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LOS MILAGROS EXISTEN
Iba cómodamente sentado en la combi cuando sentí una mirada insistente, y como si estuviera cargada de admiración, volté y ví una chispa de amor en sus pupilas; era un pequeño de unos cinco años, le hice unas muecas y él me las devolvió, le saqué la lengua y él a mi, le sonreí y él me sonrió, le invité a que se sentara junto a mi y con toda la inocencia del mundo me extendió su manita y
-Me dijo: Hola,
-Hola carambola, le contesté,
-Su manita me trasmitió una energía que no he vuelto a sentir-
-Le pregunté: ¿te gusta el pastel?
-SI!, exclamó fuerte.
-A mi también, le contesté.
-Y los dos dijimos al mismo tiempo sabor Chocolate, nos reímos, ¿gato o perro que te gusta más? perrito y tú?
-También, le dije,
-Color favorito ? y al mismo tiempo contestamos: rojo,
-y así transcurrió el trayecto, tantas cosas teníamos en común.
Llegó un momento que se me figuró que así mis mismos gestos tuve que decirle: aquí me bajo, pagué mi pasaje y descendí de la combi, me puse a revisar mi carpeta -en aquel tiempo vendía seguros contra accidentes automovilísticos-, de pronto sentí unos bracitos que se apretaban a mi pierna; era el pequeño, me dijo unas palabras que aún retumban en mis ser: TE QUIERO.
De pronto una mujer que veía la escena, dijo: ALEJANDRO, yo voltee era mi nombre, con señas de su mano me indicó que le nombraba al niño Alejandro.
Se acercó la señora, era aún joven y se veía bien.-
-Me dijo: ¿sabe porque le puse Alejandro?
-¿Por su papá?, No, por su abuelo?, No, por su hermano?
-No, le puse Alejandro por usted. Valla que me sorprendió, era muy joven y muy bonita, pero yo no había tenido nada que ver con ella.
-¿Por mi?
-Si, contestó categóricamente, por usted.
Le cuento, me dijo, yo estaba embarazada y mi novio no me respondió, me dijo: si quieres yo te pago el aborto, esa palabras hicieron mella en mis temores, sola, sin estudios, batallando para sobrevivir, muchas veces pensé: es lo mejor abortar, ¿para que traerlo a sufrir?
Le platiqué a una amiga y me dijo: estas loca; al otro día dijo: vente vamos al centro de rehabilitación vamos a oír al Padrino Alejandro –
-Estas loca yo no soy adicta, dijo unas palabras que me convencieron y la acompañé, las palabras fueron: si después de oir al Padrino no cambias de opinión YO TE PAGO EL ABORTO.
Llegamos y nos tocó al frente.
Recuerdo el tema de su exposición LA VIDA ES UNA FIESTA y empezó usted y conforme avanzaba la exposición, sentí que mi hijo se movía, se movía como que se alegraba.
Cuando terminó mi amiga me dijo: vamos te presento al Padrino
-No le dije, bañada en lágrimas, voy a TENER a mi hijo le dije, quiero que un día mi hijo me dibuje como el Padrino dibujó a su madre, que a pesar de la miseria, de las necesidades lo enseñó a ser y a dar felicidad DIOS bendiga a su madre y a usted Padrino.
-Le pregunté a mi amiga, ¿cómo se llama?
-Y ella contestó Alejandro
-Así se llamará mi hijo
¿Y si es niña?, Le dijo
-Alejandra le contesté.
Ahora ya sabe por qué se llama así mi hijo. Se me hizo un nudo en la garganta, me incliné y le dije al niño: yo también te quiero mucho tocayo, le di un beso y le pedí uno y lo tomé de la manita y se volvió a entregar.
Vi como se alejaban madre e hijo a cumplir su destino, miré al cielo y le dije: a mi madre: mira Rosita todo esto por platicar, como viviste dando amor a manos llenas, ni la pobreza que vivimos te frenó ese coranzosote que DIOS te dio.
Si tienes dudas acerca de las adiciones nosotros te podemos ayudar al 639 127 44 79 llama no estás solo. servicio gratuito.
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