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Cumpliría 89 años José Alfredo Jiménez, “El hijo del pueblo”

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Por Jesús C. Aguirre Maldonado—

Delicias.- Este lunes 19 de enero de 2015, de vivir físicamente, José Alfredo Jiménez Sandoval, quien no ha muerto en el recuerdo de los mexicanos e incluso muchos extranjeros que gozaron con su música y sus canciones, y quien fuera conocido como “El hijo del pueblo”, estaría cumpliendo 89 años de edad, ya que nació el 19 de enero de 1926 en Dolores Hidalgo, Guanajuato.

Agustín Jiménez, su padre, era farmacéutico y dueño de la botica más importante de aquella localidad y su última presentación artística fue en Acapulco, Guerrero en 1973 en el programa “Siempre en domingo” de Raúl Velasco.

Su nombre completo fue José Alfredo Jiménez Sandoval, nació en Dolores Hidalgo, Guanajuato, el 19 de enero de 1926,  hijo de Agustín Jiménez Aguilar y Carmen Sandoval. Tuvo tres hermanos: Concepción, Víctor e Ignacio. Desde niño lo apodaban “Fello”, ya como un artista consolidado le decían “El Embajador de la Música Ranchera Mexicana”, “El As de la Música Ranchera” y “El Hijo del Pueblo”;  por su gusto por el alcohol y la parranda le llamaban “El Patrono de las Cantinas”.

Enamorado sin remedio, parrandero por placer y portavoz de los sentimientos nacionales, así era José Alfredo, y sus canciones siguen vigentes, a pesar de que el próximo 23 de noviembre de 2015 se cumplen 42 años de la muerte de uno de los compositores mexicanos más cantados y queridos.

Según notas de prensa, artículos guardados por el que esto escribe, consultas en la red, revistas y libros, trabajos de varios autores y algunos medios de la época José Alfredo no pudo continuar en el colegio franco inglés y a los 17 años concluyó la primaria, mencionándose que desde pequeño componía canciones y llegó a vender zapatos de puerta en puerta y también fue futbolista, llegando incluso a militar como portero en la Primera División del Fútbol Mexicano en el Marte y en el Oviedo. E incluso tuvo una gran amistad con el “cinco Copas” Antonio “La Tota” Carbajal, figura del León y de la selección nacional de México.

En otros trabajos de José Alfredo, del que los mexicanos aprendimos que al cantarle a nuestras derrotas y desgracias comenzamos a vencerlas y superarlas y todos tenemos una canción favorita de amor o tristeza de su autoría para escucharla entre copa y copa, así como el tenía una canción para cada novia y cada ausencia, se desempeñó también como mesero en un restaurante yucateco, uniéndose a “Los Rebeldes” solo como cantante y en La Lagunilla conseguía sus trajes.

A finales de los años cuarenta, la canción bravía mexicana estaba en su punto culminante y los charros cantores eran los grandes ídolos en la radio.

Un grupo veracruzano se interesó en sus primeras canciones. Andrés Huesca y sus costeños y grabaron “Yo”, abriéndosele las puertas de la radio y las disqueras a los 24 años.

Fue en 1950 cuando en compañía de “Los Costeños” grabó su primer éxito “Yo” para la RCA Víctor, apareciendo después “Ella”, cantada por él mismo y Rubén Fuentes se encargaba de los arreglos musicales de sus canciones, pues recuerda su hija Paloma Jiménez Gálvez que recuerda una anécdota de su padre en que lo pasaron al plano a que cantara y luego le daban una guitarra, pero él no la tocaba y le dijeron que “como diablos compones entonces”.

Fue en el año de 1952 cuando José Alfredo Jiménez y Paloma Gálvez contraen matrimonio, procreando a sus dos hijos Paloma y José Alfredo.

Se menciona que para pedirle matrimonio a Paloma Gálvez compuso el tema “Paloma querida” y se la interpretó en una serenata: “Por el día que llegaste a mi vida, Paloma querida me puse a brindar… yo no sé lo que valga mi vida, pero yo te la vengo a entregar, yo no sé si tu amor la reciba, pero yo te la vengo a dejar…” Se casó con ella y tuvo dos hijos: José Alfredo y Paloma. Con la Canción “Serenata sin luna” desvaneció una leve diferencia conyugal que los mantuvo separados.

Ese mismo año los ídolos de todo México como Miguel Aceves Mejía “El Berrendo de Chihuahua”, Luis Aguilar y Pedro Infante, ya cantaban sus éxitos.

Fue tanta su fama, pasión y entrega total con la que componía que le empezaron a llover contratos.

Y algo curioso fue que José Alfredo, a pesar de que siempre se vistió de charro en sus presentaciones, ni siquiera sabía montar y el “Corrido del caballo blanco”, tan famoso, en realidad fue una composición a un carro que tenía e iban al norte a buscar a un empresario, cuando se les descompuso el radiador y se les ponchó la llanta y por eso menciona éste corrido que llevaba todo el hocico sangrando y al mencionar que iba cojeando de la pata izquierda, era en realidad la llanta de ese lado del vehículo que se les ponchó.

Pues según una entrevista de su hija Paloma, subida la red, “el empresario los dejó tirados y se van por caminos por donde nunca había pasado un coche”.

Realizó José Alfredo Jiménez papeles secundarios en cine y sus canciones nadie tenía duda que llegaban al alma, enfatizando en ellas que “de un hombre no se burla una mujer”, considerada esta situación por varios estudiosos de su obra que era el machismo puro de aquella época.

