Elaboran mapas de aves nativas de Mesoamérica…por Samia
Enviado por Samia Bulhosen —
Integrantes de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, elaboran mapas de la distribución real y potencial de las aves nativas de Mesoamérica (México y América Central), como parte de un proyecto apoyado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Se trata de mil 200 mapas base –uno por cada una de las especies–, creados mediante el uso de métodos de análisis modernos y con gran cantidad de información disponible en la red, en colecciones científicas y en observaciones directas durante el trabajo de campo. El objetivo es entender la distribución de esos animales en la región.
El trabajo, iniciado hace unos meses, ya arrojó algunos descubrimientos. Por ejemplo, que el mayor número de especies no se encuentra en la selva, como se supondría, sino en las áreas de la costa del Golfo de México aledañas a las montañas de la Sierra Madre Oriental, porque es ahí donde se conjuntan muchos tipos de ambientes, montañas altas y húmedas, con zonas secas y bajas.
La información derivada de los mapas señala claramente cómo se ha modificado la distribución de esa fauna en peligro, a consecuencia del cambio del uso de suelo; si los bosques se transforman en potreros o tierras de cultivo, se reduce.
Asimismo, sirven para determinar si en ciertas regiones dejó de existir una especie, pero también para detectar sitios con las condiciones adecuadas para su posible reintroducción, a fin de restaurar las poblaciones naturales. Su aplicación es muy grande.
De igual forma, las cartas geográficas muestran que en el territorio hay infinidad de áreas prioritarias por el número de grupos endémicos o amenazados que albergan, en especial en la Sierra Madre del Sur, que están desprotegidas.
En ciertas zonas queda menos del dos por ciento del área de distribución original y no se ubican en algún sitio de conservación; eso, por desgracia, es común, sobre todo en entidades como Guerrero y Oaxaca.
De ese modo, los mapas tendrán una aplicación directa, para que las autoridades conozcan las zonas prioritarias a proteger.
Con el trabajo de los universitarios, hoy se conoce el listado de las especies de aves del centro de Nayarit, entre otros datos. El proyecto, registra un avance correspondiente a todos los mapas de las aves endémicas de México.
Faltan muchos más, los referentes a las que tienen parte de su ciclo de vida de modo natural en Mesoamérica, que pasan el invierno o se reproducen en el territorio nacional y el resto del tiempo se ubican en Estados Unidos, Canadá o toda Centroamérica, por ejemplo.
A partir de la información disponible en Internet, en colecciones digitales y científicas, así como en la literatura (principalmente monografías referidas a listas centroamericanas), se elabora una gran base de datos. Se llevan capturados más de 10 mil registros, pero falta trabajar muchos de ellos; se requiere un proceso de depuración y limpieza para que puedan ser utilizados.
Con modelos computacionales, al final del proyecto se habrán procesado más de un millón de datos puntuales de la distribución de las aves nativas de Mesoamérica.
La base para esta labor, es el Atlas de las Aves de México, que contiene más de 500 mil registros. A ellos se suman alrededor de 80 colecciones internacionales, sobre todo de Estados Unidos, Canadá y Europa, como E-bird y AVerAves, para abarcar la región mesoamericana.
Los modelos que se utilizan para generar las distribuciones potenciales se basan en dos juegos de información: biológica (los registros de dónde están las aves) y geográfica (las características ambientales, provenientes de proyectos como WorldClim, donde se interpolan datos de temperatura y precipitación).
Por medio de algoritmos genéticos es posible delimitar en un mapa cuáles son las áreas con condiciones propicias para que habiten las aves. Para cada representación se deben hacer 100 réplicas, es una tarea laboriosa, pero necesaria para dar a cada uno confiabilidad y calidad.
Vamos a la vanguardia por la cantidad y calidad de nuestros datos, y por el cuerpo de gente que se ha formado: geógrafos, ecólogos, computólogos, biólogos y veterinarios, entre otros.
Al final del proyecto, la Conabio pondrá a disposición los mapas. Será un recurso para todos, para el conocimiento de la biodiversidad de la región.
