—Por Jesús C. Aguirre Maldonado (Texto y Fotos)—
Delicias.- Debido a problemas físicos y de salud, a la crisis y falta de oportunidades de trabajo, en Delicias va en aumento el número de pedigüeños, quienes se apostan a las salidas de ciertas negociaciones y otros prefieren caminar por las calles para ir pidiendo para “un taco”.
Está por ejemplo Ramón, el de la cobija, quien recorre las calles de Delicias, y es muy común verlo arrastrar su cobija, estirar su mano hacia cualquier transeúnte con el que se toma, haciendo la seña que necesita para comer.
Generalmente trae un vaso desechable en el que pide, aunque en ocasiones solo se vale de su mano estirada.
Él se tira en el suelo a escribir en un cuaderno.
Hay tarahumaras a las salidas de los Oxxos y de Telas Parisina, que puden con sus niños y en ocasiones ofertan sus hierbas.
También hay una señora que viene del seccional de Colonia Lázaro Cárdenas y se vale de varios niños junto con ella muy desaliñados, con los cabellos duros, mugrosos, y se ponen a pedir, regresando a casa ya por las tarde.
Una señora que se vale de un andador generalmente se le ve por los rumbos de la barbacoa donde antes era La Popular o en un costado de zapatería La Bota.
Generalmente en el Círculo exterior del Mercado Juárez se ve a otro personaje, delgado que en ocasiones trae muletas y en otras luce sentado en su silla de ruedas. El hace figuras con globos, aunque este sábado traía solamente una cajita con chicles.
Hay muchos que piden y hasta jovencitas de secundaria que solicitan una moneda a adultos mayores para su camión.
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