Se menciona por algunos autores que José Alfredo Jiménez Sandoval no tenía buena voz, pero gustó su voz rasposa acompañada de sus frases de despecho, de dolor, pues conoció como nadie los extremos de la pasión, destacando su hija Paloma que “solo plasmó lo que vivió”.

Enrique Krauze, por ejemplo, en un video elaborado por él para Clío, menciona que “el alcohol y la resistencia ante el destino, consagra a la cantina como un confesionario”.

Él, Krauze, menciona que Cuco Sánchez y Lucha Villa (La Grandota de Camargo) cantaron canciones de él y en dicho video cataloga a José Alfredo como un hombre “apático, resentido y borracho” e incluso su canción “Llegó borracho el borracho” fue prohibida por el sexenio de Díaz Ordaz, mientras que la hija del cantautor, en entrevista llegó a decir que a lo mejor fue porque “no era muy didáctica, pues esta canción termina peleándose con el cantinero”.

Se menciona que “en México, nuestro país, con canciones de José Alfredo las utilizan como pretexto para sacar penas y botellas, y lo han convertido en un santo patrono, que nos da permiso para beber”, añade en su video Enrique Krauze.

Mientras tanto el hijo del ídolo guanajuatense, José Alfredo Jiménez Gálvez, menciona que “el que es borracho hasta con el Himno Nacional lo hace”.

El médico advirtió a José Alfredo Jiménez de principios de cirrosis hepática y debido a ello debía controlar el trago y la tomada, tenía apenas 42 años y corría el año de 1968.

Tras dársele esa noticia José Alfredo compuso “Cuanto vale la vida”.

Durante un par de décadas José Alfredo estuvo rodeado de mueres guapas.

Fueron muchos los artistas que cantaron sus canciones como los ídolos ya de todos conocidos Pedro Infante, Jorge Negrete, Miguel Aceves Mejía y vinieron a sumarse Queta Jiménez “La Prieta Linda”, María de Lourdes, Lola Beltrán, Lucha Villa (con quien se le atribuye un romance y se dice le compuso “Amanecí en tus brazos”), Rafael, Julio Iglesias, Chavela Vargas, esta última con quien tuvo una gran amistad y a quien acompañaba, o se acompañaban, para ir a darle serenata a sus conquistas o amores.

Otros que han cantado canciones de José Alfredo son Luis Miguel, Bunbury, entre otros.

Paloma la hija de José Alfredo, llegó a mencionar en una de tantas entrevistas, que en realidad no se sabe a ciencia cierto quien o quienes fueron sus musas, ya que las canciones se las llevaba a Lucha Villa y a varias artistas y a su mamá en su aniversario.

Se llegó a mencionar que su canción “Amanecí en tus brazos”, fue supuestamente inmoral para la época a fines de los sesenta.

Paloma, la hija del ídolo, llegó a decir que esta censura venía del entonces presidente de la república Gustavo Díaz Ordaz, quien tuvo un romance con Irma Serrano “La Tigresa”, e incluso esta llega a mencionarlo en uno de sus libros, como lo fueron “Sin pelos en la lengua” y “A calzón amarado”, donde habla de su relación con el presidente y de la censura a algunas de sus canciones.

Debido a ello y a que José Alfredo, que pretendía a la “Tigresa”, le pasó algunas canciones para que las cantara, se dio la censura del entonces jefe del Ejecutivo en nuestro país.

Otra situación que llegó a ventilarse por algunos periodistas fue que Díaz Ordaz nunca invitó a José Alfredo a sus giras presidenciales.

Pero a pesar de ello y dada la fama alcanzada por “El hijo del pueblo” fue creciendo como la espuma la larga lista de sus intérpretes, ya que la cirrosis no fue obstáculo en él para seguir componiendo canciones, de amores y desamores, en donde les imprimía toda su pasión y entrega características.

Como por ejemplo en esta estrofa: “No te vengo a hablar de amores, ya no quiero tu cariño, si una vez te amé en la vida, no lo vuelvas a decir”.

¿Quién en nuestro país no ha llegado a disfrutar con sus canciones?, ¿Quién no se ha puesto alguna vez una borrachera de moco y baba debido a esas pasiones en donde aflora el machismo y al amor perdido? ¿Quién?

José Alfredo Jiménez después llegó a sentir una gran pasión por una joven llamada Alicia Juárez, quien, para no variar, también llegó a interpretar varios de sus grandes éxitos.

A causa de la cirrosis que poco a poco le fue avanzando el ídolo guanajuantense fue internado en una clínica en febrero de 1973, cuando contaba con 47 años de edad y falleció el 23 de noviembre de ese mismo año.

José Alfredo Jiménez Gálvez, hijo del cantautor dijo en una entrevista que de las cosas más bonitas que recuerda es que como cumple años el 9 de noviembre, su padre  se vino con él tras escaparse del hospital, echándose encima una ruana.

“En aquel entonces ya se le veía su cutis gris y estaba muy demacrado, pero vino a comer conmigo, para fallecer el 23 de noviembre de cirrosis hepática”, recuerda José Alfredo junior.

Su hija Paloma dijo de su padre que “era una persona que transmitía lo que sentía sin necesidad de muchas palabras. Y cada vez lo admiro más y me siento muy contenta de ser su hija.

Antes de morir compuso otro de sus grandes éxitos “Gracias”, en donde dice que ganó mucho dinero, como para comprarse un mundo mucho más bonito que el nuestro, pero que todo lo aventó, porque quiso morirse como muere su pueblo y les dijo a sus millones de admiradores que lo único que se lleva  que nadie se lo quitará fue sus aplausos. Pues, comentó. “Esos se van conmigo…hasta la muerte!”.

jesusaguirre25@hotmail.es

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