Tecnología al campo, urgente para aumentar seguridad alimentaria…por Samia
De mantenerse el consumo actual, en los próximos 50 años se tendrá que producir tanta comida como la consumida por la humanidad en su historia.
Los resultados de un estudio realizado en 107 países por el Índice Global de Seguridad Alimentaria, dieron a conocer que México ocupa la posición 30 en dicha materia. En cifras, el 70% de la población vive en inseguridad alimenticia (por lo tanto, no está asegurado su acceso físico y económico al alimento), y para subsanarla se requiere un trabajo entre varias dependencias.
Sabemos que el principal desafío es la mejora de la productividad. Al respecto, si bien las medidas incluidas en la reforma hacendaria con respecto a los alimentos (y el gravamen a los “alimentos chatarras”), pueden ser aceptables ya que son positivas para corregir problemas de desnutrición y malnutrición, esto derivará en la urgencia de aumentar la producción de los productos esenciales (ya que se espera que sean más consumidos).
Para lograrlo, es necesario incrementar la productividad del suelo, del agua, de los recursos, de la mano de obra.
Para esto hay que sostener una política que privilegie el aumento de la productividad en el corto y largo plazo. Esta se incrementa mejorando la capitalización, la inversión, la capacitación y desarrollando las capacidades del agricultor para utilizar adecuadamente el agua, los fertilizantes y todos los factores que permiten obtener más cantidad de producto por unidad de superficie.
Es menester también, aprovechar el potencial que tiene México, ya que su biodiversidad permite el cultivo en cualquier tipo de condición climática. Pero se requiere de integración en un equipo articulado, ya que, las instancias están desarticuladas y eso imposibilita el progreso.
Una propuesta es generar semillas adecuadas a través de la investigación científica. La biodiversidad mexicana implica la existencia por ejemplo de 25 mil semillas distintas de maíz, lo que la investigación facilitaría es el análisis de cuáles de éstas son resistentes a las sequías o al exceso de agua, para así dedicarse a su cultivo y desechar el de otras.
Otra alternativa se relaciona con formas de labrar la tierra más sustentables, como la Agricultura de Conservación, la cual no se basa en monocultivos sino en la rotación de los mismos, realizando cero labranza, asegurando mayores rendimientos, cultivos más estables en el tiempo, mayor ingreso para el productor y menos utilización de agua.
Un vector entre todas las soluciones al problema de seguridad alimentaria es la innovación tecnológica aplicada al campo. Pues no se está aprovechando la tecnología para este sector. Los productores continúan trabajando con maquinarias obsoletas que de ser tecnificadas podrían aumentar la producción agrícola en un 40% o más. Es necesario usar el conocimiento científico y tecnológico para mejorar las prácticas. También se requiere de mayor financiamiento para el área rural, ya que sólo el 4% de los productores agrícolas acceden a crédito (mientras que en Brasil el acceso a financiamiento rural está asegurado para el 17% de los productores)
Es de tomarse en cuenta que un 42% del suelo mexicano tiene problemas de erosión, sobre todo de carácter hídrico y eólico. A pesar de que dicha superficie posee un potencial del 15.9% de sus capacidades para cuestiones agrícolas, no está aprovechándose como se podría. Sumada a esta subproductividad, el aumento constante de la población representa otro agravante, ya que hay más personas que requieren alimento. Asimismo, podrían perderse el 25% de la producción agrícola por el cambio climático, siendo México, por su ubicación geográfica, una de las zonas más afectadas por este fenómeno a nivel mundial.
El Cousa, programa de la Sagarpa destinado a todos los productores del país, es una de las alternativas propuestas desde el Gobierno Federal para resolver la falta de alimento. Manejo del suelo, uso apropiado y sustentable del agua y apoyo económico en el costo de la obra de infraestructura son los pilares que soportan dicha iniciativa. A cambio de apoyar a los productores en estas áreas, la dependencia obtiene el 10% de la producción a través de mano de obra o de recursos naturales de la región. Desde el 2008, fecha de inicio del programa, han registrado mil 200 mdp en inversiones.
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