Es la administración una disciplina neurálgica, en ella se conjugan factores determinantes para que una organización sea exitosa.
Es una ciencia social que se encarga de la planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos con el fin de obtener el máximo beneficio posible de acuerdo a los fines perseguidos por la organización.
Para que la organización sea exitosa, la administración también deberá considerar otros factores como lo son el establecimiento y logro de objetivos, y la eficiencia y la eficacia en el manejo de los recursos disponibles, entre otros.
Siendo el Gobierno una organización pública, la administración pública no es otra cosa más que el conjunto de organismos administrativos que componen al Estado; por lo tanto, se debe encargar de planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos con el fin de obtener el máximo beneficio posible para los gobernados.
Desafortunada y “convenientemente”, para muchos de nuestros gobernantes, la administración pública se ha limitado a lo que la Real Academia Española define como “Administrar”: Ejercer la autoridad o el mando sobre un territorio y sobre las personas que lo habitan.
Sin embargo, ejercer la autoridad es totalmente distinto a ser un buen ejecutivo; mandar y controlar a los demás está muy alejado de ser un buen administrador.
Para que la administración sea efectiva, será indispensable que todos sus componentes tengan el peso específico, porque si se falla en uno de ellos, fallará todo el sistema de administración.
Un recorrido por recientes notas informativas locales, nos proporcionan elementos de juicio sobre los vacíos e incongruencias administrativas del gobierno en Chihuahua.
Por ejemplo: en la reunión de gobernadores con sede en Chihuahua capital, la conclusión más cacareada fue la petición que los titulares de los gobiernos harán a la federación, y que pone en entredicho la administración de los recursos financieros: pedir 13 mil millones de pesos para combatir el narco menudeo, cuando tan solo en el estado de Chihuahua hay 74.9 millones de pesos que no se han ejercido en el área de seguridad –eso un verdadero contrasentido.–
Y qué decir de la eficiencia en el manejo de recursos financieros, cuando se argumenta que no hay sub ejercicio porque todavía faltan 4 meses para poderse gastar casi 75 millones de pesos.
Los vacíos y fallas son evidentes también en materia de planeación, dan cuenta de ello las obras de relumbrón que se realizan al mismo tiempo en diversos puntos neurálgicos, bloqueando así el tráfico vehicular en toda la ciudad de Chihuahua.
Pero además, el titular del ejecutivo estatal presenta la panacea de su plan de desarrollo, después de 9 meses de comenzada la “administración”, cuando lo primero que una buena administración debe hacer es planear.
Ahora que si nos referimos a los mecanismos de control, pues también ahí podemos poner el ejemplo de cómo se han exhibido por su ausencia o debilidad; muestra de ello es el municipio de Chihuahua al asignar obra pública sin tener la seguridad de que el prestador del servicio no se declarará en bancarrota al poco tiempo de haber iniciado la obra.
Ayunos del “abc” administrativo, los encargados de aplicar los dineros de los chihuahuenses bien harían en recurrir al administrador, profesor y escritor estadounidense Stephen Covey, para quien la administración efectiva “consiste en empezar por lo primero. Mientras que el liderazgo decide qué es lo primero, la administración le va asignando el primer lugar día tras día, momento a momento. La administración es disciplina, puesta en práctica”.
Aída María Holguín Baeza
Correo: laecita@gmail.com Artículos anteriores: laecita.wordpress.com
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