Hablando de opositores y provocadores…por Aída María Holguín
El viernes pasado, cientos de chihuahuenses provenientes de diversas regiones del Estado constituyeron formalmente el movimiento cívico “Unión Ciudadana”, cuyo fin es el de dar puntual seguimiento a la denuncia penal presentada en contra del gobernador del Estado, César Horacio Duarte Jáquez, por los presuntos delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, uso indebido de atribuciones y ejercicio indebido de funciones en perjuicio del patrimonio de los chihuahuenses.
Un Auditorio Municipal a reventar y cientos de chihuahuenses (dentro y fuera del recinto) que libremente asistieron para expresar su descontento con la mala y abusiva gestión de César Duarte, no fue un hecho relevante para los medios de comunicación.
Salvo por honrosas excepciones, la unión de miles de chihuahuenses para exigir un “ya basta” a los abusos del Gobernador, simplemente y sencillamente no existió para aquellos medios de comunicación cuyo interés -evidentemente- no es el de hacer periodismo ético.
Independientemente de este control mediático por parte del gobierno de Duarte, las redes sociales sirvieron para difundir lo que sucedió durante la Asamblea Constitutiva de la “Unión Ciudadana”, logrando que cada vez más y más chihuahuenses se adhieran a este movimiento en pleno y legítimo uso de sus derechos constitucionales.|
Durante dos días (sábado y domingo), César Duarte no dijo no “pío”, fue hasta el lunes 1° de diciembre cuando en una entrevista radiofónica “especial” -que seguramente no pagó de su bolsillo- señaló que sus opositores sólo buscan provocar, y en esta ocasión ha dicho la verdad.
Y es que considerando el significado de los dos conceptos usados por el gobernador Duarte, no hay manera de negar que esta es una de las pocas verdades que se le han escuchado a lo largo de muchos años.
Cuando dice “opositores” no queda duda alguna de que ciertamente hay miles de chihuahuenses que se oponen a que César Duarte siga abusando del poder, y eso quedó muy claro el pasado 28 de noviembre.
También es cierto que la “Unión Ciudadana” quiere provocar muchas cosas; ente ellas, que César Duarte se separe de su cargo para que con ello facilite las investigaciones correspondientes a la denuncia presentada en su contra. Si como él mismo ha dicho “no tiene nada que esconder”, entonces no hay nada que temer, y con la solicitud de licencia demostraría que hay voluntad de esclarecer los delitos que se le imputan.
Además de lo anterior, con su propia declaración César Duarte ha quedado incluido en el grupo de los “provocadores”; y es que si alguien ha sido provocador, es él mismo y ahora está cosechando lo que durante 4 años de abuso del poder estuvo sembrando.
Duarte provocó el hartazgo de los chihuahuenses que ahora, unidos, exigen que dé la cara, solicite licencia y asuma las responsabilidades que le corresponden; ¿o es que acaso no fue él mismo el que pidió que el “pueblo le demandara” cumplir y hacer cumplir la ley?
Ahora el pueblo le está demandando a Duarte que asuma las consecuencias de haber abusado de aquella frase acuñada por él mismo: “el poder es para poder, y no para no poder”. Y es que ha sido tanto el abuso y ejercicio indebido de sus atribuciones y sus funciones, que sus acciones “provocativas” han dado frutos que ahora niega sean de su cosecha; sin embargo, esa negación no le será suficiente para salir impune de la situación en la que su ego y cacicazgo lo ayudaron a meterse.
En esta ocasión finalizo con lo dicho alguna vez por el escritor, humanista, político y economista español, José Luis Sampedro: “Hay que provocar en el que escucha que piense por su cuenta. No hay que adoctrinar, hay que provocar.”
Aída María Holguín Baeza
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