Enviado por Samia Bulhosen el Jue, 10/10/2013 – 09:58.
Integrantes de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, elaboran mapas de la distribución real y potencial de las aves nativas de Mesoamérica (México y América Central), como parte de un proyecto apoyado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Se trata de mil 200 mapas base –uno por cada una de las especies–, creados mediante el uso de métodos de análisis modernos y con gran cantidad de información disponible en la red, en colecciones científicas y en observaciones directas durante el trabajo de campo. El objetivo es entender la distribución de esos animales en la región.
El trabajo, iniciado hace unos meses, ya arrojó algunos descubrimientos. Por ejemplo, que el mayor número de especies no se encuentra en la selva, como se supondría, sino en las áreas de la costa del Golfo de México aledañas a las montañas de la Sierra Madre Oriental, porque es ahí donde se conjuntan muchos tipos de ambientes, montañas altas y húmedas, con zonas secas y bajas.
La información derivada de los mapas señala claramente cómo se ha modificado la distribución de esa fauna en peligro, a consecuencia del cambio del uso de suelo; si los bosques se transforman en potreros o tierras de cultivo, se reduce.
Asimismo, sirven para determinar si en ciertas regiones dejó de existir una especie, pero también para detectar sitios con las condiciones adecuadas para su posible reintroducción, a fin de restaurar las poblaciones naturales. Su aplicación es muy grande.
De igual forma, las cartas geográficas muestran que en el territorio hay infinidad de áreas prioritarias por el número de grupos endémicos o amenazados que albergan, en especial en la Sierra Madre del Sur, que están desprotegidas.
En ciertas zonas queda menos del dos por ciento del área de distribución original y no se ubican en algún sitio de conservación; eso, por desgracia, es común, sobre todo en entidades como Guerrero y Oaxaca.
De ese modo, los mapas tendrán una aplicación directa, para que las autoridades conozcan las zonas prioritarias a proteger.
Con el trabajo de los universitarios, hoy se conoce el listado de las especies de aves del centro de Nayarit, entre otros datos. El proyecto, registra un avance correspondiente a todos los mapas de las aves endémicas de México.
Faltan muchos más, los referentes a las que tienen parte de su ciclo de vida de modo natural en Mesoamérica, que pasan el invierno o se reproducen en el territorio nacional y el resto del tiempo se ubican en Estados Unidos, Canadá o toda Centroamérica, por ejemplo.
A partir de la información disponible en Internet, en colecciones digitales y científicas, así como en la literatura (principalmente monografías referidas a listas centroamericanas), se elabora una gran base de datos. Se llevan capturados más de 10 mil registros, pero falta trabajar muchos de ellos; se requiere un proceso de depuración y limpieza para que puedan ser utilizados.
Con modelos computacionales, al final del proyecto se habrán procesado más de un millón de datos puntuales de la distribución de las aves nativas de Mesoamérica.
La base para esta labor, es el Atlas de las Aves de México, que contiene más de 500 mil registros. A ellos se suman alrededor de 80 colecciones internacionales, sobre todo de Estados Unidos, Canadá y Europa, como E-bird y AVerAves, para abarcar la región mesoamericana.
Los modelos que se utilizan para generar las distribuciones potenciales se basan en dos juegos de información: biológica (los registros de dónde están las aves) y geográfica (las características ambientales, provenientes de proyectos como WorldClim, donde se interpolan datos de temperatura y precipitación).
Por medio de algoritmos genéticos es posible delimitar en un mapa cuáles son las áreas con condiciones propicias para que habiten las aves. Para cada representación se deben hacer 100 réplicas, es una tarea laboriosa, pero necesaria para dar a cada uno confiabilidad y calidad.
Vamos a la vanguardia por la cantidad y calidad de nuestros datos, y por el cuerpo de gente que se ha formado: geógrafos, ecólogos, computólogos, biólogos y veterinarios, entre otros.
Al final del proyecto, la Conabio pondrá a disposición los mapas. Será un recurso para todos, para el conocimiento de la biodiversidad de la región.
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