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Táctica y estrategias duarti-serranistas…por Aída María Holguín

Apenas comenzaron las campañas a la gubernatura del estado de Chihuahua, y como ya era de esperarse, los seis candidatos empezaron a tratar de convencer los electores a través de discursos y declaraciones; sin embargo -de entre todos los candidatos- las declaraciones que -hasta el momento- han llamado la atención de los usuarios de las redes sociales, son las del candidato del PRI, Enrique Serrano Escobar.

Para muchos es conocido, que desde hace un par de meses Serrano ha tratado -sin éxito- de deslindarse de su “padrino”, César Horacio Duarte Jáquez; no obstante, la relación que entre ambos existe -desde hace mucho tiempo- es difícil de negar, y mucho más difícil de ocultar. Aun así, ha quedado claro que el candidato del PRI a la gubernatura de Chihuahua confía en que la “estrategia del deslinde” lo llevará a obtener el triunfo el próximo 5 de junio.

En términos generales, la táctica duarti-serranista consiste en que suceda lo mismo que en las pasadas elecciones a gobernador; es decir, que sea la minoría la que elija al próximo gobernador de Chihuahua. Y es que recordemos que -en términos reales y números cerrados- solo el 20% del total de los chihuahuenses eligieron a César Duarte como Gobernador; o sea, el 80% votó en sentido contrario, anuló su voto o se abstuvo; sin embargo, resultó el “ganador” de una contienda en la que aproximadamente solo participó el 38% del padrón y el resto optaron por no hacerlo.

Sin duda alguna, el PRI y Serrano saben perfectamente que en esta elección los chihuahuenses están decididos a cobrarle la factura al actual gobernador, César Horacio Duarte Jáquez, y es por eso que la táctica “electoral” priista tiene tres claras estrategias: denostar al oponente más fuerte -que es Javier Corral-, usar el aparato estatal, y tratar de convencer al electorado de que Enrique Serrano es diferente a César Duarte.

La primera estrategia es “natural y entendible” porque nace del miedo que César Duarte tiene a las consecuencias que habrá cuando Javier Corral gane la gubernatura. La segunda de las estrategias es la más conocida y utilizada por el PRI, y en el sexenio de César Duarte no ha sido la excepción. Se trata el uso y abuso del poder para disponer de todos los recursos públicos que tienen a su disposición para manipular a la ciudadanía con el fin de obtener el triunfo electoral.

Pero es la tercera estrategia la más “interesante” porque nace a consecuencia del miedo que Duarte tiene del hartazgo de los chihuahuenses por este sexenio duartista que cínicamente busca perpetuarse -a través de Enrique Serrano Escobar- para evadir la denuncia penal que desde hace más de un año existe en contra de César Horacio Duarte Jáquez, por los presuntos delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, ejercicio abusivo de funciones, uso indebido de atribuciones y facultades, y los demás que resulten de la seria investigación que seguimos esperamos se realice.

Es por eso que la táctica y las estrategias duarti-serrranistas tienen como objetivo inhibir la participación del electorado, porque saben bien que gran parte del sector de la sociedad chihuahuense -que hasta hace poco se encontraba adormecida- ya despertó y no va a desaprovechar la oportunidad que estas elecciones les está brindando para poner el ejemplo de qué lo que pasa cuando el pueblo se harta de los malos gobiernos; o sea, sacando a César Duarte -y compañía- del Palacio de Gobierno.

En esta ocasión -y a modo de consejo para los estrategas duartiserranistas- concluyo con lo dicho alguna vez por el escritor, abogado, militar y ajedrecista ruso-francés, Savielly Tartakower: “La táctica consiste en saber qué hacer cuando hay algo que hacer. La estrategia, en saber qué hacer cuando no hay nada que hacer.”

Aída María Holguín Baeza
Correo electrónico: laecita@gmail.com

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