La enfermera Sette Buenaventura perdió su pierna luego de que por meses ignoró el dolor que sentía pues tenía que cuidar a los pacientes con covid-19.
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Sette Buenaventura es la enfermera de 26 años de primera línea en el Salford Royal Hospital en Greater Manchester que ignoró sus dolores por concentrarse en el cuidado de los pacientes que tienen coronavirus (covid-19).
Sette creía que el dolor era un efecto secundario de las horas que pasaba de pie en el hospital pero luego de que se le dificultara caminar, dos meses después los médicos detectaron un tumor en su pierna.
“Estuvimos allí cada hora para ayudar a cualquiera que nos necesitara, me dio un gusto real ese nivel de compromiso”, dijo Sette en una entrevista para BBC.
Así es trabajar en los hospitales: te olvidas de tus propios dolores porque estás ocupado ayudando a otras personas, lo cual me encanta hacer. Pero todo tiene un costo”, agregó.
Tras no poder ignorar el dolor en su pierna, le dijeron que el tumor era canceroso y había crecido al tamaño de una pelota de golf, de modo que la única posibilidad de sobrevivir era una amputación.
“Cuando me dijeron que me tenían que quitar la pierna, me molesté mucho, pero como no tenía tiempo para pensar en eso, simplemente me puse manos a la obra. Me gusta cuidarme y hacer todo lo posible por estar saludable. Trabajo en el sector salud y nunca esperé que me pasara esto”, indicó.
Buenaventura informó que desde la cirugía recibió una prótesis de pierna, por lo que espera volver a trabajar en noviembre.
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