Delicias, Chih.- Los más de 300 trabajadores de la Mead Johnson que se manifestaron durante dos días, regresaron en su totalidad a trabajar hoy y de acuerdo al gerente de la planta, ingeniero Jorge Varela, no habrá represalías e incluso no quiso aventurarse a declarar si habrá sanciones administrativas para los paristas. Las pérdidas por los días de paro fueron cuantificadas en 73 millones de pesos.
Mientras tanto, el representante de los trabajadores que se manifestaron, Ulises Arreola, dijo que estarán muy al pendiente de que no haya represalias pues podrían volver a manifestarse si eso ocurriera.
De acuerdo a lo declarado ante los medios de comunicación por el gerente de la planta en delicias, Jorge Varela, dijo que la empresa es independiente del conflicto intergremial e incluso dijo desconocer dónde estaba Lázaro Contreras Miranda, sobre quien pesan denuncias de carácter penal.
El gerente dijo que sí hubo violaciones a la Ley federal del Trabajo y al reglamento interno de la planta de parte de los trabajadores que se manifestaron y dejaron de laborar durante dos días, afectando la producción, pero al ser cuestionado si habría sanciones o represalías, solo se limitó a decir: “es prematuro hablar de ello, se está analizando el caso; pero lo importante es que el cien por ciento de los trabajadores regresaron a laborar”.
Sostuvo que de parte del sindicato no ha tenido ninguna notificación y por ello no han intervenido, al señalar que se dieron cuenta de la inconformidad el mismo miércoles que se realizó e paro de labores.
En este sentido sostuvo: “la empresa se ajustará a la Ley en este problema que es intergremial”.
Por su parte, Ulises Arreola reconoció que el total de los trabajadores regresaron a trabajar, pero insistirán en su postura de echar a Lázaro Contreras como representante sindical y también no permitir que la empresa realice actos de represión y hostigamiento laboral contra los empleados.
Tras dos días de paro, la empresa sufrió pérdidas por 73 millones de pesos, por no haber atendido un problema con la debida anticipación.
Por Raúl Rivas
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