regurgitaciones son normales, aproximadamente del 5 al 10 por ciento presenta complicaciones; mientras que el 25% de los adultos presentan pirosis (agruras), complicándose por el poco interés que le dan.
La enfermedad del reflujo gastroesofágico ocasiona en los niños desde regurgitaciones y vómitos hasta irritabilidad, dolor abdominal, falla para crecer, trastornos de la alimentación, trastornos del sueño, halitosis o mal aliento, enfermedades respiratorias, anemia, sangrado del tubo digestivo, afectaciones en la dentadura y otras alteraciones como resultado del regreso de material gástrico hacia el esófago u otra estructura como la boca, la faringe o la vía respiratoria.
Los signos de alerta serían, apneas o suspensión del ritmo respiratorio, coloración azul en la piel, dificultad para respirar o ahogamiento, dificultad para deglutir, pérdida de peso, vómitos con sangre, desnutrición, neumonías por aspiración espasmos laríngeos y anemia, ante estos síntomas es necesario acudir de inmediato al pediatra.
Recomiendan los médicos realizar un diagnostico certero en el niño, una vez que se confirme la enfermedad como reflujo gastroesofágico se justifica el tratamiento médico; de lo contrario el médico solo debe de vigilar al paciente, recomendar algunas técnicas de alimentación como esperar la fórmula, usar fórmulas antireflujo e inclinar la cabeza de la cuna del bebé.
El tratamiento médico se enfoca en disminuir el número de eventos y el volumen del reflujo, en reducir la acidez del material de reflujo, y en proteger al paciente contra el daño que éste ocasiona, la duración del medicamento se individualiza de acuerdo con la respuesta clínica; cuando no hay una respuesta positiva el siguiente paso sería la cirugía, ya se abierta o mediante laparoscopia, estas solamente se indican en casos graves.
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