Dos sopas…por Luis Villegas Montes
DOS SOPAS.
Para Trinidad Pérez Torres, compañero de Partido.
Los resultados de anteayer, en las internas del PAN tras la dirigencia estatal, dejaron las cosas en claro: No hay más que de dos sopas y una ya se acabó. Los panistas vamos a tener que elegir, necesariamente, entre una de dos alternativas: Continuidad o intermitencia, avance o retroceso, evolución o involución, marcha o contramarcha, lucha o sometimiento, interés de Partido o de facción, oposición o entreguismo, PAN o PRI, Mario Vázquez o Héctor Ortiz.
Antes de proseguir, una observación tajante: No existe una tercera opción; el abstencionismo, no es tal. No acudir a votar el próximo domingo 4 de mayo es cobardía y rehuir una responsabilidad personalísima que se asumió desde el momento en que se decidió participar en política partidista. Uno de los más insignes e ilustres pensadores de Acción Nacional, don Rafael Preciado Hernández, alguna vez se dirigió a las mujeres mexicanas en estos términos:
“Conducid a vuestros hombres a cumplir sus deberes políticos; que no se concreten a murmurar en privado su inconformidad con la marcha de la vida pública, pues por este camino insensiblemente pasan los hombres a la indiferencia, luego al abstencionismo ciudadano y acaban perdiendo la fe en el resurgimiento de la Nación y de la Patria; que por el contrario, mantengan viva su fe en México y en su destino histórico, y ocupe cada uno su puesto de combate en esta batalla cívica que está librando Acción Nacional”.1
Así las cosas, insisto, en el PAN no hay más que de dos sopas: Mario Vázquez o Héctor Ortiz.
Elegir a Mario Vázquez, para muchos compañeros de Partido constituye una incertidumbre; podría ser; en lo personal, prefiero esa incógnita sin despejar que me permita formar parte del proceso para construir el PAN que deseo; a la certeza que me brinda Héctor Ortiz:
1. En la anterior Legislatura, el Grupo Parlamentario del PAN a su cargo, en forma aislada o en bloque, votó la mayor parte del endeudamiento que solicitó el Gobernador del Estado, César Duarte, que alcanza al día de hoy la friolera de los 40 mil millones de pesos;
2. En la misma Legislatura, la boca del Gobernador fue la medida, pues el Grupo Parlamentario del PAN, con Héctor Ortiz a la cabeza, aprobó la inmensa mayoría de las iniciativas enviadas; entre las cuales, destaca la Ley de Inversión Pública a Largo Plazo, que permitió al flamante Alcalde de Juárez, “Teto” Murguía, con el aval de tres regidores del PAN afines a Cruz Pérez Cuéllar y Héctor Ortiz, endeudar a aquel Municipio por varios miles de millones de pesos;
3. La Cuenta Pública de ese Municipio de 2009 fue votada por Héctor Ortiz; y no lo digo yo; lo dice el periódico Norte:
“En el informe completo de la Cuenta Pública 2009 al que NORTE tuvo acceso, se desglosan las observaciones al proyecto del transporte semi masivo, falsificación de firmas en documentos oficiales y el Operativo Conjunto Chihuahua y obras públicas pagadas que nunca se realizaron, entre otras 143 anomalías. No obstante, fue aprobada con la venia de los representantes de las fracciones parlamentarias, Héctor Ortiz Orpinel del PAN y César Alberto Tapia Martínez del Panal […]”.2
4. Abogado de algunas batallitas, es preciso recordar su destacada participación en dos de las más memorables (y que por cierto perdió):
a) En 2009, Héctor Ortiz fue diligente defensor de Arturo Urquidi, candidato a Diputado Federal beneficiado por la “democracia de ultratumba” que permitió votar a los muertos en el Municipio de Batopilas, dando lugar al lamentable “Batopilazo”, como lo bautizaron los medios, y
b) No conforme, en 2012, Héctor Ortiz fue el principal defensor de uno de los involucrados, Cruz Pérez Cuéllar, en el peor fraude electoral interno del que se tenga memoria y al que los medios de comunicación dieron en llamar “El Cochinero”.
Lo único que falta por ver es si “el hacer lo correcto” de la gente de Ramón Galindo y de él mismo, pasa por apoyar a Héctor Ortiz -como falsamente lo está propalando la Campaña de este último-; o bien, por actuar con entereza y gallardía para impedir que el PRI se apropie del PAN en la persona de sus principales secuaces, cómplices y encubridores.
El triste estado de la política chihuahuense, el endeudamiento exorbitante, la impunidad, la falta de transparencia y los excesos imperiales a cargo de los políticos priístas tienen mucho que agradecerle a Héctor Ortiz y a su pandilla de incondicionales. En el panismo está decidir, el próximo 4 de mayo.
Como ya dije: aquí no hay más que de dos sopas; y una ya se acabó.
Luis Villegas Montes.
luvimo6608@gmail.com,
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