La alberca Club de Sapos, fue muy famosa en el sector sur de Delicias, al grado tal de llegar a competir con su homónima Club de Leones, perteneciente a la escuela Secundaria Federal ‘Leyes de Reforma’.
Los chavos del barrio del sector sur, la sexta, la quinta, avenida 4a y toda la palomilla solíamos irnos de pinta a esa alberca, ubicada pasando el canal (ahora revestido), ahi cerquita por donde se ponía “El Chiva”, el extinto vendedor de periódicos.
Como no había dinero, o al menos no todos traíamos, solíamos irnos ‘de pinta’ y sin pagar a esa alberca, a la que le pusimos la “Club de Sapos” para que se escuchara de más categoría, pues solían llenarla con aguas de riego y nunca con agua potable en sus principios.
En una ocasión salieron sapotoros, por lo que de ahí viene su nombre.
Tempranito nos poníamos de acuerdo la palomilla para irnos de vagos ya entrando la época de calor y aprovechando que no estaba el dueño.
Ya todos aconsejados agarrabamos nuestras cosas y mientras uno’ echaba aguas’, uno a uno nos metíamos a bañar de trampa. Gran ambiente se vivía ahí.
Pero no todo era felicidad. En una ocasión, la maestra de la escuela al ver que no estaban una gran cantidad de alumnos mandó por nosotros, y que creen? Pues al que mandó se llevó nuestra ropa.
Ahí vamos unos descalzos, otros en puros calzones, y el más vivillo, que ya se la sabía, pues alcanzó a vestirse escondiendo su ropa entre los matorrales.
Que tiempos señor Don Simón, dirían algunos. Lo cierto que esta historia queda como un retazo chusco del otro Delicias, de los tiempos ya idos.
La sociedad ha cambiado y las diversiones también.
Dicen los sociólogos que en su evolución las sociedades y las ciudades son cambiantes.
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