Cuando estudiaba mi primera carrera profesional, la situación en casa era crítica en lo económico y familiar. Sin entrar en dolorosos detalles que afectarían a terceros, diré que me vi obligada a trabajar para poder estudiar.
Así las cosas, los empleos de medio tiempo para alguien que recién salió de la prepa no crecen en los árboles y con muchos esfuerzos conseguí el peor de ellos pero que al menos me permitía llegar a tiempo a clases.
Éste consistía en dar clases de literatura española a los presos de la penitenciaría para varones de Santa Martha Acatitla, la grande, denominada así porque allí se encuentran aquellos criminales que ya han agotado todas las instancias legales y compurgan allí su sentencia hasta el término.
Por las condiciones excepcionales de la secundaria técnica que opera al amparo de la ley de normas mínimas y remisión parcial de la pena, se me autorizó el empleo sin contar con el título de maestra normalista ya que agradecen al cielo que cualquiera se aparezca a cubrir las vacantes mal pagadas, peligrosas y encima lejanas.
Durante casi 5 años mi rutina diaria iniciaba de madrugada para llegar en 3 ó 4 camiones hasta el fin de Iztapalapa a checar tarjeta antes de las 7 a .m., dar mis clases, colaborar en las entrevistas para preliberación y realizar otras actividades de orden cultural. Salía de allí a
medio día con una torta de frijoles y una concha tomadas del rancho carcelario para llegar a CU antes de mi primera clase a las 2 pm.
Esos años departiendo con lo más granado de la criminalidad me autorizan moralmente a reiterar que creo totalmente en la pena de muerte y que considero indispensable revivir el espíritu original del artículo 22 de nuestra constitución que la señala para secuestradores, salteadores de caminos, traidores a la patria y asesinos con alevosía.
Estoy harta de escuchar las explicaciones bizantinas de los defensores de los derechos humanos que sólo se abocan a tutelar los de los criminales sin pensar que son las víctimas las que deberían quedar salvaguardadas de entes que no merecen el calificativo de humanos y menos aún de animales ya que estos matan por hambre o protección, nunca por el placer de hacer daño o generar una ganancia adicional al sustento cotidiano.
En mis años de trato con criminales, violadores, secuestradores, asaltantes, pederastas, narcotraficantes, asesinos a sueldo, rateros y maleantes de toda calaña puedo asegurar que hay en algunas personas un gen maligno que impide toda rehabilitación y que la linea sutil del bien y el mal está totalmente borrada en sus mentes.
Para ellos no hay rehabilitación posible, sólo la destrucción de su malignidad pone a salvo al resto del mundo de esta mancha contaminante.
Con los pelos de la burra en la mano puedo afirmar sin temor a que nadie me contradiga que las cárceles no son centros de rehabilitación como cacarean las autoridades sino verdaderas universidades del crimen, sobre todo las prisiones mexicanas que tienen este sui generis sistema tipo Club Med donde el preso goza de mil canonjías siempre y cuando las pueda pagar y que son un verdadero insulto de corrupción para las víctimas a las que la justicia nunca les cumple.
El caso de Fernando Martí, este terrible secuestro que no sólo acabo con la vida de un jovencito de sólo 14 años, sino con toda su familia que quedó moralmente destrozada, vuelve a poner en el tapete de la discusión el tema y creo que ya hay que dejarnos de niñerías y aceptar que la realidad nos ha rebasado y que no vivimos en Disneylandia.
El diputado priista Emilio Gamboa desde la Cámara de Diputados lanza la propuesta y yo estoy dispuesta a sentir simpatía electoral por cualquiera que saque de circulación a esos seres abominables sin entraña que no se tocan el corazón para jugar con la vida y suerte de los demás, porque no nos hagamos idiotas ¿alguien espera que años en reclusión rehabiliten a estos monstruos?
La opción que dan los defensores de los derechos humanos es la cadena perpetua que no lo es tanto ya que la pena máxima en México es de 40 años no acumulables y con la ley de normas mínimas y remisión parcial de la pena hablaríamos que en no más de 18 años el sujeto estaría en la calle delinquiendo de nuevo, eso, claro está, si no se fuga antes, tras vivir entre rejas de nuestros impuestos gozando de visitas familiares, conyugales, comida casera, televisión, celda privada y todo lo que su dinero le pueda comprar gracias a la rampante corrupción carcelaria.
No seamos inocentes, el Mochaorejas o estos judiciales de la banda de la flor no tienen rehabilitación posible como tampoco la tienen quienes actúan por compulsión como los violadores y pederastas, por lo tanto antes que una manzana pudra a todo el barril es mejor desecharla.
