Tijuana, BC.- Durante su gestión como secretario de Seguridad Pública en Tijuana combatió al Cártel de los Arellano Félix y sobrevivió a dos secuestros, después, en los tiempos más álgidos de Ciudad Juárez, Chihuahua, fue contratado en el mismo cargo para hacer frente al Cártel de Juárez y a la delincuencia.
En ambas fronteras trabajó con “mano dura†y dejó huella. Cuestionado por sus métodos —que a decir de organizaciones defensoras de los derechos humanos son al filo de la legalidad, e incluso, fue acusado de tortura e inhabilitado por ello—, Julián Leyzaola Pérez habla con El Universal a cinco meses del atentado que sufrió en Juárez y que lo dejó paralÃtico, amarrado de por vida a una silla de ruedas.
“Esto no estaba en mis planes, yo tenÃa previstos dos escenarios en mi vida: el primero, morir en un enfrentamiento con delincuentes y el otro, morir olvidado y ya viejo en un rancho o algo asÃ, pero no terminar en una silla de ruedas… mil veces preferirÃa morirâ€, señala al tiempo que dice que estar paralÃtico no significa que lo hayan acabado, al contrario, ahora busca ser presidente municipal.
Desde una discreta camioneta y con un guardaespaldas que es su sombra —no lo suelta ni de vista—, sigue vigilando Tijuana y se sorprende de cómo la delincuencia ha regresado a las calles. Donde se para, la gente lo reconoce, lo identifica y le pide que regrese a meter orden; algunos llegan a compararlo con Eliot Ness.
¿Ya está en campaña?
—Para nada, es sólo para sentir el pulso de la gente, es increÃble cómo todo lo que se logró, todo lo que se avanzó se venga abajo; ahora las extorsiones, secuestros, robos y mugrosos vendiendo drogas están otra vez en la calle.
¿Por eso quiere ser alcalde?
—Para eso y para demostrar que se pueden hacer bien las cosas, que se puede servir a la gente y poner el ejemplo, como lo están haciendo, por ejemplo, El Bronco en Monterrey. Si sobrevivà al atentado es porque la vida me dio otra oportunidad y tiene para mà cosas grandes y quiero intentar esto.
¿Y si pierde?
—Lo vuelvo a intentar y si vuelvo a perder lo vuelvo a intentar, no soy de los que se rinden fácilmente. La gente me conoce, sabe que soy de palabra, que puedo meter orden, saben que saqué adelante esta ciudad, ahora quiero hacer algo por la ciudad desde otra trinchera, regresar a ser policÃa serÃa un retroceso, también sé hacer polÃtica y rodearme de gente honesta.
Julián Leyzaola tiene claro el objetivo; sin embargo, aún no define cuál será la vÃa, se dice hombre de instituciones, por lo que preferÃa un partido polÃtico. También está consciente de que la ciudadanÃa ya no cree en las instituciones ni en los partidos polÃticos, “para mÃ, que un candidato independiente gane significa que las instituciones como tal están fallando.
“Yo soy un hombre de instituciones, toda mi vida lo he sido, pero aun asà analizo la posibilidad de una candidatura independiente. Y si llego a ganar, mi objetivo será ganar la credibilidad de la gente y hacer que nuevamente crea en las instituciones, en sus policÃas, en la estructura de gobierno para que asà dejen de pasar cosas como las de Puebla, donde lincharon a dos encuestadores, eso pasa cuando se pierde la confianza en las instituciones y lo que representa el gobiernoâ€, dice mientras comenta que ya superó la rabia y la impotencia de su atentado.
De Ciudad Juárez asegura que no regresarÃa; de hecho, los negocios que tenÃa allá los cerró y aún espera a que la ProcuradurÃa General de Estado lo llame a declarar, “ya pasaron cinco meses y ni si quiera me han llamado; la gente de Juárez se portó muy mal conmigo, prácticamente me dejaron solo después de todo lo que hice alláâ€.
“Cuando llegué se robaban hasta 2 mil carros por mes, lo dejé en menos de 100; antes que yo fuera jefe de la policÃa, el secuestro y la extorsión eran comunes y ahora ya no hay, la ciudad se recuperó, sin embargo, veo que todo regresó a como estaba antes; entonces no tengo nada que hacer ahÃâ€, responde con un dejo de frustración.
Esta nueva versión de Julián Leyzaola, quizá tras aprender a golpe y porrazo, es más consciente, sobre todo cuando habla de ocupar un cargo de alcalde, aunque deja claro que nunca negociará con los delincuentes y que sà aplicará mano dura, pues eso, dice, lo ha distinguido y le ha entregado los resultados como jefe policiaco.
Ser alcalde no es lo mismo que policÃa, ¿cómo le va a hacer?
—No se trata de llegar y de pelearse con todos, creo en hacer polÃtica, en meter orden de otra manera. Tendré gente que se encargue de pelearse con los delincuentes, ésa será mi esencia: meter orden, pero de otra manera, estoy seguro de que se puede limpiar la ciudad, que se puede dejar de vender droga, que se puede meter en cintura a todos los delincuentes, desde los que roban una cartera hasta los que matan.
Tiene experiencia en combatir a este tipo de delincuentes, pero ¿con los polÃticos y funcionarios podrá?
—Para mà la esencia es la misma, es decir, es tan delincuente el que roba, que un funcionario que no hace su trabajo, que vive del erario sin servir a la gente. Creo que hace más daño gente de esa calaña que uno o dos delincuentes; la ciudadanÃa ya está cansada de eso, por eso votan por personajes como Cuauhtémoc Blanco o cualquier artista, buscan a alguien que los rescate, en quién creer.
La posibilidad de meterse a la contienda electoral es tangible para el ex jefe policiaco, sin embargo, al darse cuenta de su realidad y palpar la silla de ruedas, levantar la mirada para que lo ayuden a andar… suspira y por una fracción de segundo su seguridad se viene abajo al igual que su mirada, después respira y cree que al sobrevivir a cuatro impactos de bala calibre .380, todo es posible para él.
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