El lenguaje es una herramienta altamente especializada que nos permite comunicarnos y entender a otros individuos que usan ese mismo sistema de señales.
Para que un lenguaje signifique algo para un ser humano, este debe conocer los símbolos que lo componen, los que señalan una realidad determinada.
Esto sucede porque no hay relación causal entre los sonidos y la representación del evento. Los lingüistas llaman a este fenómeno la arbitrariedad del lenguaje.
¿Qué es que un sonido sea arbitrario?
Un arbitrario es aquel que no guarda relación lógica con el objeto que representa. Por ejemplo, si tomamos la palabra ‘balón’ para denominar el accesorio con que juegan los futbolistas, veremos que sólo aquellas personas a las que se les enseñe dicha asociación podrán entender de qué se trata en el contexto deportivo en cuestión.
Un individuo que no hablara el español no podría hacerse una idea de a qué nos estamos refiriendo cuando decimos que alguien ‘golpeó el balón’ porque no existe ninguna razón para ese grupo de sonidos ―entre todas las combinaciones posibles― a la hora de nombrar el objeto.
Arbitrariedad del lenguaje
Cuando los científicos del lenguaje hablan de arbitrariedad quieren decir que las palabras no tienen en sí mismas un sentido lógico inherente que las hace ser escogidas, sino que emergen de convenciones y expectativas creadas en una comunidad específica de hablantes.
Dichas nociones pueden ―y de hecho lo hacen― cambiar radicalmente a través del tiempo y de las regiones.
Predictibilidad
Aunque el lenguaje es arbitrario, ello no significa que no sea predecible. Dado que el lenguaje es convencional, si conocemos el funcionamiento social de un determinado grupo de hablantes, pueden hacerse aproximaciones generales de cómo se comportarán determinados conjuntos lingüísticos.
Por supuesto, sería muy difícil saber de antemano cuáles sonidos ocurrirán en una lengua específica. Cada una de ellas tiene sus propias reglas que distinguen sonidos y su .
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