¿Orgasmo o miedo al placer?…por Carlos Murillo
¿Orgasmo o miedo al placer?
El legado sociológico de
Wilhelm Reich (1897-1957)
Carlos Murillo G.
La estructura del carácter es la cristalización
de un proceso sociológico de una determinada época.
Wilhelm Reich
¡Cuándo y cómo fue su último orgasmo? Si la pregunta le incomoda, probablemente tenga que ver con el eficaz método de control social vigente en nuestra cultura y sociedad actual: el tabú de la sexualidad. Wilhelm Reich (WR) científico austrohúngaro y su escuela, siguen demostrando la importancia de la energía sexual como última frontera antes de experimentar la libertad total: salud, relaciones sociales, sexuales, autonomía política, económica; consciencia, inteligencia, en fin.
WR es definitivamente uno de los grandes genios olvidados del siglo XX, cuya obra bibliográfica, echada a la hoguera tanto en la Alemania nazi, como en los Estados Unidos macartista, fue insuficiente para detener el legado de sus descubrimientos. Hombre polémico, discípulo de Freud y en algún tiempo socialista, fue expulsado de ambos círculos por sus teorías sexuales, bastante radicales para la época. Sus contribuciones alcanzan varias ciencias (psicología, medicina, sociología, biología, pedagogía) y tan sólo en la psicología influyó fuertemente en reconocidas escuelas terapéuticas, como la terapia bioenergética de Alexander Lowen; la terapia Gestalt de Fritz Perls o la terapia anarquista de Roberto Freire.
Dentro de su amplia y variada obra, es fundamental comprender primero, su interés en la sexualidad humana, que lo llevaría a estudiar psicoanálisis con Sigmund Freud en Viena y luego, a partir de la profundización de sus estudios en la libido (orgón) no sólo como una energía sexual intrínseca al ser humano, sino como una energía latente en la vida y el cosmos, una energía universal, lo que lo llevaría a distanciarse de Freud y sus escuela, al considerar al psicoanálisis más favorable a la adaptación del paciente a la realidad (visión burguesa) en vez de la transformación de la realidad para contrarrestar la incidencia de la neurosis y otros desórdenes psicosociales, coincidiendo esta idea con su etapa marxista, desarrollando toda un teoría a partir de sus investigaciones sobre el carácter, la función del orgasmo y la teoría de la economía sexual.
En La función del orgasmo (1927) Análisis del carácter (1933) y Psicología de masas del fascismo (1933) se encuentran ya las bases de su teoría de la economía sexual para entender desde la represión sexual introyectada en el cuerpo y la personalidad de la persona enferma, hasta las forma de manipulación política de control social impuestas desde el Estado, la escuela, la religión, la moral y la cultura patriarcal. WR expone en La función del orgasmo “Estoy convencido de que la sexualidad es el centro alrededor del que gira tanto la vida social, como la vida interior del individuo”. La salud física y psíquica, así como la armonía de las relaciones sociales depende pues, de lo que Reich llama potencia orgiástica.
Desde la llegada del patriarcado como forma de organización social y centro de poder, la humanidad vive sometida a un largo periodo milenario de represión sexual; reglas que influyen en su comportamiento y salud hacia la infelicidad, teniendo que adaptarse y sobrevivir construyendo “corazas” psicológicas o carácter (lo que hoy llamamos “mecanismos de defensa”) para enfrentar esa realidad hostil, adquiriendo un miedo al placer, la vida o la autoridad. Intentar liberarse del placer sin conocerlo, puede convertirse en su condena; el/la que busca o se aleja del placer (la vida) puede terminar esclavo de ella, pero en un sentido enajenante. Así, el hombre y la mujer contemporánea se ven obligados a sublimar o reprimir su sexualidad desde temprana edad (si es que no abusados) siendo proclives a muchas enfermedades, desviaciones sociales, sexuales y políticas, pues no desarrollan una vida sexual ni plena ni estimulante y en cambio sí, una vida de insatisfacción, vacía o conflictiva, justo lo más común en las sociedades burguesas contemporáneas.
WR hizo descubrimientos importantes dentro de otras áreas de la ciencia, como la biología y la física, incorporando sus hallazgos en laboratorio sobre los biones y el principio de la vida. Gracias a estos descubrimientos pudo avanzar hacia la comprensión de enfermedades como el cáncer, por ejemplo, a través de lo que vio como un principio universal en la naturaleza (carga-tensión-distención-relajación) y que denominó como energía orgónica u orgón, síntesis de organismo y orgasmo. Reich descubrió este principio vital presente en todos los seres vivos, muy semejante a lo que otras culturas han denominado por siglos como Chi o Prana. Esta energía gratuita pudo ser finalmente puesta a servicio de la humanidad a partir de la creación de aparatos como el revitalizador acumulador de energía orgónica (ACOR) o el Cloudbuster (cazanubes) para atraer lluvia.
Después de vivir en varios países europeos, llega a Estados Unidos justo cuando empezaba la Segunda Guerra Mundial, tan sólo para morir de un paro cardiaco el 3 de noviembre de 1957, perseguido y acusado injustamente por la Food and Drug Administration (FDA) un día antes de cumplir una condena en la cárcel por supuesta falsedad en sus investigaciones e inventos; sus libros no sólo fueron prohibidos, también fueron quemados, sus aparatos destruidos y sus laboratorios clausurados en el “país de la libertad”. Su legado sin embargo, traspasa la barrera de la censura y el tiempo y su obra sigue siendo fundamental para comprender y resolver la enfermedad del siglo XXI, que es la misma que el siglo XX y los siglos predecesores: el patriarcado.
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