Chihuahua.- Vanesa es madre trabajadora de 27 años de edad, tiene dos hijos y hace ocho meses trabaja como cajera en un supermercado. Su niña tiene 6 años y está estudiando en la primaria, mientras que el niño tiene 2, a quien lleva a una estancia infantil para su cuidado.
Un día en la vida de Vanesa consiste como el de muchas madres chihuahuenses en ordenar la casa, lavar y planchar la ropa, realizar las compras del mandado, alistar a los niños para la escuela o la guardería, hacer comida, ayudar a su hija con las tareas escolares, además de salir a trabajar.
Vanessa es enfermera de profesión, pero no ha encontrado empleo en lo suyo y recuerda que decidió comenzar a trabajar en lo que se pudiera porque no les alcanzaba con el salario de su esposo, quien se dedica a la música. Antes de comenzar a trabajar, Vanessa buscó apoyo para dejar a su niño en un lugar en donde lo cuidaran.
“Él es un niño especial y no cualquiera le tiene paciencia, tiene problemas de lenguaje y no puede comer nada sólido, además fue catalogado como hiperactivo. Lo llevo desde septiembre del año pasado a la estancia infantil; en principio el niño no hablaba y ahora ya habla, juega con los niños y ya aprendió a pintar y a muchas otras cosas. La verdad es que yo no tenía el tiempo de ponerme a enseñarle ni de pagar lo que cobran las guarderías”, dijo Vanesa.
Vanesa dice que era muy difícil para ella dejarlo con alguien más porque no todos le saben el modo. Pero ahora está tranquila y se concentra en sus tareas porque sabe que lo cuidan muy bien. Muy contenta, ella manifiesta que al niño le preparan su comida especial y se la dan a otra hora para ponerle toda la atención.
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