El desafío del balde de agua fría puede matarte
Quienes comenzaron con el Ice Bucket Challenge (o desafío del balde de agua fría), buscando una manera divertida y simpática de generar conciencia sobre una enfermedad grave y muy seria como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), probablemente nunca imaginaron que éste iba a llegar hasta las personas más famosas del planeta y que se convertiría en un fenómeno de estas magnitudes.
Además de darle una inusitada visibilidad a esta enfermedad, el desafío sirvió para que la ALS Association (institución dedicada a la investigación y tratamiento de la ELA en los Estados Unidos, o ALS por su sigla en inglés) recaudara casi $80 millones de dólares en un mes, a diferencia del mismo período del año anterior, cuya recaudación fue de dos millones y medio.
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Pero si bien la parte benéfica del desafío ha sido un verdadero logro y ha dado muy buenos frutos, la parte “divertida”, la de tirarse un balde de agua fría en la cabeza y filmarse haciéndolo, puede llegar a ser peligrosa.
Un joven en Escocia falleció este lunes después de haber realizado el desafío del balde de agua fría, y a raíz de esto, un informe realizado por la revista Forbes advierte que, en efecto, el Ice Bucket Challenge podría llegar a ser potencialmente mortal.
Calor y frío
En los Estados Unidos y en Inglaterra, donde el desafío ha tenido mayor popularidad, están en pleno verano, por lo que nadie encontró mayores dificultades para someterse al desafío de lanzarse un balde de agua helada encima, pero, es por esto mismo, que el desafío representa un riesgo.
Lo primero que experimentan los que se someten al desafío del agua helada es una súbita disminución de la temperatura de la piel, lo que desencadena un reflejo del cuerpo humano llamado hidrocución.
Según el profesor Mike Tipton, fisiólogo de la Universidad de Portsmouth, esta respuesta reflejo es básicamente la misma que uno puede imaginarse si ingresa a una piscina en la que cree que habrá agua tibia pero el agua está fría, o al ponerse debajo de una ducha en la que el agua se ha enfriado. Es un respuesta en forma de jadeo que desencadena una fuerte hiperventilación.
Esa bocanada en busca de aire y esa rápida inhalación destruyen por completo tu habilidad de aguantar la respiración. Incluso si habitualmente puedes sumergirte en la bañera y aguantar el aire por 1 minuto, en agua fría sólo podrías hacerlo por unos segundos.
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El volúmen de aire inhalado en promedio por un adulto durante la respiración es de 2 a 3 litros, mientras que la dosis letal de agua para ahogarse es de 1.5 litros de agua de mar y 3 litros de agua dulce. La muerte por ahogo es la tercera causa de muerte accidental en el mundo, pero hay diferentes razones por las que alguien puede ahogarse. El profesor Tipton considera que alrededor del 60% de las víctimas deben su ahogo a la hidrocución.
Otros factores
En el desafío del balde de agua fría la mayoría de los participantes no se sumergen en el agua y, por lo tanto, no hay grandes riesgos de intentar respirar y no poder hacerlo. Sin embargo, el problema puede surgir cuando el participante está aguantando la respiración y el agua cae por su rostro.
Además de la hidrocución hay otro reflejo espontáneo que podría activarse durante el desafío del balde de agua: el reflejo de inmersión. Éste se produce para optimizar la respiración en caso de permanecer debajo del agua y es vital para los mamíferos acuáticos, pero también existe en los humanos.
Si se activan los dos reflejos simultáneamente puede ser un riesgo, ya que uno de ellos está intentando acelerar el corazón –hidrocución– y al mismo tiempo otro intenta desacelerarlo –el reflejo de inmersión–.
Ambos reflejos envían señales al corazón a través de nervios que controlan funciones involuntarias del cuerpo humano y son provocados por receptores que se encuentran en la piel. El reflejo de inmersión es estimulado por receptores que se encuentran en el rostro, cerca de los ojos, la nariz y la boca, mientras que la hidrocución es provocada por termoreceptores que se encuentran en el cuerpo. Cuando la piel entra en contacto con el agua helada en el rostro y el cuerpo al mismo tiempo, se puede generar un conflicto entre los dos reflejos.
Para el cuerpo, este conflicto equivale al de un automóvil cuando se pisa al mismo tiempo el acelerador a fondo y el freno.
Esto puede llegar a provocar arritmia o, en el peor de los casos, un paro cardíaco.
Según estudios de Mike Tipton, un 2% de personas completamente saludables sufre arritmia cuando su cuerpo se sumerge en agua fría, pero el porcentaje sube a 82% si se sumerge el cuerpo y la cabeza.
Y, dependiendo de las condiciones de la salud cardíaca, esta arritmia podría desembocar en un riesgo mayor o incluso fatal.
En caso de que estén dispuestos a realizar el Ice Bucket Challenge, el profesor Mike Tipton
simplemente brinda estos consejos: 1) Bajar el mentón hacia el pecho para tratar de que el agua no llegue a tu rostro, y 2) No aguantar la respiración por más tiempo del necesario. También se debe evitar la inmersión total en agua fría.
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