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Los diez misterios del cuerpo humano

sculptureEl humano, objeto de deseo de todas las civilizaciones (comenzando por los griegos) y objeto de estudio por excelencia para la ciencia, de admiración para el arte y maravilla de la ingeniería evolutiva de la natural, no es más que un auténtico misterio. Muchísimas interrogantes rodean a nuestro propio cuerpo, y hoy invitamos a conocerlas.

En New Scientist publican una de esas listas que no pueden dejar de consultarse. Se trata de la lista de los 10 misterios más grandes del cuerpo humano; particularidades que la ciencia aún no ha sabido explicar pero que son tan cotidianas que nos hacen reflexionar sobre lo obvio. Vayamos una por una.

1. Ruborización. La evolución ha intentado explicar esto como un mecanismo de alerta para dar a conocer nuestras sensaciones cuando mentimos o nos sentimos atraídos por alguien. Otras explicaciones apuntan a entender la ruborización como un mecanismo para eliminar la confrontación demostrándonos débiles.

2. Risa. Las endorfinas se liberan cuando nos reímos. ¿Por qué? Es un misterio. La risa está presente ante bromas, situaciones graciosas, comentarios intrascendentes o recuerdos. Y además de hacernos sentir bien, previene la formación de arrugas.

3. Beso. El beso no tiene explicación genética, pues etnográficamente hablando, no todas las sociedades lo realizan. Se cree que tiene algo que ver con los recuerdos de la alimentación mamaria, pero esto es tan sólo una teoría.

4. Sueños. Favoritos de Sigmund Freud, los sueños se han dejado de ver exclusivamente como deseos reprimidos. Se sabe que nos ayudan a procesar emociones, ¿pero por qué nuestro subconsciente genera esas extrañas visiones?

5. Supersticiónes. La religión ha estado presente en casi todos los pueblos que han alcanzado un determinado nivel de complejidad. Ésta implica un cierto grado de superstición, pero la razón psicológica que subyace a las supersticiones aún no está del todo clara. Lejos de toda duda está, sin embargo, el impulso a buscar certezas ante la incertidumbre.

6. Dedos en la nariz. Un clásico de los niños que muchos no superamos y que continuamos manifestando a día de hoy. Se cree que meter los dedos en la nariz es bueno para el sistema nervioso, aunque no está del todo claro. Las explicaciones nutricionales están fuera de toda discusión, pues los mocos no suponen ningún beneficio nutricional.

7. Adolescencia. El lapso entre la niñez y la adultez es largo e implica sufrimiento (al menos para la civilización occidental). Eso psicológicamente, pero en términos físicos, este largo período de es muy extraño en el mundo animal. Se cree que posibilita la adaptación del cerebro antes de la adultez, pero todavía no están claras sus causas reales.

8. Altruismo. ¿Por qué compartir las cosas cuando con ello en realidad damos ventaja a otro individuo ante nosotros? Igualmente, la prefiero antes que al egoísmo, que evolutivamente es una estrategia más adecuada.

9. Arte. La necesidad del hombre de plasmar sus pensamientos en arte ha sido objeto arduo de especulación, en especial el arte rupestre. La explicación del arte por el arte ha sido descartada, y explicaciones totémicas, estructuralistas o utilitarias han sido esbozadas. El consenso, sin embargo, continúa lejano.

10. Vello corporal. Originalmente tuvimos el cuerpo cubierto de cabellos, pero el hecho de tener el cuerpo relativamente vacío de cabellos pero con mucho vello genital es lo opuesto que ocurre en primates. La generación de calor se ha esgrimido como explicación (de hecho, es la más obvia), pero no hay pruebas científicas que la sustenten.

Cortesia ojocientifico.com

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