México. (Notimex).- A pesar de las adversidades que vive y de remar a veces contracorriente, la Monumental Plaza de Toros México está más viva que nunca y lista ya para festejar sus 64 años de rica historia taurina.Considerada por la mayoría como un monumento artístico, de los muchos que existen en esta capital, el colosal escenario, el más grande del mundo, festejará mañana un aniversario más en medio de algunas polémicas que carecen de sentido común.
Para celebrar este 64 aniversario, el embudo de Insurgentes ofrecerá a sus invitados el espectáculo para el que fue construido ex profeso, una corrida de toros nocturna, ya que el viernes 5 de febrero será día laborable, en vez de descanso obligatorio.
En esta ocasión, la Monumental México presentará en su colosal ruedo un interesante “mano a mano” entre una de las figuras nacionales del momento, el diestro tlaxcalteca Rafael Ortega y el estelar torero francés Sebastián Castella.
Se lidiará en este festejo especial del 64 aniversario del coso monumental, toros de la ganadería de Los Encinos, los cuales ya están listos para ser lidiados mañana en punto de las 19:00 horas.
La Plaza México se ha consolidado en estos 64 años como uno de los escenarios más plurifuncionales que existen en la capital del país, ya que no sólo presenta espectáculos taurinos, sino artísticos, culturales, religiosos y hasta políticos.
Este majestuoso coso fue inaugurado el 5 de febrero de 1946 con un cartel integrado por los diestros mexicanos Luis Castro “El Soldado” y Luis Procuna, y por el legendario matador español Manuel Rodríguez “Manolete”, con toros de San Mateo.
La nueva plaza de toros dio en esa su primera temporada de 1946 sólo cuatro corridas, en las que “Manolete” fue la parte fundamental junto al inolvidable “Faraón de Texcoco”, Silverio Pérez, quien se alzó como el primer diestro en cortar un rabo.
Esta plaza de toros, considerada como la más grande y cómoda del mundo, se construyó gracias al interés del empresario yucateco de origen libanés Neguib Simón, quien tuvo la enorme visión de edificar una mega Ciudad de los Deportes en la capital.
Este ambicioso proyecto abarcaba la construcción de varios escenarios, como una alberca olímpica, pistas de boliches, canchas de básquetbol y voleibol, un estadio de futbol, una plaza de toros, y un complejo comercial con restaurantes y salas de cine.
Lamentablemente, de este proyecto sólo se pudo terminar el estadio de futbol, que hoy es la sede del Club Deportivo Cruz Azul y la Monumental Plaza de Toros México, uno de los escenarios más importantes que tiene la capital.
La construcción de esta majestuosa obra fue dirigida por el ingeniero Modesto Rolland, quien la edificó en unos terrenos que ocupaba una ladrillera en la colonia Nochebuena, en ese entonces ubicada en las orillas de la capital.
Esta colosal obra monolítica de hormigón armado inició el 1 de diciembre de 1944, la cual tendría una peculiar característica, única en el mundo de la construcción de esa época, el que su ruedo estaría ubicado a 20 metros por debajo de las calles circunvecinas.
El impactante escenario, que tiene un aforo para más de 45 mil personas, fue adornado en sus fachadas por diferentes esculturas, todas de tipo taurino, obras del maestro valenciano Alfredo Just.
Durante estos 64 años de rica historia una infinidad de anécdotas se han dado en el coso de Insurgentes, en el que han desfilado las máximas figuras taurinas de todos los tiempos, tanto nacionales como internacionales.
Gracias a ello, la Plaza México se ha consolidado como uno de los tres escenarios más reconocidos a nivel mundial en el ámbito taurino, junto a la Plaza de Las Ventas en Madrid y a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Así, este viernes 5 la Plaza México celebrará su aniversario 64 en medio de una absurda corriente que habla de terminar de tajo con la fiesta brava, espectáculo que ha formado y ya es parte de la idiosincrasia y cultura mexicana.
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