Por ello le invito a que presione por que la pena de muerte regrese a nuestro país. Ya se que los estudiosos del derecho, mismos que posiblemente no hayan pisado una cárcel ni de broma vengan a decirme que eso no limita la delincuencia, argumento que tal vez sea cierto en teoría pero en la práctica se ha demostrado que la mano dura ayuda bastante a evitar las reincidencias.
En esos avatares de mi rocambolesca vida, pasé un tiempo en Afganistán y Pakistán, países musulmanes que no se andan con cuentos a la hora de castigar el crimen.
Allí si robas, se te corta la mano criminal y la horca te espera en casos de asalto, asesinato o narcotráfico, con lo cual puedo afirmar que me sentía más segura al viajar al lado de los guerrilleros Mujaidines afganos que dejando mi carro estacionado en una calle céntrica de la Ciudad de México.
Por ello celebro y lo hago con mayúscula que el gobernador Perry de Texas no haya echado la pata para atrás a la hora de castigar a José Medellín, ese tamaulipeco indocumentado que hace 15 años tomó parte en la violación tumultuaria, tortura y muerte de dos adolescentes en Houston y al cual tan ‘valientemente’ defendió a un costo millonario el gobierno mexicano aduciendo al hecho que cuando fue detenido él no solicitó auxilio consular ni se le informó del derecho al mismo.
Medellín, cínico en su confesión, esperó en el pabellón de la muerte por una clemencia que no tuvo para con sus víctimas tras alegatos legales que le prolongaron la vida 15 años. Finalmente la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos se puso de corbata a la Corte Internacional de la Haya e hizo lo que su ley dice en su país. Y de nuevo lo apoyo, ya basta de hacerle a la Madre Teresa de Calcuta con esta bola de desechos sociales.
Necesitamos mano dura, que delinquir no sea buen negocio, que la policía nos cuide en vez de hacernos sus víctimas y que en México el crimen no sea buen negocio.
Cuando pienso en cuantos Fernando Martí hay por allí, víctimas de judiciales, policías, Afis y demás yerbas, reitero mi llamado a que dejemos de pastar mansamente como borregos y alcemos la voz con un ¡Ya basta! claro y fuerte que se escuche en las urnas, único lenguaje que entienden nuestros políticos Totalmente Palacio.
A estas altura de mi vida, tan llena de altibajos, bueno , más bajos que altos, curtida por la crueldad de verdaderos pros, no siento que tenga ya nada que perder al intentar iniciar un movimiento ciudadano que responda realmente a lo que siempre hemos soñado y nunca hemos obtenido, como dice mi admirado Mario Benedetti :’Te quiero en mi paraíso, es decir que en mi país la gente viva feliz, aunque no tenga permiso.
¿Te gustaría entrarle?
Flor Berenguer
Rodolfo Arellano
April 3, 2012 at 3:55 pm
De acuerdo con la pena de muerte pero solo hay un problema, con el nivel de corrupción, la torpeza de nuestros jueces y abogados, lo mas seguro es que los que se vayan a la muerte sean o inocentes que no tienen dinero para defenderse o indígenas que no saben defenderse o el idioma. los secuestradores, narcos, asesinos, políticos, defarudadores de cuello blanco seguirán libres porque tienen dinero para comprar a las autoridades. Por ahí hay que empezar antes de matar a alguien ¿no creen?
Leona
April 12, 2013 at 7:47 am
Flor:
Eres una de mis periodistas favoritas, veía tu programa de TV si no mal recuerdo de Imevisión, sin embargo, hoy tengo que decir que no coincido contigo sobre la pena de muerte y no por defender los derechos de los delincuentes sino porque considero que lo más urgente es abatir la impunidad en nuestro país; la corrupción policiaca en México donde están encarcelados muchos inocentes que no tienen dinero para pagar a un abogado defensor, mientras que no se hace nada por atrapar y castigar a bandas de delincuentes que violan, torturan, asesinan, prostituyen. Los ministerios públicos no hacen un trabajo impecable y muchos delincuentes peligrosos salen libres por expedientes mal integrados, por errores de dedo, por fabricación de otros delitos, por pagar mordidas a policias, ministeriales, abogados y jueces para ser liberados. Imaginate lo que sucedería: la pena de muerte se aplicaría en México a criminales menores, a inocentes, a presos políticos, etc. Habría mucho que en el ámbito de justicia antes de pensar en la pena de muerte.
