Cura artritis y otras enfermedades de huesos
Chihuahua.- El Indio Mugroso cura artritis y enfermedades de los huesos con una técnica terapeútica que aprendió al vivir con indios navajos en el estado de Nuevo México.
Carlos Palacios montó en el patio de su casa una camilla en la cual cuelga de los pies a sus pacientes y les hace acomodar los discos de la columna.
En una sesión, que dura aproximadamente una hora, El Arizona, o El Indio Mugroso, como le apodan en la Unidad Proletaria, atiende sin cobrar un centavo.
Se atiene al pago voluntario de las personas o a la entrega de comestibles. Se niega rotundamente a tasar su trabajo y pedir una remuneración económica a cambio.
Con 45 años de edad, originario de Casas Grandes pero avencidado en Rawhde, Arizona, durante diez años, Carlos llama la atención de sus vecinos por su singular manera de vivir.
Por temporadas, iba a radicar a la reservación Zuny, en una comunidad llamada Gallu, en Nuevo México, para estar con su hermana. Ahí convivió con las tribues y aprendió el arte de curar artritis.
Aprendí a curar todo lo relacionado con los huesos –explica a La Opción Email- y complementé mis conocimientos con técnicas chinas y de los indios navajos.
-No puedo cobrarle a la gente. Vienen a que les ayude y están enfermos, no puedo cobrarles –indica, mientras prepara su consultorio en la entrada de su casa, junto a un pony, patos, gallinas y perros.
También habla poco japonés y, aunque es robusto, se siente ligero, tanto así que muestra en el aire una exhibición de patadas voladoras de karate en compañía de su hija.
Dice que el karate sirve para conocer los males internos de las personas. Se canaliza para hacer el bien o para hacer el mal –expresa El Arizona, quien se ríe de los apodos que le han puesto en la UP.
Carlos Palacios vive en la calle 38 y Felipe Angeles de la Unidad Proletaria. En un patio de la entrada, tiene colgado un costal y una perilla de box. En el centro del techo, hay un gancho de donde cuelga la tabla que soporta a los pacientes.
La Opción Email atestiguó una consulta. Un hombre de aproximadamente 70 años llegó con un terrible dolor de cintura que no le permitía acostarse ni estar parado.
Entre plática y plática, el anciano le narró la forma en que se había lesionado. El Indio Mugroso le acostó sobre la tabla y la izó hasta que quedó casi vertical.
Colgado de los pies.
Luego, le untó una crema blanca en la cintura y espalda. Talló y sobó el cuerpo como si hiciera escurrir el dolor hacia fuera. El hombre no se quejó.
Luego de una hora de masaje terapeútico, la sesión culminó. El paciente dijo no sentir ya dolor y El Arizona expresó que con una sesión era suficiente.
Palacios vive en una esquina. Dice que construye su casa como si fuera un pueblito de Nuevo México. Es de techo de paja. En el patio tiene dos caballitos pony, patos, gallinas, perros y conejos.
Afuera tiene otro cuarto de piedra. En la entrada hay un cráneo de vaca, pieles de venado y distintos adornos rústicos. La gente llega para ser atendida por El Indio Mugroso, como le apodan en la Unidad Proletaria.
Empero, cada día, crece su fama como curador de artritis y dolores de huesos…
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