Los propositos…por Rafael Velazquez Ramírez
LOS PROPOSITOS
(La Carabina de Ambrosio)
RAFAEL VELAZQUEZ RAMIREZ
(ONASSIS)
Frisaban las dos de la tarde del día primero de enero del 2012… En el interior de estudio-dormitorio de Teódulo Sagarnaga Torrejas (de oficio maestro de primaria), éste dormitaba y roncaba profunda y seguidamente… De pronto abrió un ojo más inyectado en sangre que un huevo de gallina culeca… Se incorporó a medias del camastro, miró vagamente a su alrededor y cayó cataléptico de nuevo en el lecho.
Esto sucedía casi siempre después de todos los días quince o últimos del mes, luego de que el profe Teo cogía unas pítimas de cargador de ladrillos… A pesar de ser profe (y esto puede sonar a contradicción), el Dómine era inteligente y por ello se había mantenido envidiablemente célibe. Es decir, que no se había casado pues. Razón por la cual podía durar echado hasta bien pasado el mediodía… De otra manera es imposible.
Por ahí de las tres y media de la tarde, el timbrazo del teléfono lo sacó de su estado estupefaciente… El Magíster Sagarnaga abrió los ojos como platos y se puso de pie. Se balanceó cual pluma al viento y con paso trastabillante avanzó unos metros. Puso ambas manos sobre el peinador y miró su descompuesta y verde faz en el espejo. Hizo un gesto espantoso y descolgó el teléfono:
– ¿Bueno? -dijo haciendo un esfuerzo sobrehumano e increíble para despegar la lengua de perico del pastoso paladar.
– ¿Quién habla? –respondió una voz femenina.
– ¿Con quién desea hablar? –preguntó a su vez Teódulo que, a pesar de ser profe y estar crudo, era una persona educada.
– ¡Teo, eres tú! –retumbó la chillona voz en las profundidades cavernosas del cerebro tumefacto de nuestro héroe.
– ¿Pues quien creías, mensa? – increpó el profe tratando de mantener la vertical. –Marcas a mi número, te respondo yo y ¡todavía preguntas!.
– Perdóname corazón, pero por un momento pensé que estaba hablando con el Charro Avitia.
– ¿Lo dices por mi voz profunda y varonil?
– No, lo digo por lo ronco y la voz de hombre. –aseguró la de la voz femenina y chillona que, aparte de andar saliendo con un profe, era bastante tontita.
– ¡Mira! –dijo Teódulo poniendo los ojos en blanco- Háblame más tarde, ahorita estoy que no veo ni lo que digo…
– ¡Jí jí jí jí!… Cómo eres… Anoche no te querías separar de mí… Me decías que me querías… Que me amabas… Que te ibas a casar conmigo…
– ¡Qué barbaridad! ¿Yo dije eso? –exclamó el Maestro Sagarnaga saltando fuera de sus pantuflas.
– ¡Sí!… ¿A poco ya no te acuerdas?…
– ¡Válgame san Golotéo! –exclamó el Mentor dándose a todos los diablos y mesándose la cabellera misma que, a pesar de su juventud, era bastante escasa.
– ¿De veras no te acuerdas? –insistió la ragazza.
– Sí… Sí… Sí… Ya me estoy acordando –respondió el zagal con una voz más falsa que la de un diputado panista frente al congreso… -Por ahora, déjame descansar y más tarde yo te llamo… ¡Dije que yo te llamo, maldita sea!…
Teódulo Sagarnaga Torrejas colgó el aparato y sintió una urgencia obvia… Corrió hacia el refrigerador como alma que lleva el demonio y, con lágrimas en los ojos, descubrió que quedaba, entre otras cosas putrefactas, una modesta, humilde y última botellita de cerveza… La abrió con manos temblorosas, se la llevó a la reseca boca y la bebió de un largo y deleitoso trago… ¡Ah!… ¡Ese trago que todos requerimos en esas viles ocasiones!…
Como es natural, el alma le volvió al cuerpo. Luego se dirigió a su escritorio y encontró un papelito que a la letra decía: “Propósitos para el año 2012”… Dentro de su intrínseca responsabilidad se dispuso a rellenar el papel: “Bueno –dijo para sus adentros-. Lo primero que tengo que hacer es dejar de beber y de comer de esta forma tan desconsiderada como lo he venido haciendo… Después, olvidarme para siempre de esa pájara con la que ando, que según me han dicho tiene más historial que los archivos municipales de la Capital Mundial… En seguida, hay que hacer ejercicio… Posteriormente, ser más comedido con mis alumnos y no volver a insultar a los maestros ni al director, aunque se lo merezcan… A mis cuarenta y seis años, es justo que piense un poquito en mí: Me debo casar…”
Teódulo se quedó con la pluma en el aire… Luego empezó a comérsela.
– ¡¿Qué estoy escribiendo?! -dijo en voz alta y con rostro horrorizado- ¡Seguramente todavía estoy borracho!…
Luego tachoneó la última barbaridad y decidió dejar sus anteriores propósitos con el nebuloso fin de llevarlos a cabo.
Para el quince de enero, Teódulo Sagarnaga Torrejas prominente maestro de primaria, ya llevaba siete imponentes borracheras, seguía con la misma tonta y se había peleado tanto con el director de su escuela como con sus compañeros maestros y con varios parroquianos asiduos a las piqueras que acostumbraba frecuentar…Por lo menos no se había casado. Porque, como ya quedó dicho, a pesar de ser profesor de primaria era bastante inteligente.
PD. ¡Feliz años nuevo 2012! ¡Que se cumplan todos sus propósitos, tanto en usted mismo como en el ganado de su compadre!… ¡SALUD!.
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