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Beto Mendoza, ¡el hombre invencible!

betoDelicias,Chih.-Es un verdadero “maistro oficial”, pues sabe pegar block, enjarrar, enyesar, amarrar tablas y, en términos generales, realiza todas las actividades que hace un albañil; pero no es un albañil cualquiera, pues solo tiene una pierna y camina con muletas. Por conducir en estado de ebriedad perdió su pierna izquierda cuando tenía 22 años de edad. Ahora, en esta segunda oportunidad que Dios le dio, la aprovecha para trabajar y sacar adelante a sus hijas.

No se agüita, pues él mismo parece ver la vida con sabiduría. Sabe que volvió a nacer y hoy su vida es un ejemplo para muchos. Sin pierna, todavía se atreve a subir andamios para construir bardas de doble muro y lo hace con agilidad.

Humberto Mendoza Quiroz sufrió un accidente al conducir su motocicleta en estado de ebriedad, aquel 19 de mayo del 2012 por el rumbo de la colonia Abraham González, conocida como la Quemada cuando tenía 22 años y cuando pensaba que el mundo se lo podía comer a puños. Hoy, a sus 26 años, ve la vida de otra manera, con responsabilidad y con entereza para seguir trabajando “hasta que mi padre Dios me recoja”.

No tiene más que estudios de secundaria terminada y no continuó estudiando por cuestiones económicas, porque su mamá tenía que hacer las funciones de padre y madre y había que ayudarle a sostener la casa. “Todavía a sus 60 años ella trabaja”. Así que desde ese entonces Beto se dedicó a lo que le gusta: que es la construcción para sacar adelante a su familia y darles estudios a sus hijas.

Animoso, de buen humor, Humberto acepta la entrevista  luego de que la empresa Mils, en la que antes trabajaba, editó un video donde se muestra a Beto como un ejemplo de vida y de perseverancia. “El límite es el cielo, las fronteras son mentales”, reza en ese video.

Hoy presta sus servicios en la constructora Durán-Aldana.

Humberto fue apoyado por el DIF con una prótesis para su pierna, pero de momento no la usa porque está en proceso de adaptación. Aún así, no se siente diferente en comparación con sus compañeros de trabajo.

“La vida sigue. A mí me tocó (el accidente), pero gracias a Dios la estoy contando, porque otros no han tenido esa oportunidad de seguir con vida. Doy gracias a la vida porque sé que tengo fuerzas para trabajar y lo haré hasta que mi padre Dios me llame”, dice resuelto al apoyarse en un par de muletas, aprovechando el momento del almuerzo en la obra en la que trabaja, allá por el Club Campestre del Desierto.

El perder una pierna sin duda le afectó, y no solo a él, sino a toda su familia, sobre todo a su hija la mayor, que hoy tiene nueve años, quien quedó impactada por el accidente de su padre y se deprimió. Y a consecuencia de ello requiere atención psicológica, que a veces suspende por falta de recursos económicos.

No obstante, la niña se ha ido recuperando y tiene beca por sus buenas calificaciones.

“Para mí la construcción es todo. No estudié. No es que no haya querido, pero mi mamá ha sido padre y madre, me gradué de la secundaria y ya no quise estudiar para comenzar a trabajar en lo que sé hacer”.

Tras recuperarse del accidente, mejor dicho, tras perder su pierna, Beto se reincorporó a sus actividades como “maistro oficial” y es que, aunque nos pareciera extraño, Beto sabe enjarrar, enyesar, amarrar fierros, batir la mezcla, pegar ladrillos; prácticamente sabe hacer lo que hace un maistro, la única diferencia es que no tiene una pierna. Por este motivo, considera que no hay más límites que los mentales.

“¿Qué beneficios saco de mi accidente? Simplemente que sigo vivo. Puedo ver a mis hijas, a mi esposa, a mi madre. Además, puedo trabajar. Por eso doy gracias Dios”, responde.

Me levanto todos los días dando gracias a Dios por haberme dejado mi otra pierna, que es la que me hace fuerte; mis hijas, mi esposa y mi madre son lo primordial, pero con mi voluntad. Y voy a sacar a mis hijas adelante, les voy a dar el estudio hasta que ellas quieran. Trabajando hasta donde yo pueda.

Consciente de que –como dice él- “cometió un error”, Humberto Mendoza Quiroz, el maistro oficial, se atreve a dar un consejo a los jóvenes y a quienes conducen en estado de ebriedad: “No cometan errores, que tengan mucho cuidado en cuestión del volante, sobre todo a quienes manejan motos, que fue por lo que sufrí el accidente; por eso les digo que hay que echarle ganas a la vida y que piensen en su familia, darle gracias Dios y trabajar”…

PorRaúl Rivas—

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