Tauromaquia: ¿arte y cultura?
Como parte de los eventos de clausura de la Feria de Santa Rita-Expogan, y bajo la organización de las propias autoridades que se supone debieran responder a las inquietudes y necesidades de cultura y esparcimiento de todos los chihuahuenses, la plaza de toros fue el escenario en donde 6 animales encontraron la muerte en un espectáculo donde la violencia y la sangre fueron el centro de atención; esto, motivó a la Asociación “Chihuahua sin Violencia” a convocar nuevamente a los ciudadanos para manifestarse a favor de una vida libre de violencia y de crueldad con los animales.
Independientemente del tema que se trate; es importante señalar, que los actos humanos proceden de la voluntad libre con advertencia del bien o mal que se hace. Es decir; es la capacidad que todos los seres humanos tenemos para diferenciar el bien del mal, y actuar conforme a ello.
Volviendo al tema en particular de las corridas de toros (tauromaquia); para algunos no tienen nada de malo, y para muchos otros no son buenas; lo que nos indica que la libertad que cada uno posee para actuar conforme a lo que creemos que está bien o que está mal, esta salvaguardada; en el entendido de que el bien y el mal, en casos particulares como éste que hoy nos ocupa, son términos muy subjetivos.
De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), tauromaquia es el arte de lidiar toros; definición con la que están felices los taurinos porque con ella defienden las corridas de toros.
Pero… ¿qué describe la RAE de los otros conceptos involucrados cuando de tauromaquia hablamos?
Para que no se diga que hay intención ofender la inteligencia de los lectores; usemos las dos definiciones de “arte” más objetivas -para este caso y de acuerdo a la RAE-: “virtud, disposición y habilidad para hacer algo” y/o “conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer bien algo.
En relación al término “lidiar”, la misma RAE nos dice que se trata la lucha con el toro incitándolo y esquivando sus acometidas hasta darle muerte.
Considerando todo lo anterior, la tauromaquia es la virtud, disposición y habilidad para incitar a un toro, para llevarlo a una lucha -en la que por ser tan desigual-, invariablemente el toro terminará sin vida. Cosa que sin duda, los toreros hacen “muy bien”.
Respecto a que la tauromaquia es cultura; podríamos decir que sí porque la expresión “artística” es parte de la cultura -de acuerdo a la RAE-. Cultura: conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.
Si bien es cierto que la tauromaquia puede encajar dentro del concepto de cultura, hay que considerar que -por ejemplo-, la tortura como método de castigo, y el sacrificio humano para complacer a los Dioses, en alguna época fueron parte de la cultura de nuestros ancestros; sin embargo; hoy en día estas prácticas son un delito. Y es que la evolución de la conciencia humana dictó que aún y cuando fuera parte de las costumbres de nuestros ancestros, no eran actos propios de los humanos. Aún y cuando por definición también implicaban un “arte”. Así mismo, lo que antes no era cultura, ahora puede serlo.
La tauromaquia -sea arte o no, sea cultura o no-, es un espectáculo de crueldad hacia un animal; y respecto a eso, expertos y reconocidos estudiosos del comportamiento humano, han señalado que la tortura a los animales, está profundamente ligada a la peligrosidad del ser humano; es por eso, que la crueldad hacia a los animales no sólo debería quedar en prohibición legal, sino ser contemplada a nivel penal.
El caso es, que mientras que en Chihuahua no haya una disposición legal -explícita- respecto a la prohibición de las corridas de toros, los taurinos seguirán disfrutando del arte de matar a un animal, y los antitaurinos seguiremos practicando el arte de hablar por los animales -porque ellos no pueden hacerlo-. Cada grupo defiende sus puntos y eso es muy válido; sin embargo, hay una notoria diferencia: los taurinos han llegado al punto de las agresiones físicas y verbales, y los defensores de la no violencia y de los derechos de los animales, hemos actuado de manera pacífica.
A reserva de que también pueda ser tildado de tonto e ignorante, concluyo en esta ocasión con lo dicho por el escritor, periodista, articulista y galerista de arte español Manuel Vicent: “el arte de torear, consiste en convertir en veinte minutos a un bello animal en una albóndiga sangrante, ante un público alborozado.”
Aída María Holguín Baeza
Correo: laecita@gmail.com
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