Delicias.- Con un lenguaje simple, en momentos muy florido, pero directo y franco, así se dirigió Efrén Betancourt Leyva, a los jóvenes estudiantes de la Facultad de Contaduría y Administración, en el desarrollo de su conferencia motivacional “La felicidad, la clave del éxito”, en el que basó esa clave en solo un momento especial de la vida de las personas, la sonrisa, como la única arma que abre muchas puertas.
Su eslogan de este año para promover su conferencia es “Creer para crear”, porque si no se cree en unos mismos, no se hacen las cosas, recomendó nunca pretender llegar a la cima, porque una vez arriba lo que queda es la bajada, sin embargo, nadie debe dejar de escalar en cuanto a su superación pero en el nivel en el que se sienta feliz. Por ejemplo él, “yo soy feliz con que mi negocio sea exitoso y mi deseo es tener una familia, una mujer a mi lado e hijos, no quiero más que darle calidad, no cantidad, porque no quiero riquezas, y esta es la meta de mi vida a los 35 años.”
Efrén Betancourt es un joven chihuahuense de sólo 28 años, es egresado de la carrera de criminalística, empresario del ramo de la seguridad privada, tienen 3 años dando pláticas a los jóvenes. Convertirse en un conferencista fue para él un reto que hizo ante un amigo, pero luego se convirtió en un reto en su vida, sobre todo porque en ella ha vivido pasajes difíciles que le han arrancado lagrimas y risas, que en vez de tumbarlo lo han hecho crecer.
Afirmó en sus comentarios que nada deben detener a una persona, hay que luchar porque se puede salir adelante a pesar de las adversidades, el límite es el que cada persona que pone, y puso como ejemplo a las personas de la tercera edad, porque sus pláticas las ha llevado a todo tipo de personas, y en una conferencia que dio en el Tec de Monterrey, al final mayores de edad que él le pidieron consejos, “son entonces las personas adultas las que mayor interés tienen en aprender de los jóvenes, que los propios muchachos”.
Con frases como distinguió sus comentarios entre los jóvenes, quienes antes de la llegada del conferencista hacia ironía sobre lo que les hablaría, el sexo, las drogas y el estudio, pero para su sorpresa Efrén no fue ceremonial, al contrario desarrolló un tema con toda la sencillez, desenvolvimiento y simpatía, que a los pocos minutos ya tenía a los estudiantes riendo, bromeando y participando.
Describió parte de las dificultades de su vida, como cuando fue a México buscando el éxito que finalmente dejó por su “mamitis”, pues adora los cuidados de la mama como cualquier otro joven de hoy en día, expuso la vida de varios artistas que conoció porque han brillado por su propio esfuerzo, como el de Omar Chaparro y en contraste el de Jaime Camil, cuyo padre pese a ser prácticamente el dueño de gran parte de Acapulco su carrera la ha hecho por sí solo.
Recomendó a los jóvenes no pensar en que las cosas son de suerte, porque la suerte es cosa de mediocres, es como jugar a la baraja, mejor hay que buscar el éxito, pero sin llegar a la cima, y si se llega, ahí quedarse, y sugirió no pensar en riquezas porque eso no da la felicidad, hoy en día tener dinero es tener guaruras para que no te secuestren, o es tener conflictos familiares.
Finalmente habló de actitud, como cuando te levantas de ánimo por la mañana o cuando se emprende una cosa, estar feliz será la clave para tener éxito.
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