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Naica un pueblo que se resiste a morir

–Por el Hijo del Minero–

Ayer me entero de que mi pueblo querido, Naica Chihuahua, tierra de mi padre, batalla y llora calladamente con y por su mina.

En mis infancias este pueblo significaba mis veranos metiendo en los pies en la acequia llena de agua caliente que bombean de las entrañas de su tierra, perseguir las palomas y codornices en la casa de tío Miguel, ver a mi abuelo sentarse a la orilla de su huerta pensando el tiempo que se le iba en su vejez y recordando sus hazañas de joven montado a caballo en el mineral de la luz en Guanajuato, era dormir en casa mi tía Martina y tío Pablo para amanecer y tomar `chocomil´ con hielo, esperar el fin de semana con mis primos para ir a nadar a “los filtros” en ciudad Camargo, escuchar corridos Villistas y saludar por teléfono a mis tías de Parral, ver un letrero que decía “Naica, tierra de Dios y María Santísima” cuando entraba uno por la secundaria donde estudió mi papá, era ir a comer carne con chilaca y chile pasado que mi madrina Licha preparaba desde una semana antes de que llegásemos, sentarse en la cocina sudando a chorros mientras paleaban las tortillas norteñas con manteca Inca, subir el cerro y abrirte las rodillas con las piedras filosas o las lechuguillas, perderle el miedo y respetar a las víboras de cascabel. Hoy sé además que también ahí es la principal mina de zinc de Latinoamérica y una de las más importantes de plata en México, que en su presón natural hay trilobites descendientes de millones de años antes que nosotros, también entiendo que es sede de una de las secciones más combativas del sindicato minero, y se sabe en el mundo de los geólogos y los exploradores que es una maravilla única a nivel internacional por contar con los cristales minerales más grandes conocidos por el hombre en la Tierra. Pero… dicen las ancianas del pueblo (que no conocen a Thomas Mann, quien les plagió su sabiduría), que la belleza, más que el dolor, es lo que da más sufrir; y en este pueblo y su mina todos lo saben.

 

Quienes ahí trabajan dicen que si el infierno tuviera entradas ésta sería una, y sí, es digna de un arquitecto del ángel más bello y más maldito, con un calor que duerme para matar enmarcado por sus bellísimos cristales dignos de cualquier palacio encantado. 45 a 50 grados centígrados de calor y una humedad del 80 % cocen todo lo que tocan, y sin embargo, los mineros de este pueblo pudieron guiar a los científicos europeos y asiáticos que vinieron a estudiar sus maravillosos cristales, sin más equipo que con el que a diario trabajan, mientras los eruditos se quebraron por meses la cabeza para diseñar trajes que les permitieran sobrevivir su exploración.

 

Los mineros de acá solo requieren de su necesidad, su familia, la parroquia y las cantinas de cada cuadra para poderse aventurar a conseguir el sustento diario. La gente aquí es tan ruda, fuerte y de ley que los militares de “Santa Gertrudis” que bajan de fiesta cuando no están acuartelados andan con pasos de cuidado de no provocar la ira de un lugareño.

 

Hace unos días la belleza de las entrañas de esta tierra desértica y volcánica del municipio de Saucillo, quiso, como si el infierno le tuviera miedo a lo que sucede en el norte del país, cerrar una de las pocas entradas a sus confines. La sobre explotación del mineral abrió nuevos afluentes subterráneos, las aguas hirviendo impiden cada vez más su entrada, las familias mineras turnan el jornal solidariamente para que el salario reducido les alcance a todos. Cuando el diablo trata de cerrar su entrada a lo que de afuera llega para robarle con siglas de Cía. Corp. Mining co. SA. Ferrous Metallic. , las familias de esta “tierra de Dios y María Santísima” marchan en procesión cantando para que aquél a cuya palabra se consagra esta lugar, escuche y ponga la inteligencia necesaria en los ingenieros para que puedan contener estas puertas acuáticas, hoy en mi pueblo querido de la infancia se canta orando por su supervivencia, no puedo dejar de pensar en mis primas, primos, tías y tíos que están por allá y al mismo tiempo sentirme impotente por lo que sucede, mis mejores deseos están con ustedes. Les recuerdo pensando también en estas letras de Serrat que bien van para lo que Naica es en este momento …

 

PUEBLO BLANCO

Colgado de un barranco
duerme mi pueblo blanco
bajo un cielo que, a fuerza
de no ver nunca el mar,
se olvidó de llorar.

Por sus callejas de polvo y piedra …
Sólo el olvido…
camina lento bordeando la cañada
donde no crece una flor
ni trashuma un pastor.

Y me pregunto por qué nacerá gente
si nacer o morir es indiferente.

De la siega a la siembra
se vive en la taberna.
Las comadres murmuran
su historia en el umbral
de sus casas de cal.

Y las muchachas hacen bolillos
buscando, ocultas tras los visillos,
a ese hombre joven
que, noche a noche, forjaron en su mente.

Ellas sueñan con él,
y él con irse muy lejos
de su pueblo. Y los viejos
sueñan morirse en paz,
y morir por morir,
quieren morirse al sol.

La boca abierta al calor, como lagartos.
Medio ocultos tras un sombrero de esparto.

Escapad gente tierna,
que esta tierra está enferma,
y no esperes mañana
lo que no te dio ayer,
que no hay nada que hacer…

 

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