El meollo en el asunto de los “copy-paste” de Peña Nieto …por Aída Holguín
Luego de la investigación en la que el equipo de Carmen Aristegui descubrió los recovecos de “La casa blanca de Enrique Peña Nieto”, la expectativa de muchos era que en la próxima investigación de Aristegui (cualquiera que fuera) la información resultante revelaría lo inimaginable. Es por esto, que la tarde del 21 de agosto, cuando -a través de un video- Aristegui anunció que esa noche (al finalizar la transmisión de la clausura de los Juegos Olímpicos) divulgaría un reportaje especial sobre el presidente Peña Nieto, las redes sociales empezaron a “hacer lo suyo”; es decir, ayudaron a que el anuncio de la periodista se difundiera rápidamente, generando una mayor expectativa.
Cuando la hora anunciada llegó, Carmen Aristegui cumplió su promesa, y con el título “Peña Nieto, de plagiador a presidente”, la periodista, a través del reportaje, asegura que “el actual presidente de México plagió al menos a diez autores en su tesis para obtener el título de Licenciado en Derecho por la Universidad Panamericana”.
Sin duda alguna, el plagio es una acción inadmisible en cualquier ámbito (no sólo en el académico); sin embargo, las grandes expectativas que el público tenía sobre el tan anunciado reportaje ha causado opiniones encontradas.
Por un lado, se encuentran aquellos que desestiman el trabajo periodístico por considerar que el tema que en esta ocasión abordó Aristegui no es relevante o que no es un acto que no sorprende a nadie; incluso, algunos de ellos han llegado a hacer una serie de bromas al respecto. Por otro lado, hay quienes aplauden de pie el trabajo periodístico presentado por Carmen Aristegui argumentando que ella (Carmen) es -prácticamente- la única que tiene el valor para hacer investigaciones de esa naturaleza.
Y aunque la opinión pública dividida está dentro de lo “normal”, es el sustento de ésta el que debe predominar para “tomar partido” por alguna de ellas (si es que no se tiene una opinión propia).
En el caso de quienes desestiman la relevancia del tema de la investigación que en esta ocasión nos ocupa, es necesario considerar que la mayoría de las manifestaciones de la opinión se dan en las redes sociales como lo es Facebook.
Es precisamente en Facebook donde ha circulado una inmensidad de opiniones, pero resaltan (por la cantidad) las que desestiman y/o se burlan el trabajo de Aristegui (y por lo tanto, el de su equipo de investigadores). Ahora que si consideramos que otros desestiman el multicitado reportaje porque “no sorprende a nadie”, entonces la situación está peor porque, como bien lo dijo (en su muro de Facebook) Enrique Corte Barrera: “Preocupa que hayamos normalizado el plagio, la transa, y que no nos ofenda que un vil embustero llegue hasta la presidencia gracias a sus mañas”.
Independientemente de que la nueva investigación del equipo Aristegui no haya cumplido con las expectativas del público, o de que el tema haya sido -o no- el más relevante (tomando en cuenta crisis política, de corrupción y de ingobernabilidad que se vive en México); la opinión pública no debe ser en torno a eso, sino a que “aquí y en China” el plagio (cométalo quien lo cometa) es inadmisible y, por lo tanto, debe tener serias consecuencias.
Por otro lado (pero en ese mismo sentido) llama poderosamente la atención que muchos de los comentarios o “memes” que critican o se burlan del proceder de Peña Nieto, carecen de argumentos o éstos no son del todo válidos, predominando los de las personas indignadas por los “copy-paste” de Enrique Peña Nieto, pero -en la mayoría de los casos- sus muros están llenos de publicaciones con “errores de estilo”; o sea, plagiadas. Y aunque definitivamente no es lo mismo ¡es igual!
En esta ocasión concluyo con lo dicho alguna vez por el escritor francés, Victor Hugo: “Lo que mueve el mundo no son las máquinas, sino las ideas, y defenderlas frente al plagio es una batalla necesaria para la sociedad.”
Aída María Holguín Baeza
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