Mario Guillermo
August 29, 2013 at 8:33 am
Aquí el problema Flor es que los criminales tuvieran miedo de la muerte, pero la realidad es otra ellos son “INTOCABLES”, es mas muchos están en nuestro gobierno con cuello blanco, el problema es la impartición de justicia, en México y con mucha pena lo digo es de vergüenza la impartición de justicia, aquí en México haga lo que haga el presidente, gobernador, presidente municipal, senador, diputado, secretario de estado, etc., etc., etc., ellos no van a ser tocados por la ley NUNCA, y repito hagan lo que hagan, a ellos nunca se les daría la pena de muerte, a lo que voy es que para que la pena de muerte acabara con el problema de la delincuencia, tendría que haber primero justicia, y allí es donde está el problema, una vez más con mucha pena tenemos que reconocer que no hay justicia en México y los delincuentes se rien de artículos como este y como muchos más porque no les hacen nada y están seguros que nadie nunca les va a hacer nada. ¡Que tristeza!
Eduardo Etchart
October 5, 2013 at 1:21 pm
En verdad la felicito por su coherencia, franqueza y entereza. Pocas mujeres presentan ese espíritu de ética, de integridad y de profesionalismo. Usted si está viendo la magnitud del problema, en parte por su experiencia como señala de su primer trabajo en la cárcel como maestra de literatura.
Créame que pocas veces me motivo y más después de 50 años de hablar de Historia en diferentes niveles educativos (media superior y universidad). Pero usted ha tomado el papel que le tocaba a más de diez mil abogados, otro tanto de sociólogos y por consiguiente de psicólogos. Ojalá que sacudan su ambiente tranquilo, q
Eduardo Etchart
October 5, 2013 at 1:24 pm
En verdad la felicito por su coherencia, franqueza y entereza. Pocas mujeres presentan ese espíritu de ética, de integridad y de profesionalismo. Usted si está viendo la magnitud del problema, en parte por su experiencia como señala de su primer trabajo en la cárcel como maestra de literatura.
Créame que pocas veces me motivo y más después de 50 años de hablar de Historia en diferentes niveles educativos (media superior y universidad). Pero usted ha tomado el papel que le tocaba a más de diez mil abogados, otro tanto de sociólogos y por consiguiente de psicólogos. Ojalá que sacudan su ambiente tranquilo, que usted -amablemente- dice que parecemos borregos, éxito Flor que lo escrito fructifique.
inquilino
October 22, 2013 at 6:13 pm
Hola Flor
si todavía lees estos comentarios, te quiero agradecer tu compromiso contigo misma. ese mismo compromiso no te ha dejado seguir expresándote. incomodas a mucha gente de “peso” que no quieren el progreso real de la sociedad mexicana. es una pena.
estes donde estes, dejaste una huella fuerte y quien sabe si aparezca algún periodista de ese vuelo. esta difícil porque es mas fácil parecer que quieres mejorar pero cuidando no tocar los intereses que le favorecen al medio donde se trabaja. por ejemplo, los que trabajan en televisa… algún dia podrían hacer una critica fuerte a su empresa que tiene tentáculos por todos lados, desde la política al futbol ??? jeje. pero a cambio de eso, hay una paga quincenal jugosa. asi es, cada quien elige su camino.
muchas felicidades por tu decisión y que hoy en dia estes tranquila de que hiciste lo que tenias que hacer. ahora alejada del periodismo pero siguiendo con tu contribución real a la sociedad. y nosotros nos quedamos aquí, con todo el basurero político que no le interesa cambiar realmente.
cuídate mucho.
abuelo
October 23, 2013 at 10:03 am
HOLA, FLOR, IGUAL QUE INQUILINO LE ESTOY AGRADECIDO POR SER FRANCA Y CON UNA ETICA PROFESIONAL QUE DESGRACIADAMENTE MUCHOS YA PERDIERON POR INTERES PERSONAL . ESTO DE LA PENA DE MUERTE SERIA UNA MARAVILLA SI SE APLICARA DE MANERA CORRECTA, PERO ES UN ARMA DE DOBLE FILO, PORQUE SERVIRIA PARA QUE YA FUERA EL GOBIERNO, O ALGUN PODEROSO SE QUITARA DE ENCIMA A QUIEN LE ESTORBE, ESTO USANDO LA LEY.
gloria aznar
March 7, 2014 at 1:09 pm
Flor Berenguer ES UN A LINDA PERSOBNA, MUY INTELIGENTE Y AQUÌ NOSOTROS SIEMPRE LA HEMOS QUERIDO Y ADMIRADO MUCHO
MARU VELEZ.
March 24, 2014 at 4:43 pm
Mi querida y apreciada Flor. Desde q te estaba leyendo me brincó exactamente lo q se menciona a posteriori. Van a pagar el pato, gente inocente ó delincuentes menores, ó simplemente gente q se quiera desaparecer, armándole un buen numerito para q todo salga a pedir de boca. Me encantaría conocer tu opinión del caso de Oceanografía. Hasta donde están metidos los niños Bibriesca? En donde estás? donde se te puede ver? donde se te puede oir? Lo mejor para ti!