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Complacencia…por Rafael Velazquez Ramírez

COMPLACENCIA

(Ante la insistencia)

RAFAEL VELAZQUEZ RAMIREZ

(ONASSIS)

Yo soy un amante de la lectura en todos sus órdenes, por eso leo con avidez las cartas y los correos electrónicos que tan amablemente dirigen a esta redacción… En las epístolas que recibo hay de todo como en botica, desde felicitaciones hasta amenazas de violencia física… este contínuo llegar de misivas, no puedo ni debo negarlo, me llena de una grata y dulce satisfacción… Y angustia; satisfacción por las felicitaciones y angustia por las amenazas. Sin embargo a eso, y más, se expone uno cuando le da por escribir las evacuaciones mentales que se le ocurren.

Es muy notorio que últimamente las cartas que llegan  hasta esta redacción vienen, en su gran mayoría, con el mismo tenor: quieren que les pase algunas recetas del Libro Negro que compré el otro día y que lleva por espeluznante nombre: LUCIFER.

Me hacen ver, mediante las cartas y correos,  que no finja demencia ni haga que la virgen me habla y que pase tal o cual fórmula para quitar esta o aquella imperfección, o para lograr este o aquél fin… Algunas misivas provienen de matronas entradas en años y en carnes, quienes aúllan por saber el secreto para poder estar esbeltas y bellas; otras están firmadas por seres ambiciosos que propugnan por conocer el método secreto para saber el número premiado de la lotería; algunas provienen de señoritas más bien feas y en plena edad de merecer, ruegan con angustia entre desgarradores tostamientos de habas que dé a conocer algunos filtros para obtener el amor  de un joven guapo, deportista, alto y rico, muy rico. Otras se conforman con encontrar a uno aunque sea feo, flojo, chaparro, barrigón y más pobre que un maestro rural. Otras vienen signadas por caballeros casados que, entre mugidos, berrean por conocer la forma de saber si sus amadas consortes les están decorando la frente con unos cuernos que harían ponerse verde de envidia a un alce canadiense. Otras más provienen de señoritas a punto de casarse que piden con gran zozobra el encantamiento para reparar la virginidad perdida. Algunas firmadas por ex ejidatarios exigen, de inmediato, saber cómo darle en la torre a sus explotadores. Muchas de las cartas son de maestros que piden el hechizo para que a Carlos Loret le salgan almorranas en la boca y se muera de un panzazo. Otras las firman los miembros del heroico, e ineludible, Alcohólicos Anónimos, quienes piden encarecidamente el filtro con el cual podrán degustar todo el vino que quieran sin hacerlos caer en el feo delito de hacer el ridículo en público de la gente… Y así, por el estilo. Tal parece que nuestra damnificada sociedad está llena de males que la ciencia y la tecnología moderna, no han podido solucionar y que, desesperados, buscan en la brujería, la magia y la alquimia antigua, la solución a sus dolencias y desgracias.

Sin embargo, el grueso de las misivas me piden que dé a conocer, por favor, por piedad, por el amor de Dios o por dinero, la fórmula secreta para hacer bailar a una doncella desnuda o sin camisa… Seguramente la comisión censora estará lista con sus tijeras para que tal arbitrio no se dé a conocer. Más como yo soy muy consecuente con el artículo séptimo de nuestra Constitución, y también soy muy complaciente con el inteligente lector y la bella y encueradora lectorcita, aquí tiene la fórmula aunque lloren, griten, se desvenen y aúllen las damas de la Liga de La Decencia, las del Perpetuo Socorro, las de la Sangre Coagulada y los Caballeros de Colón… Yo estoy para servirlos a ustedes… De nada.

PARA HACER BAILAR A UNA DONCELLA DESNUDA O SIN CAMISA.

Toma el almoradoux silvestre tomillo, verdadero almodaroux. Hojas de mirto con tres ídem de nogal y tres espigones pequeños de hinojos, todo esto recogido la vigilia de San Juan en el mes de junio antes de salir el sol; cuyas hierbas se han de secar en la sombra, pulverizar y hacer pasar por un tamiz fino de seda, y cuando se quiera ejecutar esta hermosa chanza, se ha de soplar este polvo al aire en donde se halle la doncella, de suerte que ella pueda respirarlo; o se le puede hacer tomar en vez de tabaco. Y el efecto será más infalible si se hace esta experiencia divertida en un lugar donde haya  lámparas encendidas con gordura de liebre o de macho cabrío joven.

Es importante señalar que si no se siguen las instrucciones correctamente, se puede dar el caso de que el que baile desnudo sea el aplicante con consecuencias antiestéticas y desastrosas.

Queridos bella e inteligente… Están ustedes complacidos… A ver ahora donde consiguen un doncella!!!

PD. Adelante, siempre, ADELANTE!!!

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