Comunicación, Medios y Democracia…por Aída María Holguín
Comunicación, Medios y Democracia.
En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, por; esto, siguiendo la recomendación de la Conferencia General de la UNESCO. La fecha se eligió para que coincidiera con el aniversario de la Declaración de Windhoek, en la cual los representantes de medios de comunicación africanos que participaban en un seminario organizado por la UNESCO en la capital de Namibia, elaboraron un documento donde se recogían los principios de la libertad de prensa.
Sin embargo en México, la libre manifestación de las ideas -consagrada en nuestra Carta Magna en los artículos 6º y 7º-; desde 1951 se conmemora el 7 de junio, fecha que el entonces presidente Miguel Alemán estableció como Día de la Libertad de Expresión.
Más de 60 años han transcurrido, y este tema sigue siendo aspiración; es más, nunca como hoy hemos estado tan lejos de celebrar, ya no digamos conmemorar tan rimbombante fecha, y si no, preguntemos a las familias que se han vestido de luto e indignación ante la muerte de sus seres queridos que tuvieron la desdicha de elegir el periodismo como vocación y forma de vida.
En fin; gracias a Miguel Alemán, en días pasados campearon los desayunos, comidas y cenas organizadas por los gobiernos para “homenajear” a los periodistas en activo, circunstancia que obliga a reflexionar al respecto.
Y es que siendo la comunicación una práctica tan natural y cotidiana, hemos minimizado la importancia que tiene en la vida pública y social, a tal grado, que a veces sólo nos limitamos a recibir el mensaje del emisor, pero no nos ocupamos de decodificarlo y/o de expresar libremente lo que esa información nos provoca.
Por otra parte, cuando hablamos de democracia, solemos hacerlo únicamente en términos de política, olvidando que cuando ésta se adopta como forma de gobierno, el resto de los aspectos sociales y públicos debe ser congruente con ella.
Considerando que “Democracia” es una doctrina política que debe favorecer la intervención del pueblo en el gobierno (predominio del pueblo en el gobierno); que “Comunicación” es un proceso a través del cual las personas obtienen información y pueden compartirla con el resto; y que los medios de comunicación son un órgano destinado a la información pública, es que podremos entender la importancia de estos tres términos en su conjunto.
México es un país que se enorgullece de ser democrático; no obstante, esto solo es en la teoría. En la práctica, está más que demostrado que -salvo en época electoral- no se favorece la intervención del pueblo en los asuntos públicos.
Si bien es cierto que hoy en día hay muchas opciones a través de los cuales podemos obtener información, también es cierto que la mayoría de los mexicanos solo tienen acceso a los medios oficialistas; es decir, aquellos que se ocupan de dar a conocer la información oficial y que no necesariamente refleja la realidad.
Para poder recibir información alterna, es necesario tener acceso a las tecnologías de la información y comunicaciones (Internet, computadora, telefonía, televisión abierta y/o televisión de paga), cosa que -según el documento “Estadísticas a propósito del Día Mundial de Internet” difundido en mayo de este año por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)- solo 9.5 millones de hogares cuentan con alguna de estas tecnologías, cantidad que a nivel nacional representa poco más de tres de cada 10 hogares.
En varias ocasiones, Raúl Trejo Delarbre (especialista en medios y su democratización), ha señalado que “el hecho de que los internautas puedan acceder a la misma información, aunque algunos lo hagan en mejores computadores y con mayor velocidad que otros, implica un factor de democratización no sólo en el acopio de información sino en la capacidad de expresarse”.
Con todo lo anterior, es posible entonces retomar el “porqué” de la importancia de las discusiones que durante el mes de junio (cuando esté desarrollándose el mundial de futbol), se darán en la Cámara de Senadores en torno a las leyes secundarias de telecomunicaciones y radiodifusión.
A pesar de que las más recientes reformas constitucionales en la materia fueron un gran avance, las leyes secundarias pretenden dar reversa con una iniciativa presidencial que no representa una evolución aún y cuando nuestro país -hoy más que nunca-, requiere de tecnologías de la información y comunicación que incluyan medios públicos culturales, educativos e informativos cuyo manejo de información sea bajo criterios de veracidad y objetividad para que propicien el crecimiento de la sociedad, y garanticen el derecho a la información y la libertad de expresión.
Por lo pronto, poco a poco el Frente por la Comunicación Democrática ha ido creciendo, y Chihuahua no se ha quedo atrás en busca de que la iniciativa de Leyes secundarias de telecomunicaciones y radiodifusión propuesta por el Presidente Peña -a través del senador Javier Lozano- no sea aprobada dado que ésta atenta contra los derechos a la libertades de expresión, información y comunicación; y por lo tanto, contra la democracia del país.
El papel de periodistas, editorialistas y generadores de opinión en México, puede y debe tener un papel fundamental. Ciudadanos en general se han sumado a la voz de legisladores (unos cuantos) para dar la batalla a la regresión que pretende imponer el presidente Peña, que lo es por virtud de los favores concedidos por las televisoras y medios de comunicación masiva que nos lo recetaron hasta en la sopa durante la campaña electoral próximo-pasada. La pregunta obligada es: ¿Dejaremos que las cosas sigan siendo así en México?
Hoy más que nunca, hay que recordar y sobre todo aspirar a que las cosas sean distintas: “El periodismo ofrece una base para el debate informado sobre una gran variedad de temas de desarrollo (de los problemas ambientales y los avances científicos a la igualdad de género, la participación de los jóvenes y la consolidación de la paz). Solo puede haber buen gobierno cuando los periodistas tienen libertad para examinar, escrutar y criticar las políticas y las actuaciones.” Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU.
Aída María Holguín Baeza
Correo: laecita@gmail.com
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