Teoría de la relatividad (I de II partes)…por Luis Villegas
Yo de física no sé nada; y excepto por un chiste sangrón, que me contó no recuerdo quién, de Albert Einstein sé muy poco: “¿Cuál ha sido la mujer más “buena” del Mundo?”, preguntó alguno; y otro le respondió de inmediato: “La Madre Teresa”; “No”, replica el primero: “La esposa de Einstein; porque es la que tuvo el mejor físico”. Así las cosas, no se vaya a pensar que en estas páginas pretendo, así sea a grandes trazos, esbozar qué quiso decir el célebre científico. No. Los tiros van por otro lado: A lo relativo de los resultados del proceso electoral, cuya jornada principal concluyó el domingo pasado.
De acuerdo a esos resultados es posible afirmar varias cosas sin asomo de duda; no hay relatividad ni confusión en ese sentido: Todos los candidatos triunfadores estarán de plácemes, echarán las campanas al vuelo y desde el domingo por la noche andarán festejando. En términos generales, se supone que el PRI ganó en poco más de 50 municipios, el PT ganó su primera Alcaldía, el PAN perdió 8 municipios respecto de los que gobierna en la actualidad, el PRI y sus apéndices ganaron 1 distrito menos que hace tres años, el PAN ganó dos distritos más, la jornada electoral -con sus prietitos- transcurrió en santa paz y los chihuahuenses salieron a votar y a elegir a sus próximas autoridades municipales y legislativas.
¿Verdad que sí? (diría el mentecato de Adal Ramones) ¡Pues no es cierto!
Lo primero que es dable destacar es que los chihuahuenses ni salieron a votar ni eligieron a sus próximas autoridades municipales y legislativas. Lo anterior, por cuanto que se registró un abstencionismo superior al 64%, uno de los más altos de la historia electoral en la Entidad.1 Lo que en números netos se traduce en que cualquier candidato, por mucha diferencia de votos que tenga sobre su contendiente más cercano, fue electo por un número ínfimo de electores. Consideremos algunos ejemplos tomados al azar: La contienda para Presidente Municipal en Cusihuiriachi; en este caso, quien resultó victorioso aparentemente ganó con el 57.35% de los votos, es decir, una mayoría absoluta; sin embargo, tomando en cuenta que el abstencionismo fue poco menos del 36%, lo cierto es que apenas el 20% de la ciudadanía eligió al futuro Alcalde; otro caso, es el de Casas Grandes, donde el triunfador se hizo con el 45.68% de los votos (una mayoría relativa), equivalente a poco más del 16.44% del electorado; pero hay casos más dramáticos, como el de Janos, cuyo candidato triunfador obtuvo el 30.19% de los votos y lo eligió apenas el ¡10% de la ciudadanía! Es decir, en la inmensa mayoría de los casos, el triunfador se hizo de su victoria con el equivalente al 20% de la aceptación del electorado o un poco más.
En otras palabras, apenas la quinta parte de los ciudadanos avalan a los futuros munícipes. Con esos resultados, hablar de una democracia vigorosa o de una contienda electoral sin incidentes, capaz de hacernos sentir orgullosos de nosotros mismos resulta imposible.
El mayor incidente ocurrido el pasado 7 de julio fue el abstencionismo.
El peor incidente de todos. Una asistencia copiosa a las urnas vence al acarreo, a la inequidad, a la compra de votos. Si no fuera así, el PRI jamás habría podido perder una elección en la historia. Lo que permite que un Partido que gana con trampas pierda, o pueda perder, es la capacidad del elector para decir: “¡Ya basta!” y al salir a votar anula o deja sin efecto cualquier tipo de fraude.
De este modo, el principal perdedor en la contienda no fue el Gobierno (ninguno de los tres poderes), ni los partidos, ni el organismo encargado de la organización del proceso (que hizo su mejor esfuerzo), ni los candidatos perdedores; el principal perdedor fue el pueblo, pues su hartazgo y apatía, lo único que generaron fue la elección de autoridades espurias, carentes de auténtica representatividad pues cualquier cosa podrán decir que representan, menos el legítimo interés de los ciudadanos; quienes, para variar, ni siquiera fueron capaces de expresarse a cabalidad. Pierde el pueblo de Chihuahua, pierde Chihuahua, pierde la democracia y los millones de pesos que costó la contienda se fueron, en un 80%, a la basura.
Eso nos pasa.
Continuará…
Luis Villegas Montes.
luvimo6608@gmail.com
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