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El retorno del PRI…Por Carlos Jaramillo Vela

 

El resultado de las elecciones locales, efectuadas en el Estado de Chihuahua el pasado 5 de Junio, hace necesaria una reflexión al interior del PRI. Al haber perdido la gubernatura, los principales municipios y sindicaturas, así como la mayoría de las diputaciones, el tricolor debe ahora efectuar un ejercicio de instrospección y autocrítica, que le permita conocer las causas de la histórica derrota que acaba de sufrir frente al PAN. No fueron la fortaleza del PAN y de los Candidatos Independientes, por sí mismas, las que motivaron el adverso resultado, sino el debilitamiento del PRI, lo que a fin de cuentas terminó llevando a éste a pasar la noche triste que se vivió después del cierre de casillas. Aunque el PRI siempre tuvo, en la figura de Enrique Serrano Escobar, a un gran candidato a Gobernador, con el perfil político y moral idóneo para conducir el desarrollo de Chihuahua durante los siguientes años, el respaldo que millares de chihuahuenses brindamos al alcalde de Juárez -con licencia-, no fue suficiente para otorgarle la gubernatura. La democracia así es: se gana o se pierde. Hoy nos tocó perder, y hay que aceptarlo con madurez y estoicismo. En la política, ni los triunfos ni las derrotas son para siempre. El PRI regresará.

El Partido Revolucionario Institucional es, con mucho, el instituto político con mayor experiencia organizacional y política en la historia de México; asimismo, tiene en su haber los más arraigados vínculos con el pueblo, al ser precisamente una institución emanada de la Revolución política y social que tuvo su origen en las más sentidas reivindicaciones populares de nuestra nación. Por ello, en virtud del indiscutible sentido social de su doctrina ideológica, el PRI está destinado a continuar siendo la fuerza política más importante de nuestro Estado.

Desde las primeras décadas del siglo XX, hasta la actualidad, el PRI ha sido la más prominente cantera de la que han surgido la mayoría de los personajes públicos que han sido copartícipes en el desarrollo del país. En sus filas se han formado política, ideológica e intelectualmente miles de mujeres y hombres, cuya participación en los ámbitos público y social ha sido determinante para la construcción del andamiaje jurídico e institucional por el que hoy transita la vida nacional. De igual modo, en no pocas ocasiones los postulados de la filosofía priísta han sido adoptados por los líderes de otras organizaciones o partidos, para reforzar su activismo. El PRI es, sin duda, el partido más sólido desde el punto de vista de la formación de sus militantes. Lo anterior se confirma al constatar que el bagaje ideológico e intelectual de algunas de las mujeres y los hombres surgidos de su seno, ha servido de guía o ejemplo para alentar la creación de nuevas organizaciones políticas, o el fortalecimiento de otros partidos.

La elecciones quedaron atrás, y ya son cosa juzgada; ahora el reto para el Revolucionario Institucional es renovarse, o permanecer en la pasividad y el anquilosamiento. Un partido vanguardista, y en constante evolución, como tradicionalmente lo ha sido el PRI, no puede fácilmente claudicar renunciando a la grandeza de su esencia. El siguiente paso del tricolor, en Chihuahua, habrá de ser su renacimiento, mediante la reagrupación de sus liderazgos en torno a un auténtico proyecto de reorganización y activismo permanentes, caracterizado por su reorientación hacia las causas sociales, así como por la recuperación de la filosofía política y la mística, priístas. Talento, voluntad y sensibilidad social, son algunos de los atributos que abundan en las huestes tricolores; por ello, la reconstitución del PRI, y su retorno al honroso sitio que históricamente le pertenece, sólo serán cuestión de empeño y tiempo.

carlosjaramillovela@yahoo.com.mx

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