Comparten experiencia de enfermo de coronavirus
Delucias, Chih. A través de redes un enfermero que labora en Delicias en la primera línea contra el COVID compartió una tragedia que tuvo lugar hace pocos días.
Desde la tarde del pasado miércoles, a través de redes sociales trascendió una narración en redes sociales compartida por un enfermero que labora en las inmediaciones de un nosocomio COVID en el municipio de Delicias, misma que personal de salud de diversas instituciones compartió esta mañana.
El enfermero narró el triste panorama que vivió junto a una de sus pacientes, quien vió morir a su esposo, no tuvo oportunidad de ver a su hija antes de ser intubada y anticipó su propia muerte.
Esta es la publicación compartida:
“Hay una paciente internada desde hace unos días; siempre amable, receptiva y luchando contra el COVID. Perdió a su marido la semana pasada, que también estaba internado aquí, ni siquiera pudo despedirse.
Ayer su situación empeoró, estaba muy cansada y al ser comunicada que sería intubada, le pidió al médico: “¡No, doctor, por favor!, ¡No lo hagas!, ¡Sé que no volveré!”
En ese momento le agradecí a dios por tener mis gogles y mascarilla, así nadie puede ver mis lágrimas.
Tuve que salir, caminar por el pasillo sin rumbo, respirar, retomar fuerza y volver.
Creo que una de las peores cosas debe ser tener conciencia de que pronto morirás y ya no podrás estar con quien amas… Cómo tengo miedo de eso.
Regresé, el paciente de al lado lloraba.
Ahora ella pidió un celular para llamar a su hija.
Llamó en altavoz, así que del otro lado, la hija contestó en total desesperación, rezando y pidiendo a Dios con toda fuerza por la vida de su madre. Una vez más no aguanté.
Podría haber sido el “último encuentro”′ de esa madre con su hija… sin un abrazo, sin el aliento de las palabras de despedida del ser amado, sin tomarle la mano.
Le di la mano, recé en silencio, le pedí confiar en nosotros como enfermeros porque haríamos lo mejor por ella.
Más tarde el paciente del mismo cubículo internado también hacía varios días, agravó. Estábamos con él, haciendo todo lo posible para estabilizar su presión y el todavía consciente, preguntó:
“¿Puedo dormir? Tengo miedo de dormir y no despertar”.
Respondí: puedes relajarte, estaremos aquí cuidando de ti.
Él dijo: “¡Sé que voy a morir esta noche!”, realmente lo sabía.
Luego él lloró por la paciente de al lado y posteriormente cerró sus ojos para no ver cuando la intubaban, seguramente le estaba pidiendo a Dios que no fuera el siguiente.
Es muy duro lo que estamos viviendo. A partir de ahora, nunca volveremos a ser los mismos, ¡yo no seré el mismo!, pues cada paciente que ha muerto se ha llevado algo de mí a causa de este maldito virus.
Quédate en casa si no tienes que hacer nada afuera